domingo, 30 de agosto de 2009

AMARANTO CONTRA LA HIPERTENSION


Además de su alto contenido proteínico, poco aprovechado por la industria alimentaria, el amaranto (Amaranthus hypochondriacus) contiene unos 20 compuestos nutracéuticos, dos de los cuales han sido procesados por científicos de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa (UAM-I) con objeto de combatir la hipertensión arterial.

Investigadores del Departamento de Biotecnología, encabezados por el doctor Jorge Soriano Santos, obtuvieron péptidos a partir de sustancias presentes en ese alimento ancestral, muy apreciado por las culturas prehispánicas y hoy apenas utilizado en la elaboración de pan y dulces.

Con esos péptidos (fragmentos de proteínas), que obtuvieron tras un proceso biotecnológico, buscan desarrollar alimentos o fármacos que ayuden a prevenir o tratar la hipertensión arterial sin ocasionar los efectos secundarios asociados con los fármacos que hoy se administran para tal efecto.

Según el titular del estudio, desde hace tiempo se sabe que péptidos presentes en sustancias como veneno de víbora y leche poseen propiedades hipotensoras, que luego se investigaron en vegetales como soya, frijol y garbanzo, entre otros.

Además, a partir de los bancos de datos de secuencias de aminoácidos, científicos mexicanos efectuaron estudios teóricos con los cuales determinaron que el amaranto tiene en estado latente muchas de las estructuras de péptidos con propiedades nutracéuticas de los productos ya mencionados.

“Lo que hicimos fue manipular las proteínas (del amaranto) de manera que hubiera muchas posibilidades de que no sólo una, sino muchas estructuras químicas de péptidos pudieran tener actividad antihipertensiva”, explica el doctor en Agricultura por la Universidad Tohoku (Japón).

Pero su limitado uso (al 100% sólo en dulces conocidos como alegrías o harinas) merma la producción. Por eso, agregó Soriano, “si a partir de la semilla logramos obtener moléculas o compuestos nutracéuticos que puedan producirse a escala industrial, el interés por consumirlo crecerá”.

Enzimas clave

En pruebas de laboratorio efectuadas con apoyo del alumno de doctorado Erick Tovar, las enzimas (sustancias que aceleran reacciones químicas) tuvieron un papel clave. Primero, utilizaron la llamada quimotripsina para tratar las proteínas del amaranto y obtener los péptidos.

Después, hallaron que estos péptidos inhiben la producción de una enzima que transforma a la hormona angiotensina 1 en angiotensina 2. Este proceso, aunado a otros factores, se relaciona con la hipertensión, de modo que al interferirlo se previene el mal.

“Cuando la enzima convertidora es muy activa, provoca que los vasos sanguíneos se estrechen e inhibe la actividad de otra hormona llamada bradiquinina, que hace la función contraria, esto es, dilatar los vasos”, detalla el también profesor de la UAM-I.

Ahora bien, “si esos péptidos tienen la capacidad de inhibir la reacción a nivel de tubo de ensayo (como lo probaron), muy probablemente suceda lo mismo cuando los ingiera (un ser humano) y de esa manera se evita que aumente la presión”, añade el científico.

Menciona que ya negocian con la compañía Landsteiner Scientific para comercializar los resultados del hallazgo, meta que puede alcanzarse por dos vías: producción de suplementos para hacer alimentos funcionales o bien de fármacos con los péptidos totalmente purificados.

Pero el producto finalmente obtenido a escala industrial no pretende sustituir a medicamentos como captopril o enapril, que pese a sus efectos secundarios (náuseas, fiebre, comezón) son “muy potentes”, pues atacan de inmediato la hipertensión. En tanto, los péptidos derivados del amaranto actuarían en forma gradual, como coadyuvantes del tratamiento para ayudar a reducir las dosis de dichos fármacos y por ende las molestias.