sábado, 1 de junio de 2013

PIRAMIDE ALIMENTARIA

Aunque nació en 1992, sus orígenes se remontan a la década de 1920, cuando las autoridades sanitarias de Estados Unidos tomaron conciencia de la importancia de una buena alimentación. En principio, un triángulo divide los alimentos, por su importancia, desde la base hasta la cúspide.
Desde entonces, ha sido modificada varias veces para adaptarla a los nuevos hábitos de vida y a las especificaciones nutricionales de cada país. Los cambios más importantes fueron en 2005 y en 2011.
El primero creó una pirámide que, en lugar de dividir los grupos de alimentos de forma horizontal, lo hacía en vertical y por colores. El resultado fue una mayor complejidad a la hora de "leerla". Y el último, presentado por la Primera Dama de Estados Unidos, es tan simple que apenas acierta a decir nada.

Pirámide de los alimentos

Pero volvamos al principio: a la pirámide original que clasifica los alimentos por su importancia en la dieta desde la base hasta la cúspide. Este esquema, de más fácil comprensión, los divide en 6 grupos, que son, de abajo hacia arriba:
  • Cereales (incluido el arroz), harinas, galletas y derivados (pasta), cuyo consumo debe ser de 2 a 3 raciones diarias.
  • Frutas y verduras (3 raciones diarias).
  • Leche y derivados (no especifica el contenido graso), que debe consumirse a diario.
  • También se aconseja el consumo diario de proteínas de calidad: aves, pescados, huevos y legumbres.
  • El quinto nivel está representado por carnes rojas, chacinas y embutidos, cuya ingesta debe moderarse.
  • Permitidos ocasionalmente están las chucherías, dulces, preparados y envasados.

Comida sana y alimentación equilibrada

Entonces, si seguimos esta pirámide alimentaria (independientemente de cómo se presente), en principio (y solo en principio) tenemos una alimentación equilibrada. Pero esto no es así a rajatabla. De hecho, diversas organizaciones ayudan con una especie de calculadoras que miden la cantidad de raciones a consumir. Y todo ello sin preguntar edad, sexo, actividad laboral o enfermedades presentes. Por tanto, el resultado puede ser equivocado.
¿Cuál es el problema, entonces, de estas pirámides?. Más bien su universalidad, es decir, el hecho de que no sean capaces de discernir, al menos, entre estilo de vida y masa corporal, ya que no necesita comer lo mismo un joven de veinte años que trabaja en una actividad física que un anciano que solo lee o pasea el perro.

Pirámide de la dieta mediterránea

Por eso, desde distintos medios se han intentado adaptar estas pirámides, al menos, a los estilos de vida de cada región o país. Hay, también, una específica para los vegetarianos. Al tiempo, se dan consejos para modificar las proporciones atendiendo a la forma de vida. Esto es lo que se hace con la pirámide alimentaria de la dieta mediterránea que muy resumidamente propone:
  • Descanso, actividades de convivencia y sociabilización a la par que ejercicio físico.
  • Consumir productos frescos y de temporada.
  • Beber agua y también infusiones.
  • Las frutas y verduras, el aceite de oliva moderado, se reparten la base de la pirámide junto con los cereales y derivados.
  • Se da importancia a las hierbas aromáticas, ajos, cebollas y frutos secos, que están en el segundo nivel.
  • En el tercer nivel se encuentran los lácteos, que deben ser bajos en grasa.
  • De consumo semanal (alternando), están carnes blancas, pescados, legumbres y huevos.
  • Ocasional las patatas, carnes rojas y productos envasados.
  • Testimonial el consumo de dulces.
Por supuesto, las distintas pirámides alimentarias deben ser una guía y deberán adaptarse (si es necesario, con ayuda de un nutricionista) a las costumbres y necesidades de cada uno. Eso no significa que esté permitida cualquier cosa sino que tomes el esquema como punto de referencia.