jueves, 15 de abril de 2010

HELADO DE MANZANA Y NUECES


Ingredientes para el helado de manzana y nueces

  • Un vaso de zumo de manzana.
  • 50 g. de nueces trituradas.
  • Dos vasos de leche de vaca o de soya (soja)
  • 50 g. de azúcar de caña o panela.
  • Una cucharada sopera de pasas de corinto.
  • Una ramita de canela.

Elaboración del helado de manzana y nueces

  • Calentamos, a fuego lento, la leche con las pasas y la canela.
  • Mezclamos la leche, las pasas, el azúcar, el zumo y las nueces.
  • Lo ponemos todo dentro de un recipiente en el congelador.

Nuestro consejo

Si sacamos el helado de manzana y nueces del congelador a las dos horas como aún no estará congelado del todo podemos aprovechar para removerlo a fin de que los ingredientes queden bien mezclados.
Normalmente una hora más tarde ya está listo para tomar.

LASAÑA VEGETARIANA


Ingredientes para la lasaña vegetal

  • 2 calabacines hermosos (de grandes: deben poder sacarse rodajas transversales, que servirán para sustituir la pasta)
  • 1 cebolleta.
  • 2 zanahorias.
  • 1 pimiento rojo.
  • Pimientos del padrón (son verdes, pequeños y de vez en cuando encuentras alguno que pica mucho)
  • Aceite de oliva.
  • Pimienta.
    Para la bechamel
  • Una cucharada de aceite de oliva.
  • Una cucharada de harina.
  • Caldo de verduras.
  • Sal.
  • ... y cualquier otra verdurita que se les ocurra.

Elaboración de la lasaña vegetal

  • Para empezar, hay que cortar el calabacín en rodajas transversales, lo más finas posibles.
  • Con el resto de las verduras, el corte será al gusto, pero es interesante que cada una tenga una forma y un grosor, por eso de la diversidad: a las zanahorias les va muy bien ir ralladas (yo lo hago con el pelador de patatas y quedan perfectas), los pimientos del padrón quedan preciosos en aritos, el pimiento rojo en juliana y la cebolla en aros también (por ejemplo... ya digo, es una cuestión de gustos)
  • En una fuente de horno untadita en aceite de oliva se van alternando una capa de calabacines por una de verdura. Queda mucho mejor si las verduras van por capas separadas: la cebolla en una, el pimiento en otra, la zanahoria en otra... Cada capa se salpimienta levemente en el momento de ser montada. Es conveniente que cada dos capas se echen unas gotitas de aceite de oliva para dar sabor, pero muy poco.
  • Lo introducimos en el horno a fuego medio. El tiempo depende del grosor se la lasaña y de las capas en sí (por eso es conveniente que esté todo bien finito), pero seguramente será más de media hora.
  • Mientras se cocina a fuego medio, preparamos una bechamel, poniendo en la sartén el aceite de oliva y tostando la harina (la harina ha de estar bien, bien tostada)
  • Una vez tostada (insisto, tostada), añadimos poco a poco el caldo de verduras y salamos. Es conveniente que se añada una pequeña cantidad de caldo, se remueva y se vuelva a añadir más caldo. La cantidad de caldo es opcional, pues de él depende lo espesa que se desee la bechamel.
  • Cuando la lasaña esté lista, se vierte la bechamel por encima.

ALERGIAS Y SALUD INTESTINAL


Hablar de salud intestinal inmediatamente nos recuerda lo importante que es la fibra para el tránsito intestinal, pero hay mucho más. En el intestino acontece la mayor parte de la digestión de los alimentos, pero además, la mucosa intestinal realiza la primera criba "esto vale - esto no vale" de los alimentos digeridos. Si la digestión no se realiza completamente, y la criba intestinal no puede realizarse correctamente, es posible que sustancias no deseables o parcialmente digeridas se introduzcan en el sistema, produciendo una respuesta y dando trabajo extra a nuestro sistema inmunitario.

La mucosa intestinal está compuesta por una sola capa de células, que se renueva cada dos días. Sólo 25 milésimas de milímetros separan el contenido intestinal de la sangre. Dada la extrema delgadez de esta "piel", de su estado va a depender que se pueda hacer una adecuada selección de lo que debe, o no debe, ingresar en el torrente sanguíneo o linfático. Su estado tiene, pues, repercusiones generales, que van mucho más allá de si tenemos o no "estreñimiento".

En la primera parte del intestino delgado, el duodeno, tiene lugar la mayor parte de la digestión de los hidratos de carbono (iniciada en la boca), de las proteínas (iniciada en el estómago) y de las grasas. En el intestino delgado es también donde tiene lugar la absorción de los nutrientes, que atraviesan las paredes intestinales para ingresar en la circulación sanguínea y linfática.

Un trastorno bastante frecuente, que a menudo pasa desapercibido, es la excesiva permeabilidad de la pared intestinal, que permite el paso de moléculas demasiado grandes al sistema. Cuando estas moléculas son de proteínas parcialmente digeridas, el sistema detecta su presencia, creando una respuesta inmunitaria para neutralizar al "enemigo". Son las alergias alimentarias. No hay respuesta inmunitaria, en cambio, cuando la digestión se ha realizado correctamente, y las proteínas se han descompuesto totalmente en sus componentes básicos: los aminoácidos.

