domingo, 26 de agosto de 2012

GHRELINA


Un alto índice de personas con obesidad que han llevado a cabo dietas de adelgazamiento vuelven a recuperar el peso perdido en muy poco tiempo. La Ghrelina puede ser una causa importante de este hecho.

La Ghrelina es una hormona que se produce en el estómago en grandes cantidades y en menor medida en páncreas, riñones, hígado, pituitaria e hipotálamo. Tiene una función capital en la sensación de apetito ya que es la encargada de informar al cerebro, concretamente al hipotálamo, de que el cuerpo está sin reservas y debe alimentarse.

De este modo el nivel de esta hormona aumenta antes de comer y disminuye una vez hemos ingerido alimentos. Así pues, esta hormona es la responsable de estimular el apetito y, con ello, hacer más difícil el control de peso.

La Ghrelina también tiene un papel fundamental ya que facilita la acumulación de lípidos, concretamente en la grasa visceral, con el consiguiente peligro de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo II y aparición de síndrome metabólico.

¿Que tratamientos existen para mantener la Ghrelina en niveles adecuados?
A nivel farmacológico, actualmente, no existe ningún fármaco que actúe sobre esta hormona. Esto no significa que no podamos intervenir en el mantenimiento de los niveles pero para ello hay unas pautas mínimas que se deben tener en cuenta y que pueden ayudar al control de la sensación de hambre:

Adoptar una dieta totalmente con productos integrales para potenciar el contenido en fibra.
Eliminar de la dieta los azúcares refinados y productos elaborados
Realizar entre 5 y 6 comidas al día, evitando las grandes ingestas para no provocar aumentos bruscos en los niveles de glucosa en sangre.
Ayudarnos, si es necesario, de complementos alimentarios de efecto saciante a base de fibra natural.
Ingesta suficiente de agua o infusiones (1,5 a 2 litros)
Utilizar, en pequeñas cantidades, activadores del proceso digestivo, como pueden ser el jengibre, la canela, la cayena.
Sueño reparador, entre 6 a 8 horas, ya que se han hecho estudios que demuestran que los hábitos del sueño puede influir en la pérdida de peso y en la segregación de esta hormona.
Realizar ejercicio físico (caminar, bailar, gimnasia, natación…) durante 45 min. diariamente.
Una dieta no tiene porqué ser aburrida, cara o excesivamente restrictiva. Es recomendable que en cualquiera de los casos siempre que se desee hacer una dieta de adelgazamiento o un cambio en la alimentación deberá consultar con un profesional competente.

Bibliografía: Acylated and desacyl ghrelin stimulate lipid accumulation in human visceral adipocytes. International Journal of Obesity 2009; 33:541-552
Sleeping Habits Predict the Magnitude of Fat Loss in Adults Exposed to Moderate Caloric Restriction. Jean-Philippe Chaputa, Angelo Tremblayb.