A lo largo de las tres últimas décadas he tenido acceso a la práctica totalidad de
Al compás de los tiempos y han estado siempre presentes en el escenario de las cocinas de gran parte de los hogares españoles así como en las de los profesionales. Un claro ejemplo de estos últimos es el Thermomix que ha contribuido a lo largo de todos estos años a facilitar sustancialmente muchas de las labores más arduas y tediosas de la cocina.
También ha sido una herramienta impulsora de la afición a la cocina de muchas personas que con su ayuda hicieron sus primeros pinitos en el arte culinario.
En las labores de investigación que mi equipo y yo desarrollamos día a día. Thermomix ha constituido una innegable ayuda que nos ha facilitado nuestro trabajo en múltiples ocasiones y nos ha ayudado a profundizar en diferentes aspectos de la gastronomía.
En este nuevo y cuidado volumen de la serie “Escuela de Cocina Thermomix” -COCINA SANA Y NATURAL- he podido comprobar como se ha continuado la estupenda labor informativa para el aprendizaje de la cocina a través del Thermomix con especial hincapié en la ulilización de los productos de nuestra famosa “dieta mediterránea” y de la utilización de la cocina al vapor con la ayuda del recipiente Varonía.
Todos los especialistas en dietética coinciden en la bondad de ambas, por lo que estoy convencido de que esta obra contribuirá al mantenimiento de su salud y la de los suyos sin dejar de disfrutar de los placeres de la buena mesa.
Contenido
Trucos y Técnicas
Aperitivos con pan de molde
Pirulets de parmesano
Confitar tomates
Canelones de puerro
Moldear verduras
Preparaciones con pasta brik
Rollos con film transparente
Pear tomates
Pelar Pimientos
Rosas con piel de tomate
Preparación y utilización de aros
Huevos poche
Equivalencia entre azúcar y edulcorante
Zumos y batidos
Zumo de tomate
Zumo de uva
Zumo de piña natural
Zumo de papaya y naranja
Zumo de apio
Zumo de pimiento
Batido de chocolate
Batido de papaya
Batido de fresas
Batido de mango
Cafe con leche


Salud ósea y coagulación sanguínea. Las verduras de hoja destacan sobre el resto por su contenido en filoquinona o vitamina K1, el compuesto químico que sintetizan las plantas y la fuente dietética principal de vitamina K. De todas ellas, destacan la col o repollo, espinacas, lechugas, acelga, brócoli y coles de Bruselas. Esta vitamina participa de manera directa en la síntesis de compuestos que regulan la coagulación de la sangre, los llamados factores de coagulación. Su ingesta evita pérdidas de sangre al frenar las hemorragias. No obstante, comer estas verduras en exceso puede interferir con medicamentos recetados para regular la coagulación sanguínea como el acenocumarol (también conocido como Sintrom). En algunos individuos, la respuesta del organismo al fármaco anticoagulante varía según la concentración plasmática de vitamina K1. Esto puede suceder si la persona afectada come habitualmente verdura en una de las comidas. En estos casos, el médico es quien debe aconsejar moderar su consumo. Pero las funciones de la vitamina K van más allá de la coagulación sanguínea. Interviene también en la salud de los huesos, ya que la osteocalcina, una proteína específica de la matriz ósea, requiere de vitamina K para su maduración. La osteocalcina participa de modo directo en la mineralización de los huesos ya que es necesaria para unir de forma efectiva el calcio con la matriz ósea. La cantidad diaria recomendada de vitamina K (90 microgramos para mujeres adultas y 120 para los hombres) se cubre por medio del consumo de alimentos ricos en ella, como las verduras de hoja.

