viernes, 2 de marzo de 2012

CONSEJOS BASICOS PARA PECHOS FIRMES


Factores que actúan en contra de los pechos firmes


Existen varios factores que modifican el cuerpo a lo largo de la vida.
En el cuerpo de la mujer, una de las partes más afectadas son sin duda los pechos.

La adolescencia, los embarazos, la lactancia y las dietas, entre otros, son los causantes de que el pecho se descuelgue, se vuelva flácido y pierda elasticidad.

¿Qué podemos hacer para volver a tener los pechos firmes?


Un mantenimiento diario con ejercicios específicos que le vuelvan la tonicidad a la musculatura del pecho es un aspecto básico. Buscar un especialista en el tema.

Uso diario de aceites 100% naturales, con gran aporte en principios activos elastizantes, hidratantes y regenerantes, ayudarán a los senos a recuperar su firmeza y elasticidad.

Evitar dietas con muchas grasas y azucares. Tampoco convienen las dietas que nos hagan perder mucho peso de forma rápida.

Productos naturales recomendables


Dentro de los productos naturales recomendables para lograr unos pechos firmes y que podríamos aplicar localmente cada día destacaríamos:

Aceite de Argán biológico o en su defecto aceite de almendras dulces.
Aceite puro de Rosa Mosqueta.
Aceites esenciales de Almendra, Romero, Hueso de Aguacate, Toronja y Zanahoria.

A.E. Romero (Rosmarinus officinalis) a nivel cosmético revitaliza y tonifica, de gran efecto reafirmante.
A.E Zanahoria (Daucus carota): Gran aporte vitamínico a la piel, tonifica y reafirma. Gran efecto antienvejecimiento.
Elaboración de un Sérum Pechos Firmes (100 ml)
Mezclar 50 ml de Aceite de Argán biológico + 50 ml de Aceite de Rosa Mosqueta 100% pura.
Añadir 60 gotas en total de aceites esenciales, repartidas de la siguiente manera:

15 gotas de A.E. Almendra.
15 gotas de A.E. Romero.
15 gotas de A.E. Hueso de Aguacate.
10 gotas de A.E. Toronja.
5 gotas de A.E. Zanahoria.
Como aplicarlo
Mezclar bien la sinergia y aplicar mínimo una vez al día, realizando un suave masaje circular, siempre evitando la zona de los pezones por su hipersensibilidad.

Otros consejos para pechos firmes


Si se prefiere la textura de una crema, cambiar los aceites vegetales por Manteca del Karité (100 g.) Se calentaría al baño María la Manteca de Karité hasta tener textura de aceite, retirar y antes de que se enfríe añadir los aceites esenciales y mezclar, dejar enfriar, y ya estaría lista.

PEPINO


El pepino es de la familia de las Cucurbitáceas, como el melón, sandía, calabaza, etc., y es uno de los vegetales más cultivados y consumidos en el mundo.

Debido a su gran adaptabilidad el pepino se cultiva en casi todas las partes del planeta y ha sido incorporado a muchos platos de las cocinas del mundo.

Generalmente el pepino se consume en crudo, en ensaladas, gazpacho, sopa, pero también se usa para preparar encurtidos. Los pepinos para los encurtidos son más pequeños que los que se usan para consumir en crudo.

Beneficios del pepino


Los pepinos son una fuente importante de antioxidantes, como la vitamina C, beta caroteno y numerosos flavonoides.
Si estamos siguiendo una dieta de adelgazamiento el consumo de pepino nos ayudará pues el agua es su componente más abundante.
Es una hortaliza muy refrescante y su consumo en verano está muy indicado por su gran contenido de agua.
Ayuda a prevenir la aparición de celulitis y el estreñimiento ya que es muy diurético y laxante.
Su contenido en grasas es muy bajo y su consumo está muy aconsejado en casos de artritis y diabetes.


Uso externo del pepino


No solo incorporando el pepino a nuestra dieta podemos aprovechar sus beneficios, también si lo usamos de forma externa obtendremos un buen producto de belleza que nos ayudará a cuidar nuestra piel y nuestros ojos.

En un momento u otro de nuestros ajetreados días observamos que nuestros ojos aparecen cansados y con las antiestéticas bolsas que tanto nos molestan.

¿Cómo puede ayudarnos el pepino?


Pues resulta que el pepino es un de gran ayuda para eliminar la hinchazón los ojos. Debemos aplicar unas rodajas de pepino recién cortado sobre los ojos y dedicar unos minutos a disfrutar de su frescor y a relajarnos. Si somos constantes conseguiremos que las bolsas desaparezcan y nuestros ojos luzcan hermosos y descansados.

También el uso del pepino para el cuidado de nuestra piel es un gran descubrimiento. Podemos preparar mascarillas a base de pepino para el cuidado de nuestro rostro, proporcionarán hidratación y frescura a nuestra piel al mismo tiempo que nos ayudarán a luchar contra la aparición de las tan temidas manchas.

El pepino forma parte de la formulación de algunas cremas usadas para hidratar y refrescar la piel.

Información nutricional del pepino


El pepino nos aporta sobre todo agua, es muy pobre en calorías y grasas.

El consumo de pepino nos aporta: hidratos de carbono y fibra y minerales, potasio, fósforo, calcio, magnesio y hierro.

