domingo, 1 de enero de 2012

ALANINA



  • ¿Qué es la alanina?
    La Alanina es un aminoácido no esencial ya que nuestro cuerpo es capaz de sintetizarlo. Se encuentra en tejido muscular y es uno de los más importantes para la construcción de proteínas de los seres vivos. Es el más pequeño después de la glicina y se clasifica como hidrofóbico.

    ¿Dónde se sintetiza?
    La alanina se sintetiza y llega al torrente sanguíneo dónde es captada por el hígado, donde se metaboliza. A partir de la gluconeogénesis se transforma en glucosa y puede ser utilizada como fuente de energía por el músculo, cerebro y sistema nervioso.

    Una vez acabado el proceso, la glucosa usada vuelve al hígado y la transforma de nuevo en alanina. Este proceso es indispensable para mantener el equilibrio entre nitrógeno y glucosa en el organismo y se le conoce como ciclo glucosa-alanina.

    Propiedades o indicaciones del aminoácido Alanina
    Ayuda a metabolizar los ácidos orgánicos y el azúcar.
    Estimulación de anticuerpos, eritrocitos, formación de la piel, retina y médula renal.
    Estabiliza los niveles de azúcar en sangre. Estudios demuestran que en diabéticos, el consumo de una dosis de alanina pueden evitar hipoglucemias nocturnas.
    El aminoácido Alanina mantiene la próstata en buen estado, ya que se encuentra en los fluidos prostáticos. Además puede ayudar a tratar la hiperplasia prostática benigna (BPH), una condición en la cual la próstata se agranda y provoca molestias al orinar.
    Está involucrada en el metabolismo del triptófano y de la piridoxina (vitamina B6). La ingesta de alanina se recomienda, pues, a personas que sufren ansiedad, depresión, estrés, debilidad muscular, falta de reflejos y concentración.
    En ratas se ha demostrado que ayuda a reducir niveles de colesterol.
    Las personas con dietas bajas en proteínas o trastornos alimentarios, enfermedades como alzhéimer, diabetes, infecciones, prostatitis, Parkinson o enfermedades genéticas que causan trastornos del ciclo de la urea, pueden necesitar tomar suplementos de alanina para evitar una deficiencia.
    Los aminoácidos como la alanina son necesarios para construir unos músculos fuertes y saludables, cómo ya hemos dicho tiene un papel muy importante a la hora de mantener los niveles de glucosa en sangre, y por lo tanto, de aportar suministro de energía a nuestro cuerpo. Además, se ha demostrado que ayuda a proteger posibles daños en las células cuando se realiza ejercicio físico aeróbico de intensidad elevada.
    Síntomas de carencias
    Problemas prostáticos.
    Mayor predisposición a infecciones.
    Alteraciones en los niveles de la glucosa.
    Debilidad muscular.
    Alteraciones nerviosas.
    Falta de concentración.
    No recomendada para…
    Las personas con enfermedad hepática o renal, en general, no deben ingerir gran cantidades de aminoácidos, ya que el consumo de proteínas sobrecarga el hígado y el riñón. En estos casos, consultar siempre a un profesional de la salud

    Fuentes naturales del aminoácido Alanina
    A nivel general los alimentos ricos en proteínas, lo son también en aminoácidos:
    Origen animal: carne de vacuno, pollo, pavo, pescado, huevos y lácteos.
    Origen vegetal: los ricos en proteínas, las legumbres, los cereales grano entero, frutos secos, aguacate y aquellos ricos en ácido pantoténico (vitamina B5) como la jalea real y la levadura de cerveza.
    Suplementación
    Una dieta equilibrada y variada, frente a un organismo sano sin patologías y buena absorción de nutrientes, no requiere suplementos adicionales de alanina.

    Tomar un aminoácido podría alterar el equilibrio de nitrógeno en el cuerpo, y hacer más difícil para el hígado y los riñones eliminar los residuos. Es por eso que si se decide tomar este aminoácido como suplemento, se debe consultar las cantidades apropiadas con un médico, sobretodo en el caso de enfermos hepáticos y renales.

    ¿Sabías que…?
    Un exceso de los niveles de alanina acompañado de un déficit de tirosina y fenilalanina se encuentran asociados al llamado síndrome de fatiga.

    Tal síndrome se define como una experiencia agotadora para las personas que lo sufren. Puede darse con tan solo subir unas escaleras o simplemente con la acción de vestirse, los deja incapacitados para el resto del día.