Las personas que comían frutos secos con regularidad fueron menos propensos a morir por enfermedad cardiaca o cáncer -de hecho fueron menos propensos a morir por cualquier enfermedad- que quienes no las consumieron durante un estudio de 30 años realizado por la Universidad de Harvard.
Las nueces han sido vinculadas desde hace mucho tiempo con salud cardiaca, y el estudio es el más extenso realizado para saber si su consumo tiene efectos sobre la longevidad.
Los investigadores dieron seguimiento a 119 mil hombres y mujeres, y encontraron que quienes comieron frutos secos casi todos los días tuvieron 20% menos probabilidades de morir por enfermedad durante el período del estudio que quienes nunca las consumieron. Comer frutos secos con menor frecuencia también disminuyó el riesgo de muerte, en proporción directa con su consumo.
El riesgo de morir por enfermedad cardiaca disminuyó 29% y el de morir por cáncer bajó 11% entre quienes comieron frutos secos a diario respecto a gente que nunca las consumió.
También se vieron los beneficios en cacahuates, así como en pistaches, almendras, nueces y otros frutos secos. Los investigadores no analizaron la preparación de los frutos secos: fritos, salados, al natural o tostados.
Un beneficio adicional: quienes consumieron frutos secos se mantuvieron más delgados.
"Existe una percepción general que si uno come más frutos secos va a engordar; nuestros resultados muestran lo opuesto", dijo la doctora Ying Bao, del Hospital Brigham and Women's, en Boston, afiliado a Harvard.
Ella encabezó el estudio, el cual fue publicado el jueves en la revista New England Journal of Medicine. Los Institutos Nacionales de Salud y la Fundación Para Investigación y Educación Nutricional del International Tree Nut Council patrocinaron el estudio, pero el grupo vinculado a la promoción de consumo de frutos secos no participó en el diseño de la investigación ni en el reporte de resultados.
Los investigadores no conocen la causa por la que los frutos secos pueden potenciar la salud. Pudiera ser que sus ácidos grasos insaturados, minerales y otros nutrientes disminuyan colesterol e inflamación y reduzcan otros problemas, como han mostrado al parecer estudios previos.
Estudios observacionales como éste no pueden probar causa y efecto, sólo indicar una conexión. La investigación sobre dietas es especialmente complicada debido a puede ser difícil distinguir los efectos de cualquier alimento en particular.
La gente que come más frutos secos puede consumirlos en ensaladas, por ejemplo, y algunos de los beneficios podrían provenir de las hojas verdes, dijo el doctor Robert Eckel, cardiólogo de la Universidad de Colorado y ex presidente de la Asociación Americana del Corazón.
El doctor Ralph Sacco, un neurólogo de la Universidad de Miami quien además es un ex presidente de la asociación del corazón, estuvo de acuerdo con ese punto.
"En ocasiones cuando uno consume frutos secos se consume menos de otras cosas, como papas fritas; así que el beneficio podría venir de dejar de consumir una comida no saludable", señaló Sacco.
El grupo de Harvard ha sido reconocido desde hace mucho tiempo por su sólido conocimiento científico respecto a las dietas. Sus descubrimientos se fundamentaron en un estudio extenso realizado este año: un experimento riguroso que encontró que una dieta estilo mediterráneo suplementada con frutos secos corta la probabilidad de presentar problemas relacionados con el corazón, en especial infartos, en personas de edad avanzada en riesgo de sufrirlos.
Muchos estudios previos vinculan el consumo de frutos secos con menor riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes, cáncer de colon y otras afecciones.
En 2003, la Administración de Alimentos y Medicinas dijo que un puñado de frutos secos al día como parte de una dieta baja en grasa puede reducir el riesgo de enfermedad cardiaca. La asociación del corazón recomienda cuatro porciones de frutos secos sin freír y sin sal por semana, y advierte que no hay que consumir demasiados debido a que tienen muchas calorías.