viernes, 2 de agosto de 2013

ACEITE DE ARNICA

Árnica

También se conoce como tabaco de montaña o con el sugestivo nombre de estornudera. El árnica no es una planta específica. Es todo un género. La más común y utilizada en botánica es la Árnica montana L. Endémica en zonas altas de Europa y América. Aunque no está en peligro de extinción su cantidad se ha reducido por la contaminación, a la que es tremendamente sensible, y por el abuso en su recolección.

Propiedades del aceite de árnica

Esto último se explica por las probadas propiedades medicinales de esta planta, conocidas por los pueblos medievales de Europa. Destacamos:
  • Al masajearla sobre la piel produce calor y, por tanto, propicia que la sangre de esa zona fluya con más rapidez. Por eso es eficaz para tratar golpes y contusiones, ya que previene la aparición de hematomas.
  • En procesos de congelación, evita que salgan ampollas y dolor.
  • Es antibacteriana y antivírica. Por ello, también funciona bien en el tratamiento del acné e infecciones cutáneas siempre y cuando no existan heridas abiertas o sangrantes.
  • Es perfecta para el dolor producido por el ejercicio intenso y las agujetas. El aceite de árnica es el preferido por los deportistas.
  • De igual modo sirve para tratar las molestias de la artritis, luxaciones, esguinces, golpes, moratones, inflamaciones cutáneas e, incluso, flebitis.

Peligro y toxicidad de la árnica

La toxicidad del árnica fue descubierta en pleno Renacimiento cuando comenzó a utilizarse de forma oral para remediar distintos males. El resultado fue tan desastroso que, desde entonces, la planta ha sido calificada como venenosa, siempre y cuando se ingiera.
Los componentes peligrosos del árnica son la helenalina y la dihidrolenalina. Solo hay que utilizarla de forma tópica, o siguiendo un riguroso plan con un especialista homeópata. De lo contrario te expones a:
  • Vómitos, mareos, diarreas y problemas estomacales severos.
  • Desubicación y alucinaciones.
  • La tintura de esta planta es abortiva o puede dañar irremediablemente el sistema neurológico del futuro bebé.
  • Las flores en grandes cantidades son mortales. Basta una pequeña dosis de tintura para que sea letal.  
Así, que ¡cuidado! La árnica solo hay que utilizarla vía tópica formando parte de aceite de masajes.

Aceite de árnica

Aunque el preparado, mezclado incluso con otros aceites esenciales, es muy habitual en herbolarios y parafarmacias, puedes elaborarlo sin ningún problema en casa. Para ello sigue la siguiente proporción e ingredientes:
  • Dos cucharadas grandes de flores secas que puedes deshidratar tú mismo o adquirirlas en ese estado. No valen las frescas ya que contienen mucho agua.
  • ¼ litro de aceite base. El mejor es el de almendras, pero también puedes utilizar girasol, jojoba o aguacate.
Deja macerar durante una semana en un lugar oscuro. Pasado ese tiempo, cuela la infusión y ya está lista para utilizarla siempre de forma tópica y externa.

Contraindicaciones del aceite de árnica

Por su gran toxicidad, el aceite de árnica, puede producir:
  • Reacción alérgica en la piel en individuos sensibles. Por eso se recomienda empezar a utilizarlo en pequeñas cantidades e ir observando.
  • Nunca se debe tratar en heridas o zonas abiertas, ya que puede pasar a sangre con un efecto similar al de la ingesta. Sí en contusiones cerradas donde ofrece resultados satisfactorios probados.
El aceite de árnica ya preparado suele tener una proporción de esta planta muy baja. Así, las marcas que lo comercializan consiguen reducir los efectos secundarios al mínimo. Si quieres probarlo, es mejor que empieces por alguno de estos productos. Son 100% fiables y casi nunca dan contraindicaciones.