jueves, 22 de diciembre de 2016

EFECTOS DEL MAL SUEÑO EN LA SALUD

Después de una noche… estás más hambriento y tienes más posibilidades de comer más. Algunos estudios han relacionado la falta de sueño a corto plazo con una tendencia a comer porciones más grandes, comidas calóricas y carbohidratos, así como a elegir alimentos poco saludables cuando vas a hacer la compra.
Tienes más probabilidades de tener un accidente. Dormir menos de seis horas triplica el riesgo de tener un accidente por conducir con sueño, explica Drowsydriving.org, la Fundación Nacional del Sueño en Estados Unidos. Además, tener una mala noche puede afectar a la coordinación ocular del conductor, tal y como muestra una investigación de la Universidad Metropolitana de Manchester. En general, la falta de sueño te hace estar más torpe, vayas o no al volante, según la página “Prevention”.
No tienes tan buena cara. El cuento de La bella durmiente se hace realidad. The HuffPost ya informó del estudio publicado el pasado año en la revista SLEEP que revelaba que a los participantes que habían dormido menos se les describía como menos atractivos y más decaídos. Otro estudio realizado por el Instituto Médico Karolinska de Estocolmo descubrió que la gente con aspecto agotado es considerada menos accesible. Y con el tiempo, el problema no hace más que empeorar: los investigadores relacionan una privación crónica del sueño con el envejecimiento de la piel.
Tienes más probabilidades de contraer resfriado.  Un descanso adecuado es una de las claves para tener un buen sistema inmunitario. Así, en un estudio realizado por la Universidad Carnegie Mellon se descubrió que dormir menos de siete horas estaba asociado con un riesgo tres veces mayor de coger un resfriado. Además, la Clínica Mayo explica:
Mientras duermes, tu sistema inmunitario libera unas proteínas llamadas citocinas, algunas de las cuales ayudan a producir sueño. Al sufrir una infección, una inflamación, o estrés, tu cuerpo necesita más citocinas protectoras, cuya producción puede disminuir por la falta de sueño. Además, las células y los anticuerpos que luchan contra las infecciones se reducen en periodos en los que no has dormido lo suficiente.
Pierdes tejido cerebral. Un pequeño estudio reciente llevado a cabo entre 15 individuos y publicado en la revista SLEEP demostró que el hecho de pasar una sola noche sin dormir estaba relacionado con una pérdida de tejido cerebral, calculada por los niveles de sangre de dos moléculas cerebrales que normalmente aumentan a causa de un daño cerebral.
Tienes más probabilidades de alterarte. En un estudio de 2007 realizado por investigadores de la Universidad de California en Berkeley y la Escuela Médica de Harvard se utilizaron resonancias magnéticas para mostrar que la falta de sueño hace que las regiones emocionales del cerebro estén un 60% más activas. “Es como si, tras pasar una noche sin dormir, el cerebro volviera a unos patrones de actividad más primarios, en los que es imposible contextualizar las experiencias sensibles y reaccionar de una forma controlada y adecuada”, afirmó Matthew Walker, director del Laboratorio del Sueño y de la Neuroimagen de la Universidad de California en Berkeley. “En el campo emocional, no estás en igualdad de condiciones”.
Menos concentración y con problemas de memoria. El agotamiento ataca a tu capacidad de concentración y puede volvertemás olvidadizo (no es raro que pierdas el móvil entre las sábanas después de una mala noche). Por si esto fuera poco, se cree que el sueño puede estar implicado en el proceso de consolidación de la memoria, según un estudio de Harvard, que explica que engañar al sueño puede dificultar el aprendizaje y la retención de nuevos conceptos.
Después de un tiempo…
El riesgo de derrame cerebral se cuadruplica. Una investigación presentada en la conferencia “SLEEP” de 2012 sugería que dormir menos de seis horas al día incrementaba el riesgo de derrame para la gente de mediana edad y los ancianos. “La gente que duerme menos de seis horas mostró un riesgo de sufrir síntomas de derrame cerebral multiplicado por cuatro en comparación con los participantes de igual peso y edad que dormían entre siete y ocho horas”, contó Megan Ruiter, de la Universidad de Alabama en Birmingham, a The HuffPost”.
Aumenta el riesgo de obesidad. La falta de sueño no solo eleva el consumo de calorías a corto plazo, sino que, según afirman numerosos estudios, puede que exista una relación entre la privación crónica de sueño y el riesgo de obesidad a largo plazo. Penn State, en el análisis de una investigación de 2012, señalaba que dormir menos de seis horas al día se asociaba con cambios en los niveles de las hormonas grelina y leptina, que regulan el apetito. Otro estudio de 2012 publicado en el American Journal of Human Biology reveló que la carencia de sueño estaba relacionada con un descontrol de los niveles de apetito, lo que podía provocar que la gente comiera más. Por otra parte, un estudio de la Universidad de Pensilvania descubrió que los participante que no habían dormido lo suficiente durante cinco noches de seguido habían engordado casi un kilo, probablemente, debido al picoteo nocturno.
El riesgo de cáncer puede incrementarse. Un estudio sobre el cáncer realizado entre 1.240 participantes a los que se les realizaron colonoscopias demostró que los que habían dormido menos de seis horas tenían un 50% más de riesgo de pólipos colorrectales, que pueden volverse malignos con el tiempo. Otro estudio de 2012 señaló un posible vínculo entre el sueño y el cáncer de mama. Algunos investigadores también sugieren que existe una correlación entre la apnea del sueño y un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de cualquier tipo.
Se eleva el riesgo de diabetes. Un estudio de 2013 llevado a cabo por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades reveló que la falta de sueño estaba asociada con la contracción de enfermedades crónicas, como la diabetes de tipo 2. Y el mismo estudio de 2012 que descubrió que la falta de sueño estaba relacionada con cambios hormonales ligados a la obesidad también demostró que no dormir lo suficiente está asociado con una menor sensibilidad a la insulina, que resulta ser un factor de riesgo para la diabetes.
Aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Una privación crónica del sueño puede estar relacionada con una presión sanguínea elevada, arteriosclerosis (u obstrucción de las arterias), fallos cardiacos e infarto, según informa “Harvard Health Publications”. Un estudio realizado en 2011 por investigadores de la Escuela Médica de Warwick reveló que la falta de sueño podía provocar riesgo de infarto, además de desórdenes cardiovasculares y derrame cerebral. “Si duermes menos de seis horas al día y tienes el sueño alterado tienes un 48% más de posibilidades de sufrir un infarto y un 15% más de posibilidades de tener un derrame”, afirmaba Francesco Capuccio basándose en los descubrimientos que se publicaron en el European Heart Journal. “La tendencia a acostarse tarde y levantarse temprano es una bomba de relojería para la salud, así que hay que actuar ya para reducir el riesgo de desarrollar esos síntomas letales”.
El número de espermatozoides disminuye. Además del hecho (evidente) de que cuando estás agotado te cuesta más ponerte las pilas en la cama, dormir poco puede afectar negativamente a la fertilidad. Un estudio de 2013 publicado en el American Journal of Epidemiology y realizado entre 953 jóvenes daneses demostró que los que confesaron sufrir alteraciones del sueño presentaban un 29% menos de concentración de esperma en su semen.
Se eleva el riesgo de muerte. Un estudio llevado a cabo por la revista SLEEP que evaluaba a 1.741 personas a lo largo de entre 10 y 14 años reveló que los hombres que dormían menos de seis horas tenían un riesgo de mortalidad considerablemente mayor, incluso al compensar los niveles de diabetes, hipertensión y otros factore