domingo, 5 de septiembre de 2010

LA MENOPAUSIA NO SON SOLO BOCHORNOS




La menopausia se inicia al final de la última menstruación. Sin embargo, ese hecho sólo se comprueba más adelante, cuando no se produce flujo menstrual durante al menos 12 meses.

Con el paso del tiempo, los ovarios responden cada vez menos a la estimulación que provocan las hormonas secretadas por la hipófisis; en consecuencia, los ovarios secretan de forma progresiva menos cantidad de estrógenos y progesterona, y la liberación de óvulos (ovulación), finalmente, se detiene.

Durante el período anterior a la menopausia (técnicamente denominado climaterio, pero más recientemente llamado perimenopausia), puede que no haya síntomas o que éstos sean suaves, moderados o agudos. Sin embargo la señal más evidente es el bochorno o sofocos que afectan a 75 % de las mujeres.

Durante un acceso de calor, la piel, en especial la de la cabeza y el cuello, se torna roja y caliente y la sudación puede ser intensa. La mayoría de las mujeres tienen bochornos durante más de un año y del 25 al 50 por ciento los padece durante más de cinco años; duran de 30 segundos a 5 minutos y pueden seguirse de escalofríos.

Los síntomas psicológicos y emocionales como fatiga, irritabilidad, insomnio y nerviosismo pueden estar causados por la disminución de los estrógenos. La sudación nocturna es un factor de perturbación del sueño y empeora el cansancio y la irritabilidad.

En ocasiones, la mujer puede sentirse mareada, tener sensación de hormigueo (pinchazos) y percibir los latidos de su corazón, que parece palpitar con fuerza. También puede tener incontinencia urinaria, inflamación de la vejiga y de la vagina, y sentir dolor durante el coito debido a la sequedad vaginal. A veces, aparece una sensación dolorosa en los músculos y las articulaciones.

Más allá de los bochornos

La osteoporosis (el intenso adelgazamiento de los huesos) es el principal problema para la salud que provoca la menopausia. Durante los primeros 5 años posteriores a la menopausia, se pierde de 3 al 5 % de masa ósea por año, y después, de 1 al 2 % cada año; de ahí que se produzcan fracturas a partir de lesiones menores y, en las personas de edad avanzada, incluso sin que exista ninguna lesión. Los huesos que se fracturan con más frecuencia son las vértebras (lo que provoca encorvamiento y dolor de espalda), el fémur (caderas) y los huesos de las muñecas.

La incidencia de las enfermedades cardiovasculares aumenta más rápidamente después de la menopausia, debido a que los estrógenos disminuyen. Una mujer que ha sufrido una extirpación de los ovarios y que, en consecuencia, presenta menopausia prematura, y no se somete a una terapia de reposición de estrógenos tiene el doble de probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares que una mujer premenopáusica de la misma edad. Las mujeres posmenopáusicas que toman estrógenos sufren muchas menos enfermedades cardiovasculares que las que no lo hacen.

Por ejemplo, entre las pacientes posmenopáusicas que padecen enfermedades de las arterias coronarias, las que toman estrógenos tienen, en promedio, una mayor esperanza de vida. Estos beneficios se deben, en parte, a los efectos favorables de los estrógenos sobre la cantidad de colesterol. La disminución de estrógenos produce un aumento en el llamado colesterol malo (lipoproteínas de baja densidad LDL) y una disminución del llamado colesterol bueno (lipoproteínas de alta densidad HDL).

Tratamiento

Los síntomas se tratan restituyendo los niveles de estrógenos a unas cifras similares a las de la premenopausia. Los principales objetivos de la terapia de reposición de estrógenos son los siguientes:

  • Aliviar síntomas vasomotores (bochornos y sudoración)
  • Aliviar síntomas relacionados con la atrofia vaginal, como sequedad vaginal y dispareunia, así como los trastornos urinarios.
  • Mostrar efectos favorables sobre el estado de ánimo y la libido.
  • Prevenir la aparición de la osteoporosis. Diversos estudios revelaron que el tratamiento hormonal con fitoestrógenos durante 6 meses a 8 años aumenta la densidad mineral ósea de la columna y de la cadera.
  • Prevenir la aterosclerosis y las enfermedades de las arterias coronarias al disminuir las concentraciones en plasma de colesterol total, colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), triglicéridos totales y lipoproteína (a), mientras que la concentración de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) no cambia.
  • Beneficios en la mama gracias a que disminuyen los niveles de estrógenos activos en el tejido mamario. Esto puede explicar porqué en los estudios clínicos la incidencia de dolor de mamas es significativamente más baja y la densidad mamográfica no aumenta.
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