jueves, 19 de febrero de 2009

EL TEMPERAMENTO Y EL ENVEJECIMIENTO


La trasgresión como herramienta de vigor, puede servir a las personas mayores como elemento de poder, ante las arbitrariedades recurrentes en nuestra sociedad. Algunas personas sienten una especie de parálisis al notar algunos síntomas de envejecimiento, en cambio otras, reaccionan con carácter favoreciendo la confianza en si mismos.

La investigación que los mayores deben emprender, está relacionada con el auto conocimiento. Cuanto más se conozca una persona, mayor posibilidad tendrá de “estar de acuerdo” con su carácter y enfrentar con firmeza, todos los obstáculos que se le presenten. Desde las enfermedades hasta los prejuicios.

Es fundamental entender que la vejez es un proceso natural de cambio. Que conlleva cierta decadencia física, pero lo importante está en darle sentido a ese cambio, sabiendo porque se produce y valorando todo lo vivido, lo bueno y lo malo... pensar positivamente.

El problema mayor no es la enfermedad, sino como se la tome. Son normales la irritabilidad, la perdida de memoria y el insomnio... ¿cómo se pueden tomar bien?

La importancia de entender estos cambios desde su naturaleza, reside en por ejemplo saber que nadie puede dormir bien a los 70, como lo hacia cuando era un bebe. En el medio han pasado cosas que han modificado su conducta, pero también se pueden comprender muchas otras, que antes eran enigmas indescifrables.

Después de todo, el hábito hace al hombre, y hay quienes necesitan más o menos horas de sueño... ¿se gana algo deprimiéndose por sufrir insomnio? ¿no será que el problema se ha agravado por no comprenderlo?

La calidad de vida está íntimamente relacionada con eso. Quienes desean fervientemente ser adolescentes toda su vida, terminan generándose un conflicto existencial terrible, llegando incluso hasta culpar a su propio cuerpo de sus dolencias.

Otros eligen rejuvenecer su apariencia, recurriendo a los avances tecnológicos (siliconas, cirugías, productos dietéticos, etc) agrediendo a sus propios cuerpos. Diciéndose a si mismos una y otras vez, “tengo que ser joven”, en respuesta a un estereotipo ajeno.

Buscar la juventud en los otros es uno de los tantos recursos que las personas con conflictos de carácter, utilizan para sentirse bien, en equilibrio. Entra en peligro entonces, la valorización de la experiencia, ¿o acaso el mundo estaría mejor sin personas mayores? ¿dónde quedaría nuestra memoria?

¿Cómo reaccionar?

-no aceptar encasillamientos como “viejo” en el sentido despectivo de la palabra.

-aceptarse a si mismo y no negar nada de lo debería estar orgulloso

-un ser humano es una persona. No importa la edad que tenga

-los objetivos no se pierden con la edad

-sentirse orgulloso de si mismo, por lo que uno hizo

En el mundo, miles de ancianos mueren por causas evitables que se originan en la discriminación de muchos sectores de la sociedad, para con ellos. Les es difícil acceder a recursos básicos, por pertenecer supuestamente a un “sector no productivo”, demostrando una vez más, la violencia que se ejerce.

Desde los maltratos en hogares de ancianos, el aislamiento que cultivan sus familias, son todas formas de violencia que los adultos mayores reciben actualmente. Una solución, está en denunciarlo, en hacerlo público y no dejarlo pasar.


El único sendero de salida, es involucrarse. Los mayores adultos, deben conocerse a si mismos, y animarse a sostener con carácter, todas sus expectativas y ganas de transgredir. Nadie sobrevive al miedo, si lo utiliza como medio de vida.