martes, 19 de noviembre de 2013

PROBLEMAS QUE LA COMIDA MODIFICADA GENETICAMENTE YA ESTA OCASIONANDO

Los alimentos modificados genéticamente se han instalado en el día a día del consumidor. Ellos no saben cuáles son, pues no van acompañados de un sello que los identifique y, posiblemente, tampoco es conocedor de los males que su consumo puede acarrear para la salud. Diversos estudios apuntan los numerosos problemas que actualmente este tipo de productos ya está ocasionando y que las personas desconocen por la escasa divulgación de los resultados. Existen numerosas razones para excluir este tipo de alimentos de la dieta diaria y llevar una rutina alimenticia sin riesgos. Aquí te presentamos los problemas que la comida modificada genéticamente ya está ocasionando, junto con las fotografías de los productos que ya están siendo sometidos a esta tecnología.
Problemas en el hígado y los riñones
Los resultados de los análisis de varios estudios han concluido que los órganos más afectados por el consumo de los alimentos modificados genéticamente son el hígado y los riñones. El buen funcionamiento de ambos órganos es fundamental, ya que ayudan a expulsar las toxinas resultantes del proceso de metabolismo del cuerpo. Si no se toma precaución respecto a este tipo de alimentos, los efectos sobre el hígado y el riñón pueden ser devastadores, y conllevarán una rutina problemática para las personas que sufran sus efectos.

Cambios en el útero y el ciclo reproductivo
Aunque el estudio no se ha realizado aún con personas, sí que se ha hecho en roedores de laboratorio, y los resultados no pueden ser más preocupantes. Según concluye una investigación realizada en 2009 en Brasil, los ratones alimentados con soja modificada genéticamente mostraban cambios significativos en su útero y en su ciclo reproductivo. Por el contrario, las que fueron alimentadas por soja orgánica y las que ni siquiera recibieron soja, no mostraron ningún tipo de alteración durante el proceso de alimentación. Todo indica que los problemas registrados en estos animales podrían tener continuación en los seres humanos, poniendo en riesgo, sobre todo, a las mujeres.

Mayor tasa de mortalidad
En la línea de las investigaciones sobre otros parámetros se sitúa la de la tasa de mortalidad por consumo de alimentos modificados genéticamente. Diversos estudios han confirmado que los animales que consumían este tipo de productos sufrían una mortalidad un 90% mayor que los animales que eran alimentados con comida sin modificaciones. La muerte prematura es un mal que debe preocupar a toda la sociedad, un problema que se puede evitar optando por una alimentación basada en productos orgánicos. Además, aunque no provocase la muerte directa, la serie de problemas que causa en el organismo provocaría que una vida repleta de achaques.

Vinculación con el cáncer
La leche modificada con la hormona de crecimiento bovino que la empresa Monsanto lanzó al mercado contiene altos niveles de una hormona llamada “factor de crecimiento insulínico tipo 1”. Esta hormona, cuando se halla en grandes cantidades, está vinculada al cáncer de mama, al de próstata y al de colon en los seres humanos. Por tanto, este problema es un riesgo palpable y demostrado en la salud de las personas, que deberían optar por unos alimentos lo más naturales posibles para no sufrir enfermedades como éstas. La alimentación a base de productos modificados genéticamente conlleva poder sufrir estos problemas.

Esterilidad
Los estudios realizados en animales también evidenciaron que aquellos que fueron alimentados con comida modificada genéticamente sufrieron altos índices de esterilidad, lo que repercutía negativamente en su capacidad de reproducción de la especie. Un dato muy preocupante para la población humana, que podría tener problemas a largo plazo con su fertilidad, si bien es cierto que los casos hallados en humanos no han podido ser conectados directamente con el consumo de este tipo de alimentos, aunque tampoco totalmente descartados. Lo mejor es optar por la prudencia de no consumirlos.

Aumento de alergias
Paralelamente a las evidencias localizadas en torno al aumento de enfermedades como el cáncer en los seres humanos, que habían consumido una gran cantidad de alimentos modificados genéticamente, están también el aumento de las alergias. Poco tiempo después de que la soja modificada genéticamente fuera llevada al Reino Unido, las alergias en torno a este alimento aumentaron un 50% en la región. Un incremento impresionante que avisa de uno de los efectos secundarios de este tipo de comida. La exposición a su consumo puede derivar en una intolerancia al producto orgánico.