Las consecuencias de esta "invasión" pueden ser locales: inflamación, gases, diarreas..., pero también generales, especialmente cuando ya existe un terreno alérgico e inflamatorio, que puede contribuir a empeorar. Algunos autores, ("La Methode Kousmine". Ed. Jouvence) han señalado la conexión entre las alergias de origen alimentario, y dolencias asociadas, como asma o eccema, o incluso enfermedades autoinmunes.

Para que exista una alergia alimentaria, se han de dar las dos condiciones:

  • Una digestión incompleta de las proteínas.
  • Una excesiva permeabilidad intestinal.

Si existe hiperpermeabilidad intestinal, pero las proteínas se digieren completamente, no hay reacción alérgica. Si algunas de las proteínas no se digieren completamente, pero no pueden atravesar la pared intestinal, tampoco se produce reacción. Pero a menudo van juntas.

Cuando se produce una digestión incompleta de las proteínas

  • Deficiencia enzimática: hay individuos que no segregan suficientes enzimas digestivas para el tipo de dieta que toman. Si la insuficiencia es ligera, quizá puede ayudarse a la digestión tomando plantas estimulantes de las secreciones digestivas, o tomando alimentos muy enzimáticos (como el Miso que es un fermento de soja) En caso de insuficiencia más severa, puede ser de ayuda tomar algún preparado enzimático.
  • Insuficiente masticación: una masticación insuficiente hace que la superficie expuesta a las enzimas digestivas sea más reducida, dificultando su correcta digestión. Eso es especialmente frecuente en el caso de la carne, difícil de triturar completamente. Esto dará lugar a un mayor grado de putrefacción de las heces.
  • Proteínas de la leche: la proteína de la leche (caseína) es difícil de digerir para los adultos. La caseína inicia su digestión en el estómago, por la acción de la renina gástrica, enzima cuya secreción disminuye con la edad, tornándose insuficiente en muchos casos. Por otra parte, la leche neutraliza la acidez gástrica, lo que dificulta aún más su digestión.
  • Respuesta alérgica ligada a los grupos sanguíneos: un dato a tener en cuenta es el que propone Peter D"Adamo, autor de "Los grupos sanguíneos y la alimentación", según el cual el organismo puede reaccionar ante determinadas lectinas presentes en los alimentos, en función de su grupo sanguíneo. Merece la pena experimentar, especialmente con aquellos alimentos de consumo muy frecuente, como es el caso de los cereales (pan, etc.) Los individuos del grupo 0 serían, en principio, los que más tendencia tendrían a padecer trastornos de colon.

Qué factores influyen en el estado de la mucosa intestinal

La hiperpermeabilidad intestinal ocurre cuando las paredes intestinales se inflaman, son atacadas por sustancias dañinas fruto de una excesiva putrefacción intestinal, o cuando la dieta es insuficiente en sustancias protectoras. Aumentan la permeabilidad intestinal:

  • Exceso de grasas animales: las grasas saturadas animales, incluida la mantequilla, contienen ácido butírico, que degrada la vitamina F (ácidos grasos poliinsaturados) y actúa como permeabilizante de la pared intestinal. Además, el exceso de grasas, fritos, etc. puede provocar una excesiva secreción de bilis, que dañe la pared intestinal.
  • Exceso de proteína animal: los alimentos animales se pudren, los vegetales fermentan. Las bacterias ayudan a completar la descomposición de los alimentos en la parte media del intestino delgado. La población de nuestra flora intestinal es 10 veces superior al número de células de nuestro cuerpo, lo que da idea de su importancia.
  • Algunos medicamentos: los antibióticos, que dañan la flora intestinal beneficiosa, las aspirinas, que son corrosivas para la mucosa digestiva (por eso no deben tomarse con el estómago vacío), las drogas esteroideas. Los aditivos alimentarios pueden tener muy variados efectos sobre la mucosa.
    Son irritantes de la mucosa intestinal el café, el cacao, el alcohol, el tabaco, el azúcar, algunas especias. Hay muchas personas que son estreñidas pero no lo saben, porque el café y/o la leche que consumen les produce heces blandas. Ambos acontecimientos pueden contrarrestarse, dando una apariencia de normalidad... y ponerse de manifiesto el día que no toman café.
  • Intolerancias alimentarias: que causan fermentación de aquellos nutrientes que no pueden digerirse correctamente (lactosa, gluten, caseína, etc.), cuyos subproductos (entre otros alcohol) irritan la mucosa.
    Insuficiente aporte de ácidos grasos poliinsaturados (omega-3 y omega-6), que confieren elasticidad y adaptabilidad a las membranas de las células intestinales, lo que también influye en el grado de permeabilidad de la mucosa. Dada la rapidez con que ésta se regenera, es necesario un aporte diario de estos nutrientes. Los omega-3 son especialmente interesantes por ser precursores de las prostaglandinas de la serie 3, que intervienen controlando las inflamaciones.
  • Insuficiente aporte de carotenos y/o vitamina A: esenciales para preservar el buen estado de piel y mucosas; vitamina E, antioxidante de las grasas y por tanto protector de las membranas celulares; y vitamina C, antioxidante y necesaria para el mantenimiento del tejido conjuntivo.
    La insuficiencia de elementos estructurales y protectores debilitan la membrana de las células de la mucosa, volviéndola frágil y poco eficaz en su labor de filtro.
  • Una dieta con abundantes alimentos vegetales: verduras, cereales integrales, legumbres, algas... promueven el desarrollo de bacterias intestinales beneficiosas: lactobacilus acidofilus, y Bifidus, que además ayudan a mantener a raya la población de bacterias como Escherichia Coli, y de hongos como las Cándidas. Estas últimas son favorecidas por un exceso de alimentos cárnicos, y cuando su población aumenta, pueden causar daños en la mucosa intestinal. Es conocido el hecho de que a mayor consumo de carnes, mayor la probabilidad de padecer cáncer de colon.

