jueves, 15 de enero de 2009

OJOS ROJOS


El ojo está recubierto, por delante, por la membrana conjuntiva que cubre también la parte no visible de los párpados, pero que no cubre la córnea para que la visión sea clara. El ojo, y sobre todo la córnea, son especialmente sensibles a los agentes externos. La cornea no tiene vasos sanguíneos y todos los nutrientes los recibe a través de las lágrimas que, además, contienen anticuerpos que previenen las infecciones.

Tener un ojo rojo, siempre que no sea porque nos ha entrado un cuerpo extraño o porque hayamos recibido un golpe, suele ser síntoma de una afección leve que, por lo general, se curará sola. Esto no siempre es así, por lo que a continuación voy a dar una serie de criterios que ayudarán a determinar cuando debemos acudir al médico o a urgencias por tener los ojos rojos.

Ojos irritados pero sin dolor ni pérdida de visión

Si el ojo esta rojo pero no se ha perdido visión ni duele es muy probable que la causa de la irritación sea:
  • Una hemorragia subconjuntival, es decir, que se haya producido la rotura de un capilar subconjuntival. Las causas pueden ser muy variadas, un estornudo violento, un ataque de tos, vómitos prolongados, etcétera. Los síntomas son simplemente visuales, es decir, no se notan, se produce un enrojecimiento claramente visible pero sin picor, ni escozor o lagrimeo. El ojo puede ponerse muy rojo pero es un problema totalmente benigno. No obstante, si se produce de forma recurrente puede ser síntoma de hipertensión o de problemas de coagulación. No precisa de tratamiento.

  • Una conjuntivitis o inflamación de la conjuntiva. Las causas pueden ser muy variadas, desde la irritación por el sol o un agente químico, hasta una infección bacteriana o una reacción alérgica. Los síntomas son ojos rojos acompañados de picor, tendremos la sensación de tener un cuerpo extraño; si es bacteriana habrá abundancia de pus por lo que puede que nos despertemos con muchas legañas. Los tratamientos dependerán del tipo de conjuntivitis (un colirio antibiótico para la bacteriana y un colirio antihistamínico para la alérgica) y siempre deberán ser prescritos por un médico.

  • Ojos secos debido a una producción insuficiente de lágrima o a una composición alterada de la misma que produce que el ojo no esté bien hidratado.

Dolor de ojos

Si tenemos dolor de ojos, siempre deberemos consultar con el médico ya que puede tratarse de:
  • Una episcleritis o inflamación de la epiesclera. Se produce de forma espontánea o asociada con enfermedades autoinmunes o infecciones como el herpes zóster. Los síntomas son enrojecimiento, dolor, lagrimeo y fotofobia. El tratamiento será un colirio antiinflamatorio pero siempre prescrito por un médico.

  • Una erosión corneal o herida en el epitelio de la córnea causada por un traumatismo en la superficie del ojo. Los síntomas son lagrimeo, dolor, tener la sensación de cuerpo extraño y, dependiendo de la causa de la erosión, el ojo puede estar rojo o no. El tratamiento variará según la causa. Si nos ha entrado un producto químico, debemos aclararnos el ojo con agua del grifo durante, al menos, diez minutos y después acudir al médico. Para el resto de casos, debemos evitar manipular el ojo y no frotarlo para evitar daños mayores. En todos los casos hay que acudir al médico.

Pérdida de visión

Si además de enrojecimiento y dolor tenemos una pérdida de visión, debemos acudir a un especialista. Las enfermedades que deben tratarse con más urgencia son:
  • Una queratitis o inflamación de la córnea. Puede estar causada por una infección vírica, bacteriana, por hongo o parásitos. Otras causas pueden ser la exposición a rayos ultravioleta (por ejemplo por esquiar sin gafas adecuadas), uso excesivo de lentillas, por traumatismo o por sequedad ocular. Los síntomas son dolor, fotofobia (intolerancia a la luz), visión borrosa, lagrimeo y molestias al abrir el ojo con la sensación de tener un cuerpo extraño. En estos casos hay que acudir al médico sin demora y no automedicarse, podemos quedarnos ciegos.

  • La uveitis o inflamación de la úvea, situada junto a la córnea. Los síntomas son dolor, fotofobia, visión borrosa y enrojecimiento difuso sobre todo alrededor de la córnea.

  • El glaucoma agudo o de ángulo estrecho. Causado por un aumento considerable de la presión intraocular que, de no tratarse a tiempo, puede causar daños en el nervio óptico. Los síntoma son disminución de la visión, nauseas, dolor de cabeza violento, vómitos y enrojecimiento del ojo.

Cuidado con las gotas blanqueadoras del ojo

Es obvio que no deben usarse durante más días ni con más frecuencia de la indicada en el prospecto, pero además, su uso se desaconseja por múltiples motivos:
  • Si la causa del tener ojos rojos es leve, el enrojecimiento desaparecerá solo y, si la causa es grave, no debe tratarse ya que podría dañar más el ojo y enmascarar un problema mayor.

  • Si se abusa de ellos pueden causar enrojecimiento de rebote.

  • Al contraer los vasos de la conjuntiva, disminuyen el suministro de sustancias nutritivas y oxígeno a la conjuntiva, pudiendo dañar el ojo si el uso se prolonga.

  • Pueden provocar efectos nocivos en otras partes del cuerpo. Están contraindicados cuando se padece glaucoma, hipertensión arterial, enfermedades del corazón o de las arterias, diabetes o durante el embarazo y la lactancia.
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