viernes, 20 de marzo de 2009

MAS SOBRE CLIMATERIO FEMENINO


Estadísticas mundiales refieren que cerca del 70% de las mujeres en climaterio experimentan bochornos o sudoraciones y en un 50% de los casos, se presentan durante la noche cuando la mujer está dormida; de tal manera, hasta un 20% de los casos ven alterados el desarrollo de sus actividades cotidianas y calidad de vida, lo que da lugar a fatiga, ansiedad y nerviosismo.

Los bochornos son uno de los marcadores más comunes del periodo de transición a la menopausia y de las etapas tempranas del climaterio y se definen como una sensación temporal de calor, especialmente en la parte superior del cuerpo. Se inician varios años antes de la menopausia, aún en mujeres con ciclos regulares y generalmente aumentan conforme éstos se vuelven irregulares, alcanzando su máxima intensidad y mayor frecuencia entre 1 y 2 años después de la menopausia; pueden persistir hasta por 5,15 o más años después de ésta. La intensidad de la sintomatología se relaciona con el estilo de vida.

Cada mujer experimenta la menopausia en forma diferente, pues hay quienes sufren incomodidades mínimas, mientras que otras presentan síntomas moderados o graves.

Para las mujeres que llegan a esta etapa de la vida la terapia de reemplazo hormonal es una alternativa eficaz, la cual puede ser utilizada por periodos prolongados porque actúa selectivamente sobre tejidos específicos, a la vez que puede evitar los efectos estrogénicos indeseados sobre endometrio y mama. Además, es un tratamiento integral que actúa produciendo una triple acción: Estrogénica (alivia los bochornos, sudoración, sequedad vaginal y previene la osteoporosis), Progestagénica (no estimula el endometrio), y Androgénica (mejora el estado de ánimo y la sexualidad de la mujer posmenopáusica cuando ésta se encuentra afectada); en síntesis, disminuye los síntomas característicos de esta etapa y mejora notablemente la calidad de vida de la mujer.


Con el paso del tiempo y sin una adecuada supervisión médica los síntomas del climaterio se acentúan y en algunas mujeres surgen problemas como: insomnio, pérdida de la memoria, atrofia vaginal, infecciones vaginales, dolor en las relaciones sexuales, incontinencia urinaria, depresión, entre otros; por eso es de vital importancia acudir regularmente con un especialista que de manera individual le recomiende la terapia más adecuada para cada caso.

Una terapia de reemplazo, debe considerarse como un tratamiento a largo plazo y no abandonarse cuando desaparecen los molestos síntomas ya descritos (lo que ocurre al cabo de unos cuantas semanas de haberla iniciado) porque los verdaderos riesgos, los que ponen en peligro la vida de la mujer -como las complicaciones cardiovasculares o la osteoporosis- tienden a reaparecer cuando se abandona el tratamiento.