domingo, 14 de junio de 2009

LAUREL


Símbolo de gloria, fama, poder y profecías, el laurel ha sido desde la antigüedad, una planta usada por siempre. Con sus ramas se coronaban a los vencedores en la antigua Roma y aún en la actualidad, a los vencedores de varias competencias se les entrega ramas de laureles en formas de coronas.

Esta planta se asociaba a Dios y al sol, por lo que se la consideraba sagrada y ya en Delfos era usada por las pitonisas para profetizar, de allí su valor místico. Las hojas de laurel tienen propiedades que pueden ser aprovechadas al preparar un té curativos en las siguientes enfermedades: Nerviosismo, mareos, melancolía, tristezas, desgano, pánicos, debilidad corporal, falta de voluntad. Problemas de la vegija, dolores de garganta, problemas pulmonares, parasitosis dérmica, reuma, artritis, parálisis, dolor de estómago, digestion lenta, stress, regulador menstrual, sordera.

En ciertas enfermedades dérmicas o de articulaciones, puede aplicarse una cataplasma sobre la zona afectada con un té tibio-caliente. Para preparar el té se colocan 10 gramos de hojas de laurel en un litro de agua. Se hierve por 3 o 5 minutos, se retira del fuego y se deja entibiar. Luego puede tomarse de 3 a 4 pocillos por día.

Tambien puede obtenerse o comprase en farmacia "aceite de laurel" que entibiado y puesto en fomentos, alivia los problemas reumáticos y dolores óseos. Tambien es efectivo en casos de problemas dérmicos como por ejemplo la sarna y otras afines. Antiguamente se quemaba en las habitaciones de los enfermos, hojas de laurel y mirra para purificar el ambiente, pues su agradable alejaba los malos olores. Para levantar el ánimo y fortalecer la voluntad, pueden colocarse 3 hojas de laurel en agua fría y dejarlas macerar por la noche. A la mañana, al levantarse puede beberse un poco del agua.