jueves, 6 de agosto de 2015

NUTRA SU TIROIDES CON ALIMENTOS VIVOS

Los alimentos vivos son los que están crudos (no cocidos) y llenos de vida. También son llamados alimentos crudos. Usted puede plantarlos, recolectarlos, hacer germinados de ellos o simplemente comérselos. En cada caso: ¡usted obtiene vida! Esto es porque la vida proviene de la vida. Estos alimentos son su “norte verdadero” su camino a casa de la salud en una jungla de caos dietético, alimentos contaminados y abundante confusión con respecto a qué comer y cómo comerlo.
La buena salud es el resultado de consumir alimentos limpios, enteros y sin procesar ni refinar con un gran porcentaje de ello siendo crudos y vivos. Estos alimentos están atiborrados de nutrientes, agua y fibra que remueven las toxinas, los residuos y “sedimentos” de nuestras células y fluidos intercelulares. Nos ayudan a prevenir la enfermedad. Alcalinizan nuestro cuerpo y nos ayudan a restaurar el equilibrio de nuestro pH. Y le dan a nuestras células los rayos vitales de energía para ayudarlas a comunicarse más eficazmente.
He creado un programa que tiene que ver con hacer y beber jugos todos los días y comer un gran porcentaje de sus alimentos cuando todavía están “vivos”, que significa alimentos vegetales no cocidos ni procesados. Estos alimentos vivos “lo aman de vuelta” mediante darle una plétora de nutrientes dadores de vida. Eso equivale a altos niveles de energía, pérdida de peso, desintoxicación, claridad mental, incremento en la vitalidad y paz interna. Pero a diferencia de la mayoría de los programas de alimentos crudos, el programa de estilo de vida de alimentos vivos de la Dama de los Jugos no echa a un lado toda la comida cocida. Usted incluso puede incluir algunos productos orgánicos de animales alimentados con pasto si lo desea. Este estilo de vida se trata de escoger alimentos puros sin procesar con una abundancia de ellos siendo alimentos vivos: crudos, hechos jugo, licuados, calentados suavemente y deshidratados.
Se hace énfasis en las verduras verdes crudas porque han servido como la base de casi toda la vida en este planeta. Son clave para nuestra vida. Yo he sabido esto desde hace mucho tiempo, pero no podía tener suficientes de estos alimentos en mi dieta para que hicieran realmente una gran diferencia hasta que comencé a hacer alrededor de un cuarto de galón [946,4 ml] de jugo al día que incluía muchas hojas verdes. Rotaba una gran variedad de hojas como acelga roja, berza, col rizada, berza dinosaurio negra, hojas de colinabo, hojas de diente de león, lechuga romana, perejil y espinacas combinadas con pepino, apio, limón [amarillo] y una zanahoria o dos.
Hacer jugo de esta amplia variedad de frutas y verduras brinda una fuerza motriz de vitaminas, minerales, enzimas, fitonutrientes y biofotones. Estos alimentos pueden ayudar a reducir el estrógeno en el cuerpo de la mujer y disminuir el riesgo de contraer cáncer de mama; algo de lo que siempre he estado preocupada ya que mi madre murió de cáncer de mama cuando yo tenía seis años. Los alimentos crudos que son ricos en antioxidantes también ayudan al cuerpo a remover toxinas y, por lo tanto, ayudan al cuerpo a prevenir enfermedades.
Cualquier dieta que esté conformada entre 60 y 80% de alimentos crudos es una dieta de alimentos vivos, porque la mayoría de los alimentos son consumidos en su estado natural. Los alimentos vivos son altos en enzimas, que son importante para el cuerpo porque ayudan a convertir vitaminas y minerales en energía. De hecho, las enzimas son necesarias para cada reacción química que se lleva a cabo en el cuerpo. Ningún mineral, vitamina u hormona puede hacer su trabajo sin enzimas. Las enzimas de los alimentos vegetales trabajan en el sistema digestivo donde predigieren los alimentos y así libran al páncreas y a otros órganos digestivos de tener que trabajar muy duro para producir más enzimas. Comer alimentos vivos, especialmente verduras, germinados, hojas silvestres, frutas, nueces y semillas es lo más saludable para el cuerpo humano. Verdaderamente pueden transformarlo de dentro hacia afuera.
