sábado, 7 de agosto de 2010

8 MANERAS DE REDUCIR TUS PORCIONES



El incremento en el tamaño de las porciones tiene gran parte de culpa en cuanto al crecimiento de la cintura. Encuentra aquí cómo asegurarte de que tus porciones sean adecuadas.

Una forma fácil de reducir calorías


Es un hecho simple: come menos y perderás peso. Existe mucha evidencia de que en los últimos 50 años las porciones de los restaurantes han “crecido”, y, con ellas, nuestra cintura. Nos hemos acostumbrado a comer porciones más largas en detrimento de nuestra salud. Aquí te enseñamos ocho sencillas maneras de reducir el tamaño de tu porción.



1. Espera 10 minutos


Tu estomago necesita de ese tiempo para decirle a tu cerebro que está lleno, así que espera antes de que te sirvas más puré de papas o lasaña. Si realmente te quedaste con hambre, entonces sírvete una segunda porción de vegetales o ensalada.



2. Deja el club “de los que dejan limpio el plato”


La mayoría de nosotros comemos todo lo que nos sirven, no importa qué tan grande sea la porción. Una mejor estrategia es comer una cantidad saludable de comida y luego detenerte. Después de todo, es mejor desperdiciar un poco de comida que sobrecargar tu cuerpo.



3. Nunca comas directamente de la bolsa, caja o cartón


Si vas a consumir comida preparada, sirve la porción correcta en un plato y guarda el empaque, siéntate y tomate un tiempo para disfrutar de ella.



4. ¿Te gusta alimentarte en grande? Entonces consume comida saludable


Llena tu plato con vegetales y ensalada o un gran tazón de caldo. Estos alimentos ricos en agua y bajos en grasas también son bajos en calorías, así que una gran porción de ellos no te causará ningún problema.



5. Piensa en pequeño


Usa platos más pequeños para tus comidas. Menos espacio en el plato significa un control automático de la porción. Y cuando ordenes o compres comida, escoge los artículos que tengan la menor cantidad de calorías.



6. Antes de comer, separa las sobras


De esa manera, servirte un segundo plato requerirá de un gran esfuerzo mental.



7. Escoge porciones personales


Compra o prepara comida con alto contenido de calorías en porciones individuales. En vez de comprar los envases familiares de helado, compra porciones personales. Haz panquecitos en vez de un pastel grande.



8. Termina con un postre


Ya que estarás consumiendo cantidades más pequeñas, tal vez quieras más comida: agrega algo de volumen al final de tu comida con una manzana, naranja, o una gran rebanada de melón.

USOS DEL VINAGRE



¿Creías que el vinagre sólo se usaba para aderezar las ensaladas?

Este producto puede acondicionar el cabelllo y refrescar el aliento.



Acondiciona tu cabello: ¿Quieres darle vida a un cabello débil y maltratado? Crea un acondicionador mezclando una cucharada de vinagre de manzana con dos cucharadas de aceite de oliva y tres claras de huevo. Aplica la mezcla en el cabello y cúbrelo por 30 minutos con un papel plastificado o una gorra para regadera. Para terminar, lávate


y enjuágate el cabello como siempre.



Como antitranspirante: Tus axilas no necesitan un desodorante comercial para estar frescas. Aplica vinagre en cada axila por la mañana y déjalo secar. También desaparecerán las manchas que los desodorantes han dejado en tu ropa.



Refresca tu aliento: Después de con-sumir una buena ración de ajos y cebollas, una forma sencilla de endulzar tu aliento es enjuagarte la boca con una solución de dos cucharadas de vinagre de manzana con una cucharadita de sal, disueltas en un vaso de agua tibia.



Cuida tu piel: El uso del vinagre para tonificar la piel nos remonta a los tiempos de Helena de Troya. Después de lavarte la cara, dale un enjuague final con una mezcla de ¼ de taza de vinagre de manzana y ¼ de taza de agua, para limpiar y reafirmar tu cutis. Para hacer tu propio tratamiento facial mezcla ¼ de taza de vinagre de manzana y ¼ de taza de agua. Aplícalo en la piel y deja que seque.



Cataplasma para los callos: Se trata de un viejo remedio comprobado. Moja un trozo de pan blanco o duro en ¼ de taza de vinagre blanco. Deja que el pan se impregne 30 minutos; después, toma un trozo y cubre el callo por completo. Asegura la cataplasma con una gasa o cinta adhesiva y déjala toda la noche.

Por la mañana, la piel callosa endurecida se habrá ablandado. Para callos más gruesos, repite el procedimiento cuantas veces sea necesario.