miércoles, 26 de octubre de 2011

TOMAR TE VERDE RETRASA LA OBESIDAD


Un antioxidante contenido en el té verde, epigalocatequina-3-galato (EGCG), al parecer es capaz de limitar la absorción de grasas por el organismo. Tomar esta bebida hace ganar peso más lentamente.

En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Penn State, en Estados Unidos, el compuesto logró reducir en casi la mitad el aumento de peso de ratones alimentados con una dieta alta en grasas.

Para el experimento, dos grupos de ratones obesos fueron alimentados con una misma dieta rica en grasas, pero uno de los grupos recibió también un suplemento de EGCG. Los resultados mostraron que aquéllos que tomaron el suplemento aumentaron de peso mucho más lentamente (45%), y registraron un incremento de 31% en el nivel de lípidos fecales (grasa en las heces), lo cual demuestra, afirman los investigadores, que la EGCG limita la absorción de grasas, aunque no suprime el apetito.

"Esto parece tener un doble alcance: primero, la EGCG reduce la capacidad de absorber grasa y, segundo, mejora la habilidad de utilizarla", afirma el doctor Joshua Lambert, quien dirigió el estudio, que se publica en Obesity.

Todavía falta llevar a cabo muchas más investigaciones para ver si estos resultados pueden trasladarse al ser humano, además las cantidades de EGCG utilizadas fueron muy altas, el equivalente a 10 tazas de té verde cada día; sin embargo, el consumo de pocas tazas de té podría ayudar al control del peso, y en un futuro ser una herramienta en la lucha contra la obesidad. Los científicos señalan, no obstante, que para mantener un peso corporal sano lo mejor es consumir una dieta equilibrada baja en grasas y hacer ejercicio, además de añadir algunas tazas de esta bebida.

El té verde fue descubierto en China hace cinco mil años y varios estudios también han asociado su consumo con una reducción en el riesgo de varias enfermedades, incluido cáncer y demencia.

ORTOREXIA


La ortorexia (orthos, correcto, y orexis, comer), identificada como un trastorno de la conducta alimenticia, define a las personas que tienen una obsesión por comer sólo alimentos orgánicos (libres de aditivos, conservadores artificiales, o producidos sin elementos químicos) o probióticos (con microorganismos vivos adicionados, como los lactobacilos que contribuyen al equilibrio de la flora bacteriana intestinal). Esta compulsión es una patología reciente (aún no aparece en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) y su desarrollo suele darse entre la gente conpoder adquisitivo, que puede comprar este tipo de alimentos, por lo general de elevado precio.

Buscan productos probióticos u orgánicos, y rechazan la carne (por la grasa y las hormonas), las verduras cultivadas en sembradíos (donde se utilizan pesticidas o herbicidas), los productos genéticamente modificados, los saborizantes, los colorantes, los conservadores, y todos los alimentos industrializados. Pero así como no comen ninguno de ellos, tampoco consideran que deben sustituir los nutrientes que proporcionan y son necesarios para el organismo, como las proteínas o una cantidad mínima de grasa o de carbohidratos.
Otra característica es que ocupan la mayor parte de su tiempo en pensar qué van a consumir, y temen comer en restaurantes o en casas de amigos porque quizá no cumplen sus estándares de alimentación; esto poco a poco los aisla."Ignoran, o minimizan, que una buena alimentación debe estar balanceada; en cambio, se obsesionan con lo 'saludable', y no ingieren nada más. Esto lleva a los ortoréxicos a la desnutrición y a la inanición", explica Gilda Gómez Peresmitré, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM.La ortorexia fue descrita por primera vez en 1997 por el médico estadounidense Steve Bratman, y tiene algunas similitudes y diferencias con la anorexia y la bulimia.
A diferencia de las personas anoréxicas, las ortoréxicas no piensan en la cantidad o el tamaño de las porciones, en si van a engordar o no, sino en la calidad de lo que ingerirán. El problema no radica en la preocupación de comer de manera sana, sino ensu transformación en una obsesión patológica, señala Gómez Peresmitré.Como ocurre con la bulimia y la anorexia, la presión social y los estereotipos juegan un papel fundamental en su aparición, puntualiza la académica. Fuente: UNAM

ESTUDIO VINCULA INSOMNIO CON MAYOR PROBABILIDAD DE INFARTO CARDIACO

Un estudio noruego divulgado el lunes sugiere que las personas con problemas de sueño tienen de un 27 a un 45% más de probabilidades de sufrir un ataque al corazón.

Cerca de un tercio de las personas dicen tener problemas para dormir y deben acudir a su médico en busca de ayuda, indicaron los autores del estudio, publicado en Circulation, una revista de la American Heart Association, la prestigiosa asociación de cardiólogos de Estados Unidos.