También es importante para nuestra salud el aporte de vitaminas: vitamina C, A, E, B2 y B6.


Si están tiernos es muy aconsejable consumir los pepinos con piel pues de esta forma aprovecharemos mucho mejor todos sus beneficios.

Los podemos aguardar en el frigorífico durante un par de semanas pero nunca dentro de bolsas de plástico.

COMER SANO NO TIENE POR QUE SER DESAGRADABLE


El gran error de nuestra cultura está en la necesaria asociación entre placer y el exceso en cuestiones relacionadas a los sentidos.

Cuanta más estimulación de sensaciones reciben nuestros cinco sentidos, más y más novedad y acumulación de estímulos se necesita para producir placer.

Y esto funciona tanto para los placeres visuales como auditivos o del gusto. Creer que, en cuestiones de salud, alimentación y placer van reñidos, es un gran error que puede llevarnos a importantes alteraciones en muchos campos de la salud.

Placer y comer sano es compatible


El placer y alimentación no necesariamente están relacionados con grandes comilonas y rebuscadas preparaciones.Tampoco una dieta saludable se define por estrictas prohibiciones y aburridas ingestas.

Así lo han entendido quienes, en situaciones críticas de salud, se han visto obligados repentinamente a aprender nuevamente a saborear y a encontrarle el gusto a otros alimentos.

Los criterios acerca de lo que es sabroso cambian en las distintas culturas y regiones del mundo, lo cual demuestra que se trata de una cuestión de hábito.

Modificar esos hábitos en nuestra alimentación, aprendiendo a elegir lo que es sano y a la vez placentero, puede prevenir muchas patologías como el colesterol, la ateroesclerosis, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, etc.

En la variedad está el secreto
Comer sanamente no significa que tengamos que privarnos de todo lo que nos gusta: lo mejor es comer variado y saber qué comer, cuándo, en qué cantidades y cómo presentarlo. Para ello, es necesario tener información básica sobre las necesidades del organismo, y las combinaciones que admite una alimentación equilibrada.

También es necesario disponer del tiempo suficiente para organizar, cocinar y paladear la comida. El organismo humano está diseñado para conseguir su función óptima con un régimen bajo en grasas, regular en proteínas, muy bajo en azúcar y alto en fibra y otros carbohidratos.

La proporción y combinación de los alimentos es clave


La dieta actual de las sociedades occidentales, sobre todo las urbanas, se compone de doble cantidad de grasas, una proporción mucho más alta de ácidos grasos saturados frente a los insaturados, un tercio de la ingesta diaria de fibra recomendada, mucho más azúcar y sodio, menos carbohidratos complejos y escasos micronutrientes.

Para recomponer este desbalance debemos aprender a elegir los alimentos y combinarlos en proporciones más sanas:

Cereales integrales de 6 a 11 porciones que aportan energías y vitaminas.
Hortalizas de 3 a 5 porciones.
Frutas de 2 a 4 porciones.
Proteínas animales y vegetales de 2 a 3 porciones, aumentando el consumo de pescado en relación a las otras carnes.
Lácteos de 2 a 3 porciones.
Grasas, aceites, harinas y azúcares: una ínfima proporción.
Cada caso debe ser tratado de forma individual
Esta es sólo una guía que puede servir de modelo, pero los nutricionistas advierten que cada organismo es diferente, debiéndose atender a las señales de saciedad que emite el propio cuerpo. Los riesgos de una mala alimentación pueden incluir excesos y defectos, y sus efectos van desde la desnutrición a la obesidad, pasando por la bulimia y la anorexia.

La desnutrición se manifiesta fundamentalmente como consecuencia de grandes problemas estructurales de la sociedad, como la pobreza, marginalidad, desocupación, falta de educación, etc. La obesidad, en cambio, es una enfermedad que está muy ligada a problemas en los hábitos de consumo.

¿Cuáles son los hábitos que más nos perjudican?


Entre los hábitos que conducen a la obesidad se destaca el consumo de grandes cantidades de la denominada "comida chatarra": muchas grasas y azúcares, hamburguesas, tocino con huevos, helados, gaseosas, papas fritas, etc.

Si bien la obesidad se da con mucha frecuencia en los países desarrollados, entidades como la OPS advierten del crecimiento en sociedades más carenciadas, como consecuencia de una dieta desbalanceada.

En esas circunstancias, las personas engordan por el consumo excesivo de harinas: pan, fideos, arroz, frijoles, según la región. Otras alteraciones como la bulimia y la anorexia se deben más bien a los mandatos sociales sobre el ideal de belleza, sobre todo en la adolescencia y la juventud.

La prevención es la mejor solución


Todas estas cuestiones deben ser aprendidas desde muy pequeño en el ámbito familiar y escolar. Es prioritario dar un lugar de importancia al momento de la comida, en el que además de una necesidad biológica se satisfagan la necesidad de encuentro con los afectos, de diálogo, de comunicación.

Cuando las condiciones de vida no permitan hacer un alto varias veces al día para sentarse en torno a una mesa y compartir el ritual de la comida compartida, es preferible elegir al menos uno para respetarlo y repetirlo diariamente.

Transformar al comer en un momento de alegría, creatividad y placer no es difícil. Sólo es necesaria una férrea convicción, algo de buena información y el deseo de mejorar nuestra calidad de vida.