¡Si no la usas, se atrofia! Activa tu mente a través de la lectura, porque de igual forma que los músculos del cuerpo, si la mente no se ejercita, se deteriora. En este sentido, leer puede ser un excelente ejercicio para mantener en forma a tu mente y prevenir enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
El buen hábito de la lectura debe formarse desde la infancia, sin embargo, no siempre es así, debido a diversas circunstancias propias del sistema educativo y dentro de la misma familia. Pero aún puedes estar a tiempo de retomarlo y disfrutar de los beneficios de leer, pues si se carece de una mente activa, dejamos de crecer de manera intelectual, moral y espiritual y cuando eso sucede, se puede caer en estados de depresión muy graves e incluso mortales.
La lectura es un proceso complejo, dinámico y progresivo en el que operan conductas neuromotrices, cognitivas, perceptuales, afectivas y sociales, por eso leer representa un excelente ejercicio mental necesario para el equilibrio y salud de todo tipo.
Por medio de la lectura además de obtener información, datos, anécdotas o circunstancias que contribuyan a nuestra formación y educación también se obtienen beneficios como:
- Mantener activa la mente al hacer pensar y agilizar la inteligencia
- Fortalecer las habilidades de reflexión, análisis, concentración y las capacidades de juicio y crítica
- Ayudar al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje
- Mejorar la expresión oral y escrita y hacer el lenguaje más fluido
- Aumentar el vocabulario y mejorar la ortografía
- Facilitar la expresión de nuestros pensamientos
- Mejorar las relaciones humanas
- Despertar y estimular intereses y aficiones
- Estimular la creatividad
- Relajar, entretener y divertir ¡Excelente terapia!
Un estudio presentado en la 61ª reunión anual de la Academia Americana de Neurología contempla a la lectura como una de las actividades mentales cuya práctica parece ayudar a retrasar y hasta prevenir la pérdida de la memoria.
En dicho trabajo participaron 197 personas de entre 70 y 89 años con deterioro cognitivo leve, o con diagnóstico de pérdida de memoria, y 1,124 personas de esa edad sin problemas de memoria. Ambos grupos respondieron cuestionarios y preguntas acerca de sus actividades diarias en el último año y medio, y su actividad anterior, cuando tenían entre 50 a 65 años de edad.
El estudio mostró que durante los últimos años, la lectura de libros, participar en juegos o actividades de equipo y realizar actividades artesanales, generó una baja de entre 30 y 50% del riesgo de sufrir pérdidas de memoria en comparación con personas que no hacen esas actividades.
Muchas veces se relaciona a la lectura con la vida sedentaria y la edad avanzada, debido a que se supone, hay más tiempo para hacerlo y ya no se tienen las capacidades para realizar actividades de mayor esfuerzo físico. Y al ser joven se suponen más actividades y menos tiempo para leer.
Si piensas que no tienes tiempo para leer, dátelo y notarás que en menos de lo que te imaginas tu criterio cambiará. Lleva siempre en la bolsa un libro, del tema o género que prefieras, ya sea una novela, historia, poesía o algunas reflexiones, puedes aprovechar el tiempo que pasas en el transporte, leerlo en la sala de espera del consultorio médico, del dentista, o mientras tus hijos toman la clase de natación.
Lleva a tus hijos a la biblioteca, aprovecha y siéntate tranquilamente a leer por lo menos media hora al día. Así fomentarás el interés en aportar algo positivo en tu familia y en el medio que te rodea. ¿Cómo van a interesarse los niños en la lectura si los adultos no ponen el ejemplo?
Leer debe practicarse siempre a toda edad para una buena salud mental, como dice el escritor José Saramago: “Es necesario leer y escribir para entender al mundo y para entendernos a nosotros mismos. Digo que leer es bueno para la salud. De leer y de intentar comprender nadie se ha enfermado, diga lo que diga Cervantes”.