viernes, 18 de julio de 2014

SAL MARINA O SAL REFINADA?

Muchos [incluyéndome] pudíeramos creer que la sal de mesa es simple sal natural molida y refinada, pero la realidad es que son dos productos realmente distintos, por lo que es importante que conozcamos qué son realmente cada uno y los beneficios que conlleva comenzar a consumir una mejor y más sana alternativa como lo es la sal marina:
La sal refinada de mesa es el resultado de la extracción de todos los elementos minerales que componen la sal en su estado natural, pues estiman que los oligoelementos que acompañan al cloruro de sodio [que es el responsable del sabor salado] no son más que “impurezas” innecesarias. En el procesamiento se le extrae a la sal todo lo que no es cloruro sódico, despojada de todos sus nutrientes, la sal es reducida a un solo elemento: el cloruro de sodio. Para hacerla más suelta y seca se le añaden aditivos y preservantes, como flúor, yoduro de potasio, bicarbonato de sodio, fosfato de cal e hidróxido de aluminio. La sal ya completamente refinada provoca que consumamos mucho más sodio del que necesitamos, causando serios problemas a la salud: hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, retención de líquidos, obesidad y celulitis, entre otros. Además, los aditivos que contiene causan otros padecimientos. Basta decir que el hidróxido de aluminio, añadido para evitar apelmazamientos ha sido relacionado con el padecimiento de Alzheimer. La sal refinada industrialmente es antinatural, y por lo mismo el cuerpo, al igual que sucede con el azúcar refinado, no la reconoce y es incapaz de metabolizarla. Esta sustancia, lejos de ayudar al cuerpo, lo intoxica.

La sal marina que se obtiene de manera natural mediante la evaporación del agua de mar y a diferencia de la sal de mesa, contiene menor cantidad de cloruro sodio y es más rica en minerales y oligoelementos. La sal marina es el mayor concentrado de minerales naturales, en las exactas medidas que lo requieren las células. El mar se mueve ondularmente desde hace millones de años, desgastando todos los minerales y piedras que existen en el planeta. Esas partículas están en suspensión en el agua de mar y evaporando el agua queda la sal. La sal marina provee al cuerpo de más de 80 minerales esenciales; en cambio, la refinada ha sido despojada de todos ellos, menos de dos y los minerales que contiene, entre ellos magnesio, potasio y yodo, han sido añadidos artificialmente y en niveles superiores a los óptimos para ser asimilados por el organismo. Algunos de los minerales que contiene la sal marina son: azufre, boro, bromo, carbono, estroncio, magnesio, potasio, sodio, aluminio, arsénico, bario, cesio, cobalto, flúor, fósforo, hierro, litio, manganeso, mercurio, molibdeno, níquel, nitrógeno, oro, plata, radio, rubidio, selenio, silicio, torio, uranio, vanadio, zinc, yodo… etc.

La sal marina permite a los líquidos traspasar sin trabas las membranas del cuerpo, las paredes de los vasos sanguíneos y los glomérulos (unidades de filtrado) de los riñones. Cuando aumenta la concentración de sal natural en la sangre, la sal se combina rápidamente con los fluidos de los tejidos circundantes. Esto, a su vez, permite a las células extraer más alimento del fluído intracelular enriquecido. Además, unos riñones sanos pueden eliminar estos fluidos salinos sin problema, lo cual es primordial para mantener el equilibrio la concentración de fluidos corporales. La sal refinada, adicionada con desapelmazantes, desecantes y diferentes blanqueadores ya no puede mezclarse o combinarse con los fluidos corporales, ya que estas sustancias impiden el paso libre de líquidos y minerales, provocando la acumulación y el estancamiento de fluidos en articulaciones, conductos y nodos linfáticos y riñones.
Por otra parte, el efecto deshidratante de la sal comercial puede propiciar la formación de cálculos biliares, aumento de peso, hipertensión arterial y otros problemas de salud.
Otro aspecto importante con relación al consumo de sal es que el cuerpo precisa sal para digerir adecuadamente los hidratos de carbono. En presencia de sal marina, la saliva y las secreciones gástricas pueden descomponer las partes fibrosas de los alimentos a base de hidratos de carbono. En su forma disuelta e ionizada, la sal facilita el proceso digestivo y desinfecta el intestino grueso. La sal de mesa producida comercialmente tiene justamente el efecto opuesto.
La retención de agua, los problemas renales y la hipertensión arterial son las consecuencias más claras del consumo de sal refinada, que se añade a miles de distintos alimentos elaborados.

Éstas son las principales funciones beneficiosas de la Sal Marina en el organismo:
-Estabiliza el pulso irregular y regula la tensión arterial, junto con el agua.
-Extrae el exceso de acidez de las células del cuerpo, en particular de las neuronas.
-Equilibra los niveles de azúcar en sangre (algo especialmente importante para los diabéticos).
-Es esencial para la generación de energía hidroeléctrica en las células del cuerpo.
-Es vital para la absorción de nutrientes a través del tracto intestinal.
-Es necesaria para limpiar los pulmones de mucosas y flemas pegajosas, en particular para quienes sufren asma y fibrosis quística.
-Acaba con el resfrío y la congestión de los senos nasales.
-Es un potente antihistamínico natural.
-Puede prevenir los calambres musculares.
-Ayuda a prevenir el exceso de producción de saliva; si sale saliva de la boca al dormir puede ser indicativo de falta de sal.
-Refuerza los huesos; el 27% de la sal corporal se halla en los huesos; la deficiencia de sal o la ingesta de sal refinada en vez de sal natural son las causas principales de osteoporosis.
-Ayuda a prevenir la gota y la artritis gotosa.
-Es vital para mantener la sexualidad y la libido.
-Puede prevenir las venas varicosas y las vasculares de piernas y muslos.
Fuentes