"Los problemas del sueño son frecuentes y bastante fáciles de tratar", dijo Lars Erik Laugsand, principal investigador del Departamento de Salud Pública de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología en Trondheim. "Por eso es importante que la gente sea consciente de esta relación entre el insomnio y los ataques al corazón y hable con su médico si está teniendo síntomas".

Los datos provienen de 52.610 adultos noruegos que respondieron a una encuesta nacional acerca de sus síntomas de insomnio entre 1995 y 1997.

Durante los siguientes 11 años, los investigadores identificaron a 2.368 personas que habían tenido su primer ataque cardiaco, a través de documentos hospitalarios y del registro nacional noruego sobre causas de muerte.

Después de ajustar factores como edad, sexo, estado civil, nivel educativo, presión arterial, colesterol, diabetes, peso, ejercicio, turno de trabajo, depresión y ansiedad, los investigadores encontraron el mayor aumento del riesgo entre quienes tenían más problemas para dormir.

Cuando se compararon los datos de personas que dijeron que por lo general dormían bien con los de personas que declararon tener problemas para conciliar el sueño casi a diario en el transcurso del último mes, observaron un riesgo un 45% mayor de infarto en el segundo grupo.

Los que dijeron que podían conciliar el sueño pero no permanecer dormidos toda la noche mostraron un riesgo un 30% más alto de ataque al corazón que el grupo que dormía bien. Y aquellos que dijeron que no se despertaban sintiéndose renovados mostraron un riesgo un 27% más alto.

Aunque los investigadores advirtieron de que los patrones de sueño pueden variar de una población a otra, un vínculo similar entre el insomnio y las enfermedades cardiovasculares ya había sido sugerido en un estudio en Estados Unidos.

CONSUMO REGULAR DE CAFE PREVIENE CANCER DE PIEL


El consumo diario de café reduce el riesgo de basalioma, la forma de cáncer de piel más frecuente, según un estudio publicado el lunes en Estados Unidos que parece confirmar unas investigaciones previas realizadas en ratones.

Según los autores de este estudio, las mujeres que beben más de tres tazas de café al día ven reducido en un 20% su riesgo de desarrollar un basalioma (o carcinoma de células basales) en comparación con aquellos que consumen poco o nada de café.

Para los hombres -que parecen beneficiarse menos de este efecto protector sin que se explique porqué- consumir más de tres tazas de café al día reduce en al menos un 9% su riesgo de desarrollar cáncer de piel.

La investigación, presentada en una conferencia de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer (AACR, por sus siglas en inglés) en Boston (Massachusetts, noreste), muestra que cuanto más café se consume, más se reduce el riesgo de basalioma.

Los autores del estudio dijeron sentirse sorprendidos por estos resultados.

Aunque ya se había observado en ratones una relación entre la cafeína en forma de ungüento y la dismininución del riesgo de cáncer de piel, los estudios epidemiológicos no habían demostrado claramente ese vínculo.

"Nuestro estudio indica que el consumo de café puede ser una opción importante para ayudar a prevenir el cáncer de piel", dijo Fengju Song, uno de los autores del estudio.

Con casi un millón de casos nuevos de basalioma diagnosticados cada año en Estados Unidos, factores dietéticos como el consumo de café a diario, incluso con modestos efectos protectores, podría tener un gran impacto en la salud pública, indicaron los investigadores.

La investigación se realizó con datos de dos estudios, uno con 72.921 participantes entre 1984 y 2008 y el segundo con 39.976 personas entre 1986 y 2008.

No es la primera vez que se le adjudican propiedades anticancerígenas al café. Ya en mayo de 2011, un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard halló que los hombres que beben seis tazas de café al día reducen en un 20% su riesgo de desarrollar cáncer de próstata. La disminución alcanzaba el 60% en el caso de la forma más mortal de este tumor.

Las reducciones del riesgo fueron idénticas para el café común que para el descafeinado, lo que sugiere que que las virtudes de esta bebida están relacionados con sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

En 2008, otro estudio realizado en Japón mostró una reducción del 60% en el riesgo de padecer cáncer de cuello del útero en las mujeres que consumían más de tres tazas de café al día en comparación con aquellas que bebían menos de dos tazas a la semana. El estudio, encargado por el Ministerio japonés de Salud, se realizó en 54.000 mujeres de 40 a 69 años durante 15 años.


BEBER POCA AGUA ELEVA EL NIVEL DE AZUCAR EN LA SANGRE


Las personas que beben menos de un par de vasos diarios de agua serían más propensas a desarrollar niveles de azúcar en sangre anormalmente altos.

