miércoles, 14 de enero de 2009

LA NUTRICION DEL NIÑO II


La supresión de las golosinas, los pasteles, los fritos y los embutidos en general no resultarán fácil, pero tampoco será imposible, sobre todo si se pone un poco de imaginación en la elaboración de los alimentos sustitutorios.
Uno de los remedios fundamentales consiste en convencer al niño de que su obesidad le hace daño y, en la mayor medida posible, acompañarlo tanto en la dieta que deba cumplir como en los ejercicios físicos que deba hacer. La sutileza que empleen los padres en ello será de gran valor, puesto que el niño no sólo debe acostumbrarse al cambio en el aspecto físico sino también en el mental, para lo cual suele estar menos preparado que un adulto.
Para compensar la ausencia de alimentos que, aunque nocivos, era de su agrado, lo mejor será estimularlo a que practique un deporte que le guste, y proponerle la realización de ciertas actividades que lo entretengan y lo gratifiquen, como dar un paseo andando o en bicicleta, compartir con él algún juego, sugerirle que inicie la colección de algo o llevarlo al cine, a ver un partido de fútbol o al circo. El dinero adicional que implique el costo de estas actividades será la mejor inversión que los padres puedan hacer para un futuro sano para el niño.

A diferencia de la dieta destinada a un adulto, cuando se elabora la de un niño se debe tener en cuenta dos factores primordiales: las necesidades superiores de proteínas para su adecuado crecimiento y de hidratos de carbono para alimentar el derroche de energía de que suelen hacer gala los niños vitalmente sanos.
Así, la nutrición debe incluir alimentos ricos en proteínas, entre los que figuran la carne, el pescado, la leche y sus derivados, los huevos y las leguminosas, y también aquellos que tienen abundantes cantidades de hidratos de carbono, como la miel, el azúcar, el pan, el arroz, las patatas, las legumbres secas, y los plátanos.
Hay ciertas medidas que no sólo ayudarán al niño a consumir una variedad equilibrada de nutrientes sino también a que adopte hábitos dietéticos adecuados para alcanzar un futuro más saludable.
Una de ellas consiste en acostumbrarlo desde pequeño a comer alimentos variados, desde una simple patata hervida hasta ensaladas de frutas exóticas. Las verduras tienen, en general, fama de no gozar del aprecio infantil, pero cuando están bien combinadas y se presentan de forma atractiva suelen ser bien aceptadas por los niños. Un plato de espinacas hervidas, sin más, no ejercerá la misma atracción que un budín de espinacas y huevos, con un toque de queso y bañado con una salsa ligera de tomates naturales.
Otra medida eficaz es la de explicarles, para que sirven los distintos alimentos, potenciando la salud y el bienestar como meta máxima de toda buena alimentación. Aun otra, y de mucha importancia, es inculcarle tanto el amor como el respeto hacia su cuerpo y, de forma complementaria, también hacia el deporte. Es raro que el niño no quiera crecer y tener un cuerpo fuerte y musculoso que le permita hacer proezas a los ojos de otros niños y, a la vez, divertirse utilizándolo como destreza en algún juego.

LA NUTRICION DEL NIÑO I


A pesar de que la difusión de datos fehacientes sobre las ventajas y los inconvenientes de distintos tipos de alimentación ha contribuido a debilitar ciertas creencias, aún persisten algunas. Entre ellas, aunque con una afortunada tendencia a disminuir, se cuenta la de que un niño rollizo es más sano que uno delgado. Pero nada está más lejos de la verdad, por cuanto la salud de un niño no se mide por su peso sino por su aspecto y por la vitalidad con que se desenvuelve normalmente.
El atribuir la salud de un niño a su peso superior al normal no sólo implica su innecesaria sobrealimentación, con lo cual se le aporta cantidades de energía superiores a las requeridas por las actividades que suele realizar, sino también el perjudicial suministro indiscriminado de alimentos con muy alto contenido de grasas saturadas, con lo que se estará sembrando la semilla cuyo fruto será la obesidad, en genral, para el resto de su vida. El hábito de utilizar la comida con otros fines que los alimentarios se inicia desde la más tierna infancia, como suele suceder cuando los padres ofrecen algo de comer al bebé que llora, como elemento disuasorio o como calmante, aunque el motivo de su llanto no sea el hambre. Así comienza la anulación de la necesidad fisiológica de comer que, con el tiempo, va convirtiéndose en un mero impulso social o de autocomplacencia sin sentido racional y que, con más frecuencia de la que se cree, desemboca en una franca obesidad.Aunque aún está por determinar si el excesivo tejido adiposo proviene de factores hereditarios o ambientales, o de una combinación de ambos, sí se sabe que los tejidos grasos se forman en la infancia y en los primeros años de la adolescencia y que, una vez instalados, permanecen en el cuerpo para toda la vida. Prueba de ello es que alrededor del 80% de los obesos adultos tiene antecedentes de obesidad durante la infancia.
La razón de este fenómeno radica en que, además de contar con un número de células grasas dos o tres veces superior al que tiene un niño de peso adecuado, esas células son, en sí, mucho más grandes que las normales, y su carga de adiposidad es tal que jamás será utilizada por el organismo.
La mala alimentación del niño obeso suele ir acompañada de un incentivo escaso o nulo, por parte de la familia, para que practique deportes o ejercicios físicos, lo cual contribuye a que su gasto energético sea inferior al deseable.
Los padres que se preocupan por la obesidad de sus niños, aunque sin quererlo suelen ser ellos los causantes, la atribuyen a menudo a supuestos problemas endocrinos. Pero la incidencia de este tipo de trastornos en los casos de obesidad infantil es muy baja, apenas de un 2%. Así, se encuentran ante la ingrata tarea de tener que someter a un niño a una dieta para adelgazar.