Riesgo para los embarazos
Quizás uno de los efectos secundarios más delicados. En algunos estudios se ha certificado que los animales en estado de gestación que consumían estos tipos de alimentos transmitían numerosos problemas a sus crías que, en muchas ocasiones, llegaban a nacer con malformaciones. Un problema que no ocurría con aquellos que tenían una alimentación a base de productos totalmente naturales y sin tratamientos previos. Un aviso para todas aquellas madres que se arriesguen a optar por estos alimentos durante el embarazo, que podría conllevar problemas para sus hijos.

Resistencia a antibióticos
La resistencia a los antibióticos de los elementos propios de los alimentos modificados genéticamente son una preocupación relacionada con la inocuidad de estos productos, porque muchos de ellos se crearon utilizando genes resistentes a ellos. Si dichos genes se pudieran transferir de los alimentos al cuerpo humano, podrían desarrollarse bacterias resistentes a los antibióticos, con efectos perjudiciales para la salud. Esto podría provocar que si se ingiere alguna sustancia nociva para el cuerpo, fuese muy complicada su eliminación, debido a esta resistencia.

Perjuicios económicos
Los perjuicios no sólo tienen que ver con la salud, sino también con otros ámbitos como la economía mundial. El desarrollo de estos alimentos modificados genéticamente está en manos de unas pocas multinacionales que, si nada ni nadie lo remedia, terminarán controlando el mercado de alimentación. Además, no sólo controlan la producción de estos productos, sino de otros como los herbicidas específicos para estos alimentos. El monopolio en la producción de comida conlleva altos riesgos para la población, que no tendrá alternativas económicas y saludables ante estos alimentos previamente modificados.

PROTEINA VEGETAL Y ANIMAL


El aporte prioritario que ofrecen los productos cárnicos es la proteína, este nutrimento es indispensable para el organismo ya que tiene múltiples funciones como son la formación de masa muscular, funciones biorreguladoras por ser parte de las enzimas y de tener una importante actividad en el sistema inmune por formar las defensas ya que los anticuerpos son proteínas.

Las proteínas son cadenas de aminoácidos y aportan 4 kcal por gramo, las podemos obtener de diferentes alimentos como son productos de origen animal: carne de res, pollo, pescado etc; huevo, leche y sus derivados. También se encuentran en alimentos vegetales, principalmente en el grupo de las leguminosas (frijoles, habas, lentejas, alubias); en menor proporción también se encuentran en los cereales (maíz, trigo, avena etc.).

¿Pero es realmente lo mismo comer proteina vegetal que animal? La respuesta es no. 

Hay ocho aminoácidos que no pueden ser sintetizados por nosotros mismos, por lo que el medio para obtenerlos debe ser la dieta, a estos se les llaman esenciales. Los demás se conocen como aminoácidos no esenciales.

La gran diferencia que hay entre las proteínas es el número y la cantidad que tienen de cada aminoácido, de tal manera que se forman proteínas de diferente calidad, a esto se le denomina valor biológico de la proteina: a mayor contenido de todos los aminoácidos es más alto el valor biológico.
Las proteínas poseen valores biológicos diferentes y esto está influenciado por origen: las proteínas de origen animal poseen un valor biológico superior a las de origen vegetal como es el caso de la soya, de tal manera que no es lo mismo comer un filete de pescado que frijoles, sin embargo estas deficiencias de aminoácidos que presentan se pueden resarcir a través de combinar ciertos alimentos: al comer juntos cereal con leguminosas, se puede obtener una proteína de un valor biológico prácticamente igual al de la carne; algunos ejemplos de combinaciones de cereal y leguminosas son un taco de frijoles, arroz con lentejas, mollete (bolillo con frijoles), caldo con arroz y garbanzos.

Concluyendo, no es lo mismo comer proteína vegetal que animal, en calidad es mejor esta última, sin embargo, al combinar cereal con leguminosas se eleva considerablemente su valor.