Como su tiroides es una glándula clave que está vinculada con casi todos los sistemas de su cuerpo, necesita trabajar sin fallas. Cuando está fuera de equilibrio, usted se encuentra fuera de balance. Si tiene varios una tiroides hipoactiva, hay probabilidades que pueda beneficiarse de trabajar en la salud de su tiroides mediante comer más alimentos vivos.
Algunos alimentos impulsan la función de la tiroides, lo cual los hace perfectos para tratar el hipotiroidismo, mientras que otros suprimen la función de la tiroides, lo cual puede ayudar a las personas con hipertiroidismo. Y están ciertos alimentos que es mejor evitarlos por cualquiera que esté preocupado por tener una glándula tiroides saludable y una buena salud en general.
Los siguientes alimentos crudos se encuentran entre los más útiles para restaurar el equilibrio tiroideo sea que tenga una tiroides hipoactiva o hiperactiva:
•           Jugos vegetales frescos crudos.
•           Fruta baja en azúcar, especialmente limones, limas, arándanos y otras bayas y manzanas verdes.
•           Nueces y semillas crudas.
•           Alga, por su rico contenido de yodo (para hipotiroidismo).
•           Jugos verdes ricos en clorofila como berro, berza, acelga, col rizada, hojas de colinabo, hojas de remolacha y perejil (rote las verduras crucíferas con otras verduras no crucíferas como la lechuga, las hojas de remolacha, berro y espinaca, si padece hipotiroidismo).
Llevar a cabo cambios dietéticos es su primera línea de defensa para tratar una tiroides hipoactiva. Muchas personas con hipotiroidismo experimentan fatiga paralizante y agotamiento mental, lo cual los lleva a recurrir a formas rápidas de energía como el azúcar y la cafeína. Estas dos sustancias poco saludables pueden agotar su tiroides y desestabilizar su azúcar en sangre más rápido que cualquier otra cosa.
Cuando hice mi internado con un médico en nutrición siempre decía: “La cafeína y el azúcar son a la tiroides y las suprarrenales como azotar a un pobre caballo cansado que solo quiere descansar”. Manténgase alejado del azúcar y la cafeína; pueden provocar la sobreproducción de las hormonas del estrés —es decir la adrenalina y el cortisol— que pueden obstaculizar la función tiroidea y agotar todavía más su tiroides.
Con el fin de arreglar su metabolismo, usted necesita nutrir su glándula tiroides, remover los alimentos y las sustancias que lo suprimen, y trabajar en su salud general. Esto es lo que usted puede hacer:
•           Consuma abundantes alimentos ricos en yodo, incluyendo pescado, mariscos, verduras marinas, huevo, arándanos, espinaca y pimiento morrón verde.
•           Incremente sus proteínas. Las proteínas transportan hormonas tiroideas a todos sus tejidos así que disfrútela en cada comida. Las proteínas incluyen las nueces y las cremas de nueces; quinoa; productos animales libres de antibióticos (carnes orgánicas de reses alimentadas con pasto, huevos y pescado cultivado de manera sostenible); y leguminosas (judías, lentejas, guisantes secos).
•           Utilice sal marina celta; evite del cloruro de sodio yodado (sal de mesa). La sal marina celta contiene naturalmente yodo con un complemento completo de minerales que trabajan juntos.
•           Tome un buen suplemento multivitamínico y multimineral.
•           Consuma grasa en su dieta. La grasa es su amiga. El colesterol es el precursor de los circuitos hormonales. Si usted consume insuficiente grasa y colesterol, usted podría estar exacerbando desequilibrios hormonales, incluyendo las hormonas tiroideas. Las grasas saludables incluyen aceite de oliva; ghee; aguacate; linaza; pescado; nueces y cremas de nueces y aceite de coco virgen.
•           Utilice el aceite de coco virgen en la preparación de los alimentos. Los aceites poliinsaturados como los de soya, maíz, cártamo y girasol son dañinos para la glándula tiroides porque se oxidan rápidamente y se vuelven rancios. El efecto opuesto sucede con el aceite de coco virgen; no se oxida ni se vuelve rancio fácilmente.
•           Los arándanos son una fruta excelente baja en azúcar. Cómprelos en el otoño y congele un poco para cuando estén fuera de temporada. Contienen yodo que es bueno para la tiroides.