VINAGRE DE MANZANA PARA ADELGAZAR?



El Vinagre de Manzana es utilizado desde hace años por su gran efecto diurético ya que es rico en Potasio y ayuda a alcalinizar un poco nuestro Ph. Podemos decir que el vinagre de manzana provoca en el organismo un efecto depurativo y remineralizante.

¿Por qué el vinagre de manzana esta de moda en dietas para adelgazar?

El vinagre de manzana se viene utilizando desde hace muchísimos siglos.
Propiedades
· Es un gran depurativo intestinal (gracias al ácido acético) y ayuda a combatir el estreñimiento ya que las bacterias malignas que nos ocasionan gases y putrefacciones mueren ante su contacto.Aquellas personas con digestiones muy lentas e hinchazones notarán una gran mejoría. Así pues nos ayudará a deshincharnos y perder volumen.
· Gran poder saciante. Está comprobado (y lo podéis experimentar) que beber agua con vinagre de manzana durante las comidas hace que nos sintamos saciados antes.
· Su riqueza en vitamina A le confieren efectos muy positivos para la sequedad de la piel y de todas las mucosas del cuerpo (especialmente la del ojo). Hemos de recordar que muchas personas que hacen dieta se quejan de pérdida de tono e hidratación de su piel.
· Tiene un buen efecto diurético ya que es muy rico en Potasio y ayuda a alcalinizar un poco nuestro Ph sanguíneo. Eso hace que, aunque orinemos más, no perdamos Potasio (ocurre al tomar la mayoría de los diuréticos) y evitamos los mareos, calambres y cansancio habituales.
Podemos decir que en general provoca en el organismo un efecto depurativo y remineralizante. Las personas que toman el vinagre de manzana se sienten, en general, más ligeras y saludables.

¿Cuál es la dosis adecuada de vinagre de manzana?

Como norma, lo ideal es una cucharadita de las de postre de vinagre de manzana, en medio vaso de agua con una cucharadita de algún endulzante como la miel, Estevia, Agave o melaza o azúcar de caña. Lo podemos tomar antes de las tres comidas principales.
A veces hay que adecuar la dosis de vinagre de manzana a nuestro organismo (hay personas que se sienten mejor poniendo menos vinagre o tomándolo sólo una o dos veces al día. Otras notan una mejor digestión tomándolo después de las comidas).

¿Sabías que...?

Sólo es válido el vinagre de manzana. No vale el vinagre de vino.El buen vinagre de manzana no está refinado y si no los ponemos a la nevera suelen crear, al cabo de unos días, una especie de velo en el interior, que es poco agradable. Lo podemos filtrar y continua siendo bueno para tomar.

