martes, 18 de octubre de 2011

DORMIR MAS, Y DE NOCHE, UN METODO EFECTIVO PARA ADELGAZAR


Las mujeres de mediana edad que duermen bien, siete horas como mínimo, tienen menos probabilidades de ganar peso, según un estudio que corrobora otras investigaciones que relacionan la falta de sueño con los kilos de más.

Se trata de un asunto preocupante en una sociedad cada vez más insomne, sobre todo desde la llegada de internet, y donde la obesidad es uno de los problemas más graves que afronta la salud pública.

El estudio, que siguió los casos de más de 68 mil mujeres de mediana edad a lo largo de dieciséis años, llegó a la conclusión de que quienes duermen más por la noche tienden a ganar menos kilos con el paso del tiempo.

Las mujeres que duermen un promedio de cinco horas tienen tres veces más probabilidad de ganar peso que aquellas que lo hacen un mínimo de siete.

La explicación de este hecho no está clara: la mayoría de los expertos cree que la falta de sueño altera el funcionamiento de las hormonas que regulan el control del apetito, aunque también hay quien opina que las personas que duermen menos comen más y hacen menos ejercicio debido al cansancio.

En este estudio, los autores descartaron que los nuevos “michelines” procediesen de las calorías extra, ya que las participantes que dormían menos también comían menos, y las diferencias en actividad física tampoco parecían influir en la acumulación de kilos.

Aunque no estén claras las razones, no parece haber duda de que el sueño influye en el peso.

“Incrementar las horas de sueño entre aquellas personas que duermen menos de siete horas cada noche puede representar un método novedoso de evitar la obesidad”, señalaron los autores del estudio, elaborado por la Universidad de Cleveland y publicado en el American Journal of Epidemiology.

Pero este no es el único “misterio” en torno al sueño de las mujeres.

Otra investigación publicada este verano descubrió que las mujeres duermen más que los hombres, 50 minutos más como promedio, y logran conciliar el sueño con más facilidad.

Así, ellas se duermen a los 13 minutos de haber apoyado la cabeza en la almohada, frente a los 18 minutos que tardan los hombres.

Este informe no sólo arrojó luz sobre las diferencias entre los sexos a la hora de aprovechar el tiempo en la cama, sino que además reveló que la población duerme menos de lo que se piensa.

“A medida que sabemos más sobre la importancia del sueño para la salud, nos damos cuenta de que la gente está durmiendo cada vez menos”, dijo Diane Lauderdale, profesora de la Universidad de Chicago, entidad que elaboró la investigación.

La mayoría de los participantes pasó como promedio 7,5 horas en la cama, pero sólo aprovechó 6,1 horas, según pudieron saber los investigadores gracias una especie de reloj colocado en la muñeca que mide los movimientos del cuerpo.

El estudio también mostró que las personas de menos recursos económicos duermen menos que las más adineradas, posiblemente porque estas últimas tienen menos preocupaciones y mayores facilidades para controlar el entorno en el que descansan.

El tiempo dedicado a dormir ha disminuido considerablemente desde principios del siglo XX, cuando la media era de nueve horas cada noche.

A partir de los años 70, esta relajante actividad se redujo a siete horas por noche, posiblemente a causa de la televisión, más diversiones y también más estrés en el trabajo.

Hoy se duerme menos, en una sociedad que permanece abierta las 24 horas del día.

Las consecuencias son graves, ya que, además de la obesidad, la falta de sueño va acompañada de dificultades para concentrarse e incluso mayores índices de diabetes, hipertensión y accidentes de carretera