miércoles, 26 de octubre de 2011

ORTOREXIA


La ortorexia (orthos, correcto, y orexis, comer), identificada como un trastorno de la conducta alimenticia, define a las personas que tienen una obsesión por comer sólo alimentos orgánicos (libres de aditivos, conservadores artificiales, o producidos sin elementos químicos) o probióticos (con microorganismos vivos adicionados, como los lactobacilos que contribuyen al equilibrio de la flora bacteriana intestinal). Esta compulsión es una patología reciente (aún no aparece en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) y su desarrollo suele darse entre la gente conpoder adquisitivo, que puede comprar este tipo de alimentos, por lo general de elevado precio.

Buscan productos probióticos u orgánicos, y rechazan la carne (por la grasa y las hormonas), las verduras cultivadas en sembradíos (donde se utilizan pesticidas o herbicidas), los productos genéticamente modificados, los saborizantes, los colorantes, los conservadores, y todos los alimentos industrializados. Pero así como no comen ninguno de ellos, tampoco consideran que deben sustituir los nutrientes que proporcionan y son necesarios para el organismo, como las proteínas o una cantidad mínima de grasa o de carbohidratos.
Otra característica es que ocupan la mayor parte de su tiempo en pensar qué van a consumir, y temen comer en restaurantes o en casas de amigos porque quizá no cumplen sus estándares de alimentación; esto poco a poco los aisla."Ignoran, o minimizan, que una buena alimentación debe estar balanceada; en cambio, se obsesionan con lo 'saludable', y no ingieren nada más. Esto lleva a los ortoréxicos a la desnutrición y a la inanición", explica Gilda Gómez Peresmitré, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM.La ortorexia fue descrita por primera vez en 1997 por el médico estadounidense Steve Bratman, y tiene algunas similitudes y diferencias con la anorexia y la bulimia.
A diferencia de las personas anoréxicas, las ortoréxicas no piensan en la cantidad o el tamaño de las porciones, en si van a engordar o no, sino en la calidad de lo que ingerirán. El problema no radica en la preocupación de comer de manera sana, sino ensu transformación en una obsesión patológica, señala Gómez Peresmitré.Como ocurre con la bulimia y la anorexia, la presión social y los estereotipos juegan un papel fundamental en su aparición, puntualiza la académica. Fuente: UNAM