En nuestro organismo existen dos principales tipos de moléculas, clasificadas según su estabilidad molecular:
-Moléculas estables que presentan sus electrones emparejados.
-Moléculas inestables que presentan un solo electrón en su último orbital, este electrón libre intenta captar otro para adquirir la estabilidad que precisa, para ello atacan las moléculas estables. Se les conoce como radicales libre.
Radicales libres:
-Son moléculas muy inestables y muy reactivas.
-Cuando el radical libre roba el electrón de una molécula estable generará inestabilidad en la otra, formándose así un círculo destructivo de moléculas estables.
-También puede ceder su electrón a otra molécula generando así un radical libre.
-Algunos de estos son usados por el propio organismo para combatir bacterias y virus, pero este tipo de radicales son anulados por nuestro propio sistema inmune gracias a la producción de enzimas que las inhiben.
-Los radicales libres están ligados a enfermedades como: cáncer, enfermedades cardiovasculares, mutaciones…etc.
El exceso de estos radicales libres mayoritariamente viene por las agresiones del medio externo como los contaminantes de la atmósfera, el tabaco, pesticidas, grasas de determinados nutrientes que ingerimos…etc. Cuando la cantidad es excesiva nuestro organismo es incapaz de responder ante tanta agresión y es entonces cuando puede generarse consecuencias nefastas para nuestra salud.
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Principales objetivos de ataque de los radicales libres:
-Membrana celular: la alteran de tal manera que la hace susceptible a la entrada de intrusos o genera una desestabilización de la propia célula.
-ADN Y ARN: provocan mutaciones, lo que puede acabar en muerte celular, o neoplasia (tumor)
-Organelos y lipoproteínas: los dañan generando una respuesta inflamatoria por el propio organismo.
Como combatirlos:
Existen una serie sustancias capaces de neutralizar estos radicales libre, se conocen como antioxidantes.
Siempre existirán algunos radicales libres que escapen de estos antioxidantes pero generalmente su efecto en el organismo no será citotóxico (daño celular), siempre que la cantidad de radicales libres en el organismo no sea extrema.
