martes, 29 de septiembre de 2009

PIEDRAS EN LA VESICULA


Los cálculos biliares son piedras duras y pequeñas que se forman en la vesícula biliar y que pueden variar de tamaño siendo desde tan diminutas como la cabeza de un alfiler o tan grandes como una nuez.

La mayoría se forman con cristales de colesterol cuando la bilis se sobre-satura de dicho componente, precipita y se forma un núcleo a partir del cual se van depositando por aposición los cristales de colesterol. Se constituyen de esta manera los cálculos, adoptando diversas formas y tamaños.

Otras veces son formados por sales biliares es decir sustancias digestivas producidas por el hígado y almacenadas en la vesícula y es posible que se formen por algún desequilibrio de las sustancias que componen la bilis o por exceso de colesterol en los jugos biliares.

Uno de los principales componentes de los cálculos biliares es el colesterol. Si un cálculo biliar bloquea uno de los conductos que transportan la bilis de la vesícula al intestino, puede producirse un ataque de cólico biliar, provocando dolores abdominales intensos, náuseas, vómito, inflamación, eructos, sudoración e ictericia.

La presencia de cálculos también puede causar inflamación e infección de la vesícula. Sin embargo, es muy frecuente que la vesícula contenga piedras sin que se presenten otras complicaciones.

Entre los factores de riesgo están:

- El sexo, ya que este problema aqueja más a mujeres que a hombres, por el papel que juegan las hormonas.

- La edad, ya que en general se presentan en personas mayores de 60 años.

- El sobre peso y la obesidad.

- El uso continuo de pastillas anticonceptivas o estrógenos de restitución.

- Los hábitos alimenticios que incluyen alimentos muy grasosos y poca fibra y almidón.

- Probablemente la herencia, aunque no está bien comprobado.

- El embarazo, ya que diversos estudios han demostrado la relación entre el embarazo y los cálculos biliares.

- El sedentarismo.

Son tan incómodas como las "piedras en el zapato", pero en este caso se localizan en la vesícula biliar. La llamada colelitiasis o cálculos en la vesícula afecta una de cada mil personas.

Si usted quiere prevenir este problema, la clave es evitar la exageración de grasa animal en la dieta.

La obesidad es un factor que contribuye a la aparición de la enfermedad. "La persona obesa generalmente tiene una dieta rica en grasa animal, lo que ayuda en la formación de cálculos biliares. La mejor manera de prevenir, por tanto, es seguir una dieta con bajo contenido de grasa y alto contenido de fibras, actitudes que disminuyen la oportunidad de formarse los cálculos.

Otros factores relacionados al riesgo de desarrollar cálculos en la vesícula incluyen edad (la frecuencia aumenta con el proceso de envejecimiento), embarazo, obesidad, sexo (más frecuente en mujeres), terapia de reposición hormonal y niveles altos de triglicéridos en la sangre.

Tipos
La vesícula biliar es una especie de bolsa que almacena la bilis antes que el líquido actúe en el proceso digestivo de los alimentos, principalmente de las grasas, realizado por el intestino. Posee un tamaño aproximado de 8 cm y está localizada en el borde inferior del hígado, al lado derecho del abdomen.

Existen varios tipos de cálculos (piedras), pero los dos principales son los de colesterol (un 90% de los casos) y los pigmentados (un 10%). Los primeros son compuestos por colesterol, generalmente más comunes en poblaciones con alto grado de ingestión de grasas de origen animal (carne roja, leche y sus derivados, además de frituras y alimentos grasos en general, como los embutidos). Los cálculos pigmentados son originados por sales biliares, otra sustancia presente en la composición de la bilis y que puede generar la precipitación y formación de cálculos biliares.

Silenciosa
La enfermedad puede ser asintomática, o sea, la persona tiene el problema, pero no presenta síntomas. Por eso es importante realizar exámenes de rutina que consiguen detectar las piedras. "En la mayoría de las veces, el diagnóstico es hecho de modo casual durante los exámenes de rutina, como tomografía y ultrasonido del abdomen", dijo Schraibman.

Si la enfermedad no fuere tratada, es preciso tener cuidado para que no evolucione a un cuadro agudo de inflamación de la vesícula (colecistitis aguda), cuando un cálculo obstruye la salida de la bilis; colangitis, que es la una infección grave de los canales que llevan la bilis para el intestino; y hasta una gangrena de la vesícula.

Cirugía
Actualmente, los especialistas utilizan la cirugía laparoscópica para remover la vesícula. Para muchos es el mejor tratamiento, ya que es un procedimiento muy seguro y con un bajo índice de complicaciones. En esta cirugía, son introducidas dos o tres cánulas en pequeñas aperturas en la pared abdominal, que visualizan la cavidad por medio de un monitor.

El procedimiento genera un resultado estético mejor, ya que no requiere grandes incisiones, el dolor en el post-operatorio es más leve, la duración de la hospitalización es menor y el paciente vuelve más rápido a sus actividades cotidianas.

La retirada de la vesícula no afecta el funcionamiento del hígado o del intestino, como se puede pensar en primer momento. Evolutivamente, el hombre no necesita hoy de la vesícula, pues se alimenta varias veces al día, lo que hace la vesícula un órgano subutilizado, ya que no hay la necesidad de almacenarse tanta bilis, segun refieren muchos medicos