domingo, 1 de enero de 2012

FITOTERAPIA


¿Qué es la Fitoterapia?

El término Fitoterapia proviene del griego "phyton" que significa planta y de "therapia" que significa curar.
La Fitoterapia estudia la utilización de las plantas medicinales y sus derivados con finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, para aliviar o para curar las enfermedades.

¿En qué se basa la Fitoterapia?

La fitoterapia se basa en el uso de las plantas medicinales en forma de infusiones, decocciones, maceraciones, cataplasmas, inhalaciones, aceites esenciales… Podemos tratar el desequilibrio de salud teniendo en cuenta el global de signos y síntomas que se manifiestan en el cuerpo de una persona enferma o podemos únicamente trabajar sobre los síntomas.

Como las plantas medicinales no son sólo un principio activo sino el conjunto de ella, eso hace que sean de una gran efectividad y que a dosis adecuadas (y bien prescritas) no tengan, normalmente, efectos secundarios. Precisamente para evitarlos siempre será muy importante conocer si la persona toma medicamentos así como su historial médico.

¿En qué nos puede ayudar?

Los tratamientos con fitoterapia nos pueden ayudar en, prácticamente, cualquier enfermedad. Aunque también puede trabajar sobre los síntomas (puede bajar una fiebre, cortar una diarrea, etc.) normalmente se utilizan con una visión más holística.

El médico o persona especialista en fitoterapia siempre tratará de buscar la causa y dar el remedio adecuado.

Los campos, pues, en los que nos puede ayudar la fitoterapia son inabarcables:
Problemas digestivos, respiratorios, osteoarticulares, alergias, sistema inmune, sistema nervioso, circulatorio, cardiovascular, ginecológico, etc.

Origen e Historia de la fitoterapia

Todos los pueblos y civilizaciones han utilizado el entorno natural como fuente de remedios curativos para combatir las enfermedades.
El uso de la fitoterapia es casi tan antiguo como el hombre. Ya podemos ver tratados de plantas medicinales en culturas tan antiguas como la China, Ayurvédica, Sumeria y Egipcia.

Milenios más tarde vemos culturas como Grecia y luego Roma publican decenas de libros sobre la fitoterapia. La cultura árabe y los monasterios darán, unos pocos siglos después, un nuevo empuje al estudio del uso de las plantas medicinales.

Aunque estas culturas se encargaron de recopilar estos conocimientos, traducirlos y divulgarlos a otros países lo cierto es que, prácticamente, en cada pueblo del planeta había personas que conocían el uso de las plantas medicinales de su zona ya que no había otro modo de curarse. La tradición oral, de padres a hijos ha mantenido el uso de esta terapia hasta hoy en día.

En Alemania, la herborista Hildegarda de Bingen (1098-1179), en sus enseñanzas por primera vez aparecieron los nombres locales junto a las denominaciones latinas de las plantas medicinales.

Paracelso (1493-1541), creador de la teoría de las Signaturas, predijo el descubrimiento de ingredientes activos en las plantas y percibió la enfermedad como un factor externo.

Los boticarios en el siglo XVII obtuvieron permiso real para ejercer y aconsejar en el campo de la medicina pero únicamente se les permitía cobrar los remedios.

Hoy en día

En los últimos siglos el avance en los medios de transporte (barcos más rápidos, trenes, aviones, etc.) y el mayor intercambio cultural y comercial han favorecido un mayor conocimiento de las plantas medicinales de otras zonas del mundo.

Los especialistas en fitoterapia pueden, por ello, tener a su alcances plantas medicinales de casi cualquier rincón del planeta.

Loa avances tecnológicos en los laboratorios también han ayudado a saber cuales son los principios activos de las plantas. Esto ha confirmado, casi siempre, que las pretendidas virtudes que se le atribuían a determinada planta… eran ciertas.

Hoy en día la fitoterapia nos ofrece disfrutar de las plantas medicinales en muchos formatos (infusiones, cápsulas, gotas, etc.