lunes, 6 de abril de 2009

EL SOBREPESO LASTIMA LAS ARTICULACIONES


El sobrepeso y, más aún, la obesidad, son los factores principales de riesgo en los problemas que conducen a la sustitución de rodillas y caderas debido a la osteoartritis, reveló un estudio publicado por la revista Arthritis Research and Therapy. La obesidad y el sobrepeso se miden mediante un sistema llamado 'Índice de Masa Corporal', que toma en cuenta la estatura de la persona, su género y las dimensiones de su cintura, además de su cuerpo en general. En el estudio realizado por científicos de la Universidad de Monash, Australia, participaron 32.023 voluntarios saludables pero con alto índice de masa corporal. En ellos se determinó la relación entre su peso y la probabilidad de una intervención quirúrgica de la cadera o de las rodillas. El análisis de los resultados determinó que el exceso de peso aumentó tres o cuatro veces la necesidad de la operación y esa incidencia podría tener consecuencias en muchos países, especialmente los industrializados, dijeron los científicos. 'La obesidad epidémica que ocurre en el mundo desarrollado probablemente tenga un importante impacto en la futura demanda de sustitución de caderas y rodillas debido a la osteoartritis', señalan los autores del estudio. Un ejemplo es Estados Unidos, donde se considera que el sobrepeso o la obesidad afecta a más de la mitad de la población. Comprender los mecanismos que promueven las manifestaciones osteoartríticas serán importantes para reducir la necesidad de esas operaciones, agregan.

EL RELOJ BIOLOGICO SE AFECTA POR DIETAS ALTAS EN GRASAS


Consumir sólo unas pocas comidas con elevada cantidad de grasas podría ser suficiente para descalibrar el reloj biológico y entrar en un círculo vicioso que podría llevar a la obesidad y a la diabetes, informaron investigadores estadounidenses.

Los expertos hallaron que un grupo de ratones alimentados con comida de alto contenido graso mostraban cambios importantes en su dieta y sus patrones de sueño, dado que dormían más y comían cuando debían estar descansando.

'El efecto puede ser bastante rápido, en cuestión de días,' dijo el doctor Joe Bass, de la Northwestern University y el Evanston Northwestern Healthcare en Illinois, cuyo estudio fue publicado en la revista Cell Metabolism.

El investigador señaló que el estudio sugiere que comer en exceso altera un mecanismo central del reloj biológico, modificando las señales internas que controlan el apetito.

'Lo que observamos es que el tic-tac del reloj se desaceleraba,' agregó el autor durante una entrevista telefónica.

Conocido como ritmo circadiano, este reloj interno maneja los ritmos diarios del organismo y regula cuándo dormir, despertarse y comer, entre muchas otras funciones del cuerpo.

Estudios previos dirigidos por Bass hallaron que un reloj biológico defectuoso podía elevar el riesgo de obesidad y diabetes. La última investigación mostró que comer en exceso puede incentivar este proceso.

No obstante, el efecto no sería automático. Los humanos han demostrado en muchos estudios que tienen reacciones más complejas que los ratones a los cambios en la alimentación.

'Si se le da a un ratón una dieta de alto contenido graso, comerá cantidades excesivas,' dijo Bass. 'Es lo mismo que una persona que come en McDonald's o ingiere demasiada comida en la cena de Acción de Gracias,' agregó.

Bass dijo que los cambios en la alimentación destacan el mecanismo genético del reloj interno.

'Lo que descubrimos fue que la expresión de los genes que codifican el reloj se altera con las dietas altas en grasas. Es como si la dieta desgastara el reloj o lo oxidara,' manifestó el autor. 'Erosiona la abundancia de proteínas en las células,' añadió.

El estudio sugiere que el ritmo circadiano y el metabolismo estarían íntimamente relacionados, por lo que perturbar el equilibrio del reloj biológico podría tener un efecto negativo.