sábado, 27 de junio de 2009

DESEQUILIBRIO DE ESTROGENOS


Cada vez hay más casos de exceso o desequilibrio de estrógenos y es vital saber reconocer los síntomas, causas y remedios naturales más adecuados. Las terapias naturales pueden ser una ayuda para regular el desequilibrio de estrógenos evitando fibromas.


En los últimos 40 años, hemos visto un aumento dramático en las enfermedades relacionadas con la mujer, nunca antes vistas en la historia. Actualmente, vemos que la edad de la pubertad (menarca) ha disminuido de manera importante (hasta 10 años), la endometriosis afectando un 15% de la población, el síndrome premenstrual (SPM) afectando hasta 50%, fibromas uterinos hasta un 25% de mujeres entre 35 - 50 años y cáncer de mama afectando un 10% de las mujeres. Al ver estos datos generales, ciertamente hace pensar que ser una mujer en el siglo XXI es ciertamente una "profesión" de alto riesgo.

Imagínense teniendo endometriosis, SPM y enfermedad fibroquística de mama de joven, progresando a fibromas uterinos, histerectomía, terapia de reemplazo hormonal inadecuada y ultimadamente cáncer de mama conforme avanza en la edad hasta la menopausia. El hecho de emprender este "viaje" pone la piel chinita a cualquier mujer. La pregunta radica en saber los factores o factor que pudieran estar provocando este incremento tan importante en estas enfermedades relacionadas con la mujer.

Existe mucha evidencia científica que apunta hacia un desbalance en diferentes hormonas de la mujer como causa de base de estas patologías, que parecen diferentes pero están relacionadas entre sí, en la mayoría de los casos. Desde luego que la genética y otras condiciones ambientales y circunstanciales pueden influir en la aparición de cualquiera de estas condiciones.

Desde hace mucho tiempo a la fecha, le hemos restado importancia al balance hormonal en la mujer. Comúnmente se nos venden ideas o creencias que los desbalances hormonales se corrigen dando hormonas. Esto no siempre es el caso, aunque las compañías farmacéuticas quieran convencernos de lo contrario. Muchas veces es cuestión de detenernos a examinar diferentes desbalances hormonales que pudieran estar ocurriendo en el cuerpo de cada quién.

Ahora cada vez más se conoce acerca de una condición denominada Dominancia Estrogénica, responsable de la gran mayoría de estas anormalidades antes mencionadas.

Las 2 principales hormonas del ciclo de la mujer son los estrógenos y la progesterona.
Una hormona se contrapone a la otra (son antagonistas). Mientras los estrógenos favorecen proliferación celular, la progesterona la controla, etc. Se necesitan estas dos hormonas en perfecto balance para tener una integridad en los tejidos, principalmente los dependientes de estas hormonas o los que tienen receptores para ellas. Cuando ocurre un desbalance entre estas dos hormonas es cuando ocurren los problemas.

Si existe un predominio de estrógenos sobre la progesterona, habrá mayor estimulación de los tejidos con receptores para estrógenos y por lo tanto, mayor crecimiento o proliferación celular. Tal es el caso en el cáncer de mama, endometriosis, cáncer de endometrio, enfermedad fibroquística de mama, fibromas uterinos, por nombrar algunos. Todas estas condiciones crecen bajo estímulo de estrógenos; si no hay suficiente progesterona para contraregular al estrógeno, ocurre crecimiento anormal.

En resumidas cuentas, si existe un exceso relativo de estrógenos (uso de anticonceptivos, terapia de reemplazo hormonal con estrógenos, exposición a estrógenos ambientales, etc.) o una disminución relativa de los niveles de progesterona (trastornos anovulatorios, hipotiroidismo, dieta deficiente, estrés crónico, etc.), ocurre la dominancia estrogénica.

Se estima que la incidencia de esta condición en el occidente es cerca del 50% en mujeres mayores de 35 años.

Algunos de los comentarios comunes escuchados en las mujeres en relación con esta condición se muestran a continuación:

  • Mis pechos están inflamados y están creciendo.
  • No me caben mis anillos en mis dedos.
  • Estoy más impaciente que nunca.
  • La gente me dice que estoy bien "mandona".
  • Tengo cólicos como si fuera jovencita.
  • A veces no tolero mi regla o me llega de manera irregular.
  • Me asusta cuando veo coágulos grandes en mi menstruación.
  • Tengo síndrome premenstrual.
  • Cuando me abrazan me duele el pecho.
  • Tengo fibromas o miomas.
  • Tengo endometriosis.
  • No quepo en mis zapatos. Tengo quistes en mis pechos.
  • Me siento cansada todo el tiempo.

Si se siente familiarizada con algunos de estos enunciados pudiera estar teniendo esta condición.

Hace 100 años, la mujer promedio comenzaba a menstruar a los 16 años, se embarazaba a más temprana edad y más veces y lactaba más. En total, la mujer experimentaba su ciclo menstrual entre 100 y 200 veces en su vida. La mujer moderna empieza su pubertad a los 12, casi no lacta, tiene menos hijos y tiene de 350 - 400 veces su ciclo menstrual durante su vida. Esto implica mayor exposición a niveles de estrógenos a lo largo de la vida. Por algo se han relacionado a la lactancia, a los embarazos, a la edad tardía de la primera menstruación, con una disminución de la incidencia de algunos cánceres estrógeno-dependientes, como el de mama y endometrio. La menstruación incesante ha sido relacionada con un aumento en la incidencia de varias condiciones patológicas incluyendo infertilidad, cáncer, fibromas, anemia, migrañas, cambios de estado de ánimo, dolor abdominal, retención de líquidos, endometriosis, enfermedad fibroquística, etc. ¡Qué diferencias hace un siglo!