Pese a los avances en la detección precoz de cáncer de próstata, siete de cada diez hombres se enteran cuando la enfermedad está en fase avanzada, otorgándoles un pronóstico complicado y con pocas esperanzas de recuperación.
El doctor Samuel Rivera Rivera, oncólogo médico adscrito al Servicio de Oncología Médica del Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS, indicó que en México hay una gran porcentaje de hombres mayores de 45 años que no revisan su próstata, de ahí que 75% de los casos llegan al consultorio con un tumor en etapa avanzada, de ellos, entre 10 y 20% presentan metástasis (diseminación de células malignas a otros órganos o tejidos del cuerpo) al momento del diagnóstico.
La identificación oportuna del cáncer de próstata incrementa sensiblemente las posibilidades de restablecer la salud en los pacientes, apuntó el especialista al sostener, sin embargo, que no todo está perdido en los casos avanzados.
Actualmente, explicó, la ciencia médica ofrece innovadoras terapias que no sólo han demostrado mejorar los síntomas, sino también ofrecerles más tiempo de vida.
Destacó que durante las primeras etapas el cáncer de próstata --tumor maligno de alta frecuencia en hombres y por el cual mueren más de cinco mil cada año, sólo afecta esta glándula masculina y no suele ser mortal, pero conforme pasa el tiempo progresa deteriorando la salud y calidad de vida del paciente.
Por ello es importante que a partir de los 50 años de edad, o antes si hay antecedentes familiares, todos los hombres revisen cómo se encuentra su próstata mediante una prueba de sangre denominada Antígeno Prostático Específico (APE) complementada con un tacto rectal.
"Ambos estudios no sólo son sencillos, rápidos y confiables, sino también nos permiten actuar de inmediato para ofrecer al varón la mejor opción terapéutica según el avance de la enfermedad".
El oncólogo médico mencionó que cuando el tumor solamente se localiza en la próstata, algunos métodos como la radioterapia o la cirugía radical pueden ser aplicados como intentos curativos, pero si ha invadido ganglios linfáticos, huesos o pulmones, la recomendación es iniciar terapia hormonal en la mayoría de los casos.