Alergias e intolerancias

Hay que distinguir las alergias alimentarias, con participación del sistema inmunitario, de las intolerancias, es decir, dificultad para digerir algún alimento en especial, como ocurre en la intolerancia a la lactosa. En este caso los síntomas son digestivos (hinchazón abdominal, diarrea, gases) Si bien es cierto que una intolerancia puede contribuir a una alergia, en la medida en que puede irritar e inflamar el intestino.
Los alérgenos más frecuentes son los lácteos, trigo, chocolate, mariscos, huevos.

Efectos a distancia

Si molestos son los trastornos locales que pueden causar estas alergias alimentarias (gases, hinchazón abdominal, eructos, diarrea...), no hay que desdeñar el papel que pueden desempeñas en trastornos inflamatorios más generales, los cuales puede agravar debido a:
Una sobrecarga del sistema inmunitario, que tiene que hacer frente diariamente a una irrupción de antígenos procedentes de la alimentación.

Una mayor filtración de sustancias dañinas a través del intestino hiperpermeable, con la consiguiente sobrecarga hepática y sistémica.
Todo esto nos ayuda a entender de qué manera un problema aparentemente local (intestinal), puede tener, sin embargo, repercusiones generales. También nos da la esperanza de que mejorar nuestro terreno a través de la alimentación puede contribuir a mejorar el pronóstico de tan incómodos trastornos.

ALTERNATIVAS AL HUEVO


Para muchas personas es un verdadero problema encontrar sustitutos del huevo cuando quieren ligar o dar consistencia a una masa, cuajar un pudding, un flan o una terrina, rebozar o preparar una tortilla la francesa.

Tips de alternativas al huevo

  • 60 g. de Tofu blando o sedoso permiten sustituir 1 huevo para darle consistencia a una receta o por ejemplo para cocinar un huevo revuelto.
  • Para la elaboración de una tortilla sin huevo puedes utilizar por cada huevo que sustituyas:
    1 cucharada de harina de soja disuelta en 2 cucharadas de agua o leche vegetal. También puedes cambiar la harina de soja por harina de garbanzos o harina de maíz.
    Si a la harina de maíz le añades 1 cucharada de semillas de lino o linaza molido conseguirás de esta forma una mezcla más completa pero tendrás que aumentar el agua o leche vegetal en 4 cucharadas.
    Estas mezclas pueden también utilizarse para los rebozados
  • Uno de los mejores sustitutos del huevo cuando queremos cuajar un pastel, un flan o un pudding es, sin duda, el alga Agar-ágar.
  • El Kudzu o kuzú es el almidón de la Pueraria y se utiliza para espesar postres y salsas. Hay que tenerlo en cuenta dentro de las alternativas al huevo.
  • Para pasteles podemos utilizar fruta madura y machacada como alternativas al huevo aportando a la masa suavidad, volumen y un agradable aroma.
  • Los copos de avena remojados en agua o leche vegetal al igual que la miga de pan, la manzana rallada, el puré de patata o el pan rallado pueden servir para ligar unas croquetas albóndigas o hamburguesas vegetales.
  • La bebida de soja, de avena, de arroz... o el tofu pueden servir para la elaboración de salsas cuando necesitemos alternativas al huevo o busquemos simplemente dar más sabor y más textura.
  • Y para glasear repostería en lugar de huevo podemos emplear agar-agar, aceite vegetal o leche vegetal

Conclusión

Queda demostrado que, a nivel culinario, existen muchas alternativas al huevo.
Además de las distintas aplicaciones que hemos mencionado quedan aún por descubrir más variaciones que dependen de la creatividad e imaginación de cada persona.

¿Sabias que...?

Si mezclas 1 cucharada de semillas de lino trituradas con 3 cucharadas de agua y bates estos dos ingredientes conseguirás un líquido gelatinoso parecido al huevo que puede sustituirlo en múltiples recetas.