Han pasado de generación en generación, son fáciles de preparar y están al alcance de la mano. Son alternativas para curar en casa males comunes.Casi siempre asociamos el recuerdo de nuestra abuela con los cuidados que nos prodigaba.
Quién no recuerda esos tés de las más extrañas plantas que con cariño nos preparaba y que calmaban casi cualquier dolencia. Así como esas infusiones, existen diversos remedios que hemos rescatado del baúl de los recuerdos.
Regenera tu flora intestinal Los antibióticos frecuentemente afectan nuestra flora intestinal. Para restablecerla es recomendable tomar caldo de puerros, que estimula el crecimiento de las bacterias bífidus del intestino. Para elaborar un buen caldo, vierte en una olla un litro de agua, tres piezas de puerro troceadas, cuece 30 minutos y cuela.
Para sanar heridas Un remedio muy antiguo es “el bálsamo del buen samaritano”, que consiste en una mezcla de tres cucharadas de aceite de oliva virgen, cuatro de vino tinto y un huevo batido. Este bálsamo contiene antioxidantes y vitamina E que protegen y renuevan la dermis. Se aplica en la herida hasta que cicatrice.
Combate las inflamaciones intestinales Cuando la congestión es causada por una infección puedes favorecer tu recuperación si comes dos días sólo papas y zanahorias cocidas. Acompáñalas con cuatro tazas diarias de una infusión de ajedrea y romero, que tienen propiedades antisépticas y bactericidas.
Nada es peor que un dolor de muelas En estos casos es necesario visitar al especialista, sin embargo, mientras llega la hora de la consulta puedes aplicarte en la pieza afectada un potente analgésico natural: un emplasto de cinco clavos de olor machacados con un mortero.
Moretones y magulladuras Combátelos con una simple compresa empapada con esencia de lavanda (25 cucharaditas de aceite esencial por cada medio litro de agua). Coloca el paño mojado sobre el moretón para reducir la inflamación y el dolor.
Cura la cruda Para aminorar los resultados de una noche de excesos ingiere un vaso grande de agua tibia con jugo de limón, una clara de huevo y una cucharada de miel. Este mejunrje es un excelente estimulador hepático y alcalinizante gracias a las propiedades del limón, los azúcares de la miel que requiere el hígado para recuperarse y a las virtudes lenitivas de la clara de huevo que actúan en la mucosa gástrica e intestinal.
¡Me lastimé la espalda! La mala postura, esfuerzos excesivos, colchones inadecuados, golpes, etc., pueden provocar dolores lumbares. Para calmar estas molestias realiza una pasta caliente de puré de papa y harina de avena a partes iguales y extiende sobre la zona adolorida cuando aún esté caliente y tapa con un paño.
Bolsas bajo los ojos Éstas aparecen por la acumulación de líquidos o por falta de sueño. Coloca diariamente sobre ellas un emplasto de manzana cocida.
Ponte suavecita Para liberarla de toxinas y oxigenarla, exfolia tu piel una vez a la semana. Hazlo con una pasta de agua tibia con harina de avena integral. Ésta, además de ejercer un suave efecto abrasivo, tiene propiedades desinfectantes y protectoras.
Espinillas… ¡desaparezcan! Para esos puntos negros, que aparecen cuando se tapa un folículo piloso-sebáceo, remoja pan integral en leche caliente y colócalo en tu rostro por 45 minutos. Esta mascarilla tiene propiedades calmantes, desinfectantes y astringentes.
Limpiador de agua de rosa Es un excelente aliado para mantener el cutis limpio y fresco. Hierve medio litro de agua mineral y cuando empiece a hervir añade dos tazas de pétalos de rosas. Tapa el recipiente, apaga el fuego y deja reposar media hora, después humedece con el agua un algodón y pásalo por tu rostro.