Los alimentos constituyen la fuente de energía central de nuestro cuerpo, sin embargo, ¿somos totalmente conscientes de los alimentos que elegimos comer?
Cuando un alimento se procesa, su sabor natural es modificado con el fin de intensificarlo, suavizarlo o cambiarlo completamente. También puede intervenirse, por ejemplo, para lograr extender su vida útil. El problema con ello, es que al hacerlo, las propiedades naturales se pierden al mismo tiempo que se adicionan altas concentraciones de grasas totales, grasas saturadas, grasas trans, azúcar y sodio.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, en América Latina la dieta tradicional está siendo gradualmente reemplazada por el consumo de alimentos y bebidas ultraprocesadas generando graves problemas en la salud, especialmente el incremento de la obesidad.
Aunque existe una gran diferencia entre alimentos no procesados, procesados o ultraprocesados, la desinformación dificulta poder comprender su diferencia para optar por una alimentación más saludable. En esta situación tienen un gran peso relativo los intereses de grandes multinacionales de alimentos que comercializan productos que si bien acortan los tiempos de preparación a la hora de cocinar, eliminan nutrientes y agregan grasas y azúcares perjudiciales para nuestro cuerpo.
Por eso, es importante identificar el tipo de alimentos y bebidas que elegimos para evitar el consumo de aquellos ultraprocesados y procurar basar la dieta en los mínimamente procesados. Con esta clasificación, podrás guiarte y dar un paso hacia una alimentación más consciente.
Alimentos sin procesar
Son aquellos que no han sido alterados químicamente. Cuentan con sus propiedades nutricionales intactas al no haber pasado por ningún procesamiento industrial. No utilizan sustancias adicionales como grasas, azúcares o sal en su procesamiento, a excepción de agua.
Las frutas, verduras, frijoles, nueces, semillas, granos o maíz que han sido secados, congelados, molidos o fermentados sin la adición de grasas, azúcares o sal son un ejemplo de este tipo de alimentos.
Alimentos procesados
Son aquellos a los que se les ha adicionado ingredientes como aceites, grasas, azúcar, sal, harinas y endulzantes. Esta categoría incluye alimentos en los que se emplearon métodos de conservación como el salado o la fermentación con sal. Son ejemplos las verduras enlatadas que contienen sal o los quesos ahumados, entre otros alimentos.
Alimentos y bebidas ultraprocesados
Son elaborados a través de procedimientos industriales que utilizan saborizantes, aditivos y colorantes. Se empacan, pertenecen a una marca y tienen gran publicidad.
En esta categoría encontramos, por ejemplo, productos de confitería, comida rápida, bebidas azucaradas y sopas enlatadas, entre otros.
Para poder identificar si el alimento que vas a consumir ha sido alterado artificialmente durante su procesamiento, procura conocer si contiene:
1) Colorantes: existen químicos y naturales y sus altas concentraciones generan irritación intestinal.
2) Conservantes: la mayoría de éstos son químicos. Entre los naturales se encuentran la sal y el vinagre.
3) Antioxidantes: evitan que los alimentos se echen a perder debido a la oxidación, extendiendo artificialmente su duración.
4- Reguladores de acidez: buscan regular el sabor de los alimentos naturalmente ácidos.
5- Estabilizadores: ayudan a los aceites a disolverse en agua, formando nuevas emulsiones que extienden su vida útil.
6- Antiapelmazantes: evitan que las harinas se endurezcan o compacten por