lunes, 28 de junio de 2010

HIDRATACION Y EMBARAZO



Una buena hidratación durante el embarazo es igual de importante que una alimentación adecuada. El volumen de la sangre durante la gestación se eleva considerablemente y beber suficientes líquidos puede evitar situaciones comunes como la deshidratación, que puede causar otros problemas.
Es muy importante que las mujeres durante el embarazo, el alumbramiento y la lactancia se mantengan bien hidratadas. El consumo de agua en estas etapas es fundamental por:
  • La protección del bebé: El agua constituye un 98% del líquido amniótico, el cual ayuda a la protección del bebé contra agresiones mecánicas, térmicas y bacteriales, además de que contribuye al correcto desarrollo del aparato digestivo, músculos y huesos del bebé.
  • El abastecimiento de nutrientes: Facilita el flujo de nutrientes hacia el torrente sanguíneo del bebé y su distribución por todo el organismo. DE Acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante los primeros seis meses de vida, los pequeños deben de nutrirse solamente a través de la leche materna, la cual está compuesta por aproximadamente 87% de agua.
  • El mejoramiento en el estado de salud de la mamá: Tomar agua puede ayudar a eliminar dolores de cabeza, cálculos renales, infecciones urinarias, estreñimiento y la retención de líquidos en las piernas, durante la etapa del embarazo.
  • La creación de hábitos saludables desde la infancia: La toma de agua es la mejor forma para estar hidratado, ya que ésta no contiene azúcar, ni calorías, ni cafeína u otro tipo de sustancias. Por lo que fomentar su consumo desde la infancia da la posibilidad de crear un hábito saludable para toda la vida.
  • La eliminación de desechos: Entre las funciones del agua, está la de servir como transporte para eliminar los productos de desecho del metabolismo de proteínas, grasas y carbohidratos desde las células por los diferentes órganos hasta llevarlos fuera del cuerpo.
¿Embarazada y deshidratada?
Cuando una persona pierde más líquido del que bebe se produce una deshidratación que, dependiendo de las circunstancias y la edad de la personas, puede ser más o menos grave. Durante el embarazo la deshidratación puede ser peligrosa y producir otros problemas como dolores de cabeza, náuseas o incluso contracciones en los últimos meses del embarazo.
Una mujer embarazada que sufre de deshidratación puede presentar algunos síntomas que con el tiempo pueden empeorar. La sed es el síntoma más común, lo más recomendable es evitar llegar ha ese punto porque eso significa que ya éstas deshidratada. Lo recomendable es beber suficiente agua. Otros síntomas son tener la boca seca, orinar menos y de color oscuro y tener mareos.
¡Cuidado! Si estás experimentando sed y sequedad constante de la boca, a pesar de estar bebiendo muchos líquidos, es posible que tengas diabetes gestacional. Este tipo de diabetes es muy común entre las mujeres latinas y uno de sus síntomas es la sed constante acompañada con sequedad de la boca y orina muy frecuente, debido a que así el organismo intenta reducir el alto nivel de azúcar en la sangre.
¿Cuánta agua debo tomar si estoy embarazada?
La cantidad que se recomienda que las mujeres beban durante el embarazo son alrededor de 8 o 10 vasos al día; mientras que para cualquier adulto lo recomendable son entre 6 y 8 vasos al día. El agua es la mejor opción para estar hidratada.
Sin embrago, si tomar agua no te gusta mucho, puedes también tomar jugos naturales, pero ten mucho cuidado con las calorías de éstos. Otras opciones son las infusiones, la leche, las aguas frescas o añadir un poco de jugo de limón o lima al agua para darle un poco de sabor.
Por otro lado, hay bebidas que es mejor que trates de evitar o que tomes con moderación como el té, el café y los refrescos. La cafeína tiene un efecto diurético y puede ayudar a la pérdida de líquidos que tanto necesitas, además de que puede traer consecuencias graves si se toma en exceso, por eso mejor evita las bebidas que contengan cafeína.
Si te cuesta trabajo beber tanta agua puedes llevar una botella de plástico a donde vayas y tenerla siempre frente a ti, para que de esta manera a lo largo del día le vayas dando pequeños traguitos. Beber cantidades pequeñas de forma constante es más fácil que tomar de golpe dos vasos de agua.