FRUTAS PARA DESINTOXICAR EL ORGANISMO DE LOS EXCESOS


Los excesos están a la orden del día, y es que las comidas copiosas, el exceso con el alcohol y los dulces pueden pasarnos factura, pues suponen un esfuerzo extra para nuestro organismo que se ve desbordado.
Normalmente el sistema digestivo trabaja para hacer que el organismo asimile perfectamente los nutrientes. Pero cuando existe un exceso de alcohol o de grasa en las comidas hacemos que órganos como el hígado o el páncreas trabajen en exceso y por lo tanto puedan estar agotados y darnos alguna que otra molestia.
Cuando sometemos a nuestros órganos digestivos a un trabajo excesivo estos suelen cansarse y en muchas ocasiones llegan a inflamarse. Es importante que tengamos esto en cuenta y que lo pongamos remedio dentro de lo posible. La causa de este sobreesfuerzo es el exceso de alimentos difíciles de procesar como el alcohol o las grasas excesivas, por lo que tenemos que evitar su ingesta si lo que queremos es recuperarnos.
La recuperación de los órganos digestivos se consigue mediante el descanso de éstos, y esto se consigue a través de una dieta depurativa que tiene que basarse en las vitaminas que serán los nutrientes que devolverán a su estado habitual a nuestros órganos. Esto es lo que se llama dieta blanda y debe basarse en las frutas que nos ayudarán a mejorar nuestra salud después de un exceso.
La vitamina C es un aliado perfecto para hacer que nuestros órganos se recuperen de los excesos. Este nutriente tiene la cualidad de reforzar nuestras defensas frente a los ataques del exterior, pero además ayuda a mantener en perfectas condiciones los tejidos corporales, por lo que es la mejor manera de regenerar nuestros órganos. La vitamina C tiene la cualidad de proteger las células del organismo frente a los ataques del exterior.
Una buena dieta para recuperar el organismo después de un exceso es la que se basa en la ingesta de fruta, y es que no solamente la vitamina C es adecuada para devolver al organismo su estado habitual, sino que las vitaminas del tipo B son también aliadas del sistema digestivo, ya que ayudan a asimilar los nutrientes y evitan un trabajo excesivo por parte del organismo.
Pero no solamente las vitaminas nos ayudan a recuperar el estado de salud habitual de nuestro organismo, sino que la fibra que nos brindan las frutas es un perfecto depurador del organismo, pues contribuye a eliminar las toxinas que se encuentran en nuestro cuerpo y que en estas fechas es habitual.
El alto contenido en líquidos que tienen las frutas es ideal para aportar una hidratación óptima al organismo después de haber perdido gran parte de los líquidos con los excesos del alcohol. Entre las frutas destacadas debemos ingerir piña, todo tipo de cítricos, manzanas, kiwis, papayas…

QUE HAGO CON MI ENOJO?




Al hablar de ser saludables, no sólo debemos pensar en hacer ejercicio y comer sano. También debemos controlar la ira o evitar enojarnos. Hay tres formas, conscientes o inconscientes, de lidiar con el enojo: Expresarlo, suprimirlo o relajarlo.

  • La primera y la más instintiva, es responder a las amenazas con la agresión verbal o física. Sobra decir que no ayuda en nada. No podemos andar dando latigazos a cualquier objeto o persona que nos irrite. Si podemos controlar lo que dispara nuestro enojo y si somos capaces de reconocer el sentimiento y ponerlo en palabras, sin herir al otro, estaremos empleando la manera más sana y madura para eliminarlo. Si un hijo nos dice: “Me gustaría tener otra mamá o papá”, hay que felicitarnos porque tiene el valor de expresar lo que siente. Sólo nos queda acompañarlo en su sentimiento y ayudarlo para que identifique la emoción primaria.
  • La ira se puede reprimir y, después, convertir o redireccionar. Esto sucede cuando nos tragamos el enojo, dejamos de pensar en él o nos enfocamos en otra cosa. Lo hacemos con la idea de inhibirlo y convertirlo en un comportamiento más constructivo. Esto puede sonar muy civilizado pero si no está bien manejado puede resultar muy peligroso ya que, al no darle salida, el enojo puede volverse hacia nosotros. Esto nos puede producir hipertensión o depresión. Asimismo, el enojo no expresado abiertamente puede salir de manera pasivo-agresiva y manifestarse al desquitarnos con la gente indirectamente y sin decirle por qué. Quienes constantemente critican, se burlan o hacen comentarios sarcásticos de los demás, no han aprendido a expresar su enojo. No es raro que a estas personas se les dificulte establecer buenas relaciones.
  • Finalmente, podemos calmarnos. Esto no sólo implica controlar las expresiones externas, sino también controlar las internas. Tomar medidas para bajar el ritmo cardiaco, respirar hondo varias veces, contar hasta diez, decirnos: “Cálmate, no es para tanto, no arreglas nada enojándote”. En fin, podemos relajarnos y dejar que los sentimientos disminuyan y se vayan.

Lo cierto es que no podemos evitar enojarnos o que se enojen con nosotros. La vida siempre tendrá frustraciones, pena, pérdidas y, de vez en cuando, alguna reacción impredecible por parte de los demás. Eso no lo podemos cambiar, pero sí podemos modificar la forma en que el enojo nos afecta y, también, podemos encontrar el verdadero mensaje que se encuentra debajo de él. Si conocemos la emoción primaria, podremos aceptar y controlar la ira y establecer relaciones más satisfactorias con los seres que nos rodean.

Ahora valdría la pena observar qué pasa en nuestro cerebro cuando nos enojamos. Ciertos estudios demuestran que un cuarto de segundo es suficiente para interpretar las cosas de manera diferente. Así que cuando te enojes, espera un momento antes de dar una respuesta.