Cuando eso ocurre, aunque no de manera suficiente como para encajar en la definición clínica de diabetes, los médicos consideran que la persona tiene "prediabetes".

En el nuevo estudio, los adultos que bebían medio litro de agua (dos vasos) o menos por día eran más propensos que los que bebían más agua a tener los niveles de azúcar en sangre en el rango prediabético.

Esto demuestra una correlación entre el consumo de agua y el azúcar en sangre, pero no prueba una relación causa-efecto entre ambos, según confirmó la autora principal, Lise Bankir, del instituto francés de investigación INSERM.

Aun así, la relación sería biológicamente viable, aclaró Bankir.

Una hormona llamada vasopresina podría ser el eslabón perdido.

La vasopresina, u hormona antidiurética, regula la retención de líquido en el organismo. Cuando nos deshidratamos, sus niveles aumentan para que los riñones conserven agua. Pero algunos estudios habían sugerido que altos niveles de vasopresina también elevarían la glucosa (azúcar) en sangre.

Hay receptores de vasopresina en el hígado, el órgano que produce la glucosa en el organismo.

Los resultados surgen de 3.615 adultos franceses, de entre 30 y 65 años, con niveles normales de glucosa en sangre al inicio del estudio.

Un 19 por ciento dijo que bebía menos de medio litro de agua por día; el resto consumía un litro o más.

En los nueve años siguientes, 565 participantes tuvieron niveles anormalmente elevados de azúcar en sangre y 202 desarrollaron diabetes tipo 2.

Cuando el equipo analizó el nivel de riesgo de los participantes, según el consumo de agua, halló que los que bebían por lo menos medio litro por día eran un 28 por ciento menos propensos a tener un aumento de la glucosa en sangre que los que bebían menos agua aún.

Pero no se observó una relación estadísticamente sólida entre el consumo de agua y el riesgo de desarrollar diabetes.

Una explicación obvia de la conexión con el aumento del nivel de glucosa en sangre sería que las personas que beben poca cantidad de agua consumirían más bebidas azucaradas.

Pero el equipo consideró el consumo de ese tipo de bebidas y alcohol, como así también el peso, el ejercicio y otros factores asociados con la salud, y la relación entre el bajo consumo de agua y el alto nivel de glucosa en sangre se mantuvo.

"Las conductas más saludables que están asociadas con un mayor consumo de agua podrían explicar la relación observada", escribe el equipo.

Según Bankir, se necesitan más estudios para confirmar estos resultados. Pero, por ahora, recomendó reemplazar con agua las bebidas azucaradas ricas en calorías.

FUENTE: Diabetes Care, 12 de octubre del 2011

LOS PRINCIPALES HABITOS QUE TE HACEN SUBIR DE PESO


Nuestros hábitos o estilos de vida influyen en la ganancia de peso. Si deseas adelgazar chequea estos consejos que te ayudarán a evitar la ganancia de kilos indeseados.

• El dejar de comer

Dejar de comer para bajar de peso no es conveniente, pues si lo haces, lo más probable es que termines cometiendo terribles excesos que alterarán tu metabolismo. Lo mejor es equilibrar las porciones y todos los tipos de alimentos de acuerdo a tus necesidades nutrimentales.

• El consumo excesivo de alimentos procesados

Los alimentos enlatados, congelados o embutidos, contienen aditivos químicos que pueden perjudicar tu organismo. Para eliminar las toxinas conviene que hagas de vez en cuando una dieta de desintoxicación y consumir ante todo alimentos naturales.

• El consumo de harinas y carbohidratos

No elimines los carbohidratos totalmente de tu dieta porque te hará sentir sin energía y acabarás comiéndolos en exceso, pues el organismo humano no está diseñado para vivir sin este tipo de nutrientes. Eso sí, elige carbohidratos de tipo integral, como el pan, cereales y granos integrales.

• El no comer verduras, frutas y legumbres

La única forma de tener una alimentación equilibrada y saludable es incorporar vegetales a tu dieta, así que no pueden faltar en tus comidas. Intenta nuevas formas de preparar y cocinar las legumbres y verduras, puedes experimentar con recetas de ensaladas y jugos variados.

• El vivir como acordeón (adelgazar y luego engordar)

Pasarse la vida adelgazando y engordando solo compromete la salud , deja un montón de estrías y celulitis y aumenta el riesgo de engordar más fácilmente. Lo ideal es perder un kilo por semana y mantenerte en el nuevo peso alcanzado, pues así existe menos probabilidad de engordar fácilmente.

• El comer bocadillos a todas horas

“Picar” a todas horas no es conveniente, ni hay que confundirlo con hacer varias comidas pequeñas al día, lo cual sí es recomendable.