miércoles, 30 de abril de 2014

ALCOHOL VS DIETA

Que el alcohol es malo para la salud lo sabemos todos, pero además contribuye al aumento de peso porque es muy calórico.

Muchas personas empiezan una dieta para adelgazar y no pierden peso, algo que puede deberse a que siguen consumiendo bebidas alcohólicas. También se da el caso de quienes dejan de comer a cambio de beber más alcohol y mantenerse en su peso, lo que les afectará negativamente a su salud.

Entre las bebidas que más engordan se encuentran los licores dulces, el whisky, el ron y el coñac. La cerveza, la sidra y algunos vinos, sobre todo el tinto y el cava, también engordan, aunque en menor medida, lo que no significa que no aporten calorías de más.

Una persona que toma alcohol perjudicará su hígado porque éste tendrá que hacer un mayor esfuerzo para asimilarlo. Además, en lugar de quemar otras grasas el cuerpo se centrará en el alcohol, por lo que engordaremos.

Hay que señalar que en muchos casos el alcohol se mezcla con otras bebidas azucaradas, lo que incrementa más aun si cabe su aporte calórico. En ocasiones para preparar algunas bebidas se utiliza azúcar y otros ingredientes ricos en calorías. A todo esto hay que sumarle que es por la noche cuando más alcohol se consume, justo cuando menos energía necesitamos y más cuesta quemarla, lo que hará que se transforme en grasa y en kilos.

En todo caso si estamos a dieta lo ideal es no probar el alcohol. Y si queremos mantenernos en nuestro peso no deberíamos beber más de una copa de vino o una cerveza al día.

Y no sólo los kilos de más pueden suponer un problema, sino que las grasas que aparecen tras la ingesta de alcohol son las más perjudiciales para el organismo, ya que causan diabetes, problemas del corazón, hipertensión e incluso cáncer. Por tanto, queramos adelgazar o no, el alcohol debe consumirse de forma muy moderada para mantener en buen estado nuestra salud.