jueves, 12 de noviembre de 2009

NIÑOS SIN DEFENSAS, UN MAL COMUN EN NUESTROS DIAS



¿Cómo saber si mi hijo tiene una inmunodeficiencia?

• Se enferman muy frecuentemente, tienen infecciones más graves y por gérmenes que normalmente no hacen daño.

• Son niños que tienen familiares que han muerto jóvenes o que sus padres son parientes.

• No crecen en forma adecuada ya que las infecciones son muy frecuentes y alteran su desarrollo: peso y estatura.

Para identificarlas se realiza una biometría hemática y un conteo de inmunoglobulinas. “Algunos pacientes necesitan estudios más complejos pero son los menos” asegura el Dr. Francisco Javier Espinosa.

Existen tres grupos importantes de estas enfermedades:

Inmunodeficiencias congénitas o primarias. La producción de anticuerpos de inmunoglobulina, que son las balas que marcan los gérmenes están bajas, es la más frecuente. Tratamiento: Los niños pueden tener una vida normal si se les ponen “anticuerpos vía intravenosa y de inmunoglobulina endovenosa mensualmente”.

Imunodeficiencias combinadas graves. Son los famosos “niños burbuja”, una tercera parte de los pequeños con inmunodeficiencias la tienen. “Éstos no tienen anticuerpos, ni defensas, ni linfocitos; el 99% puede morir en el primer año si no se les diagnostica. Tratamiento: Transplante de células progenitoras hematopoyéticas de cordón umbilical, médula ósea o de un donador de sangre compatible” agraga el Dr. Espinosa.

Defectos de fagocitosis. Del 15 al 20% tienen una inmunodeficiencia de este tipo. Los fagocitos son las células que se comen a los gérmenes. Tratamiento: Se administra un medicamento que se llama interferón gamma.

No todos los hijos de una misma pareja tendrían este tipo de defectos, “depende del factor de herencia. En el caso de los que son heredados por el cromosoma X, que sólo afecta a los varones, dañaría al 50% de los varones de esa familia y el 50% de las niñas podrían ser portadoras, pero sanas”.

“En el caso de que fueran de forma recesiva, por parentesco, uno de cada 4 hijos tendrán el problema. Tendrían un 25% de riesgo en cada embarazo de que el siguiente hijo pueda tener el mismo trastorno genético”.

Es importante mencionar que existe el tratamiento adecuado para tratarlos, lo importante es que los médicos de primer contacto se pregunten por qué un niño se enferma demasiado. Los especialistas que pueden tratar esta clase de males son los pediatras y pediatras especialistas en alergia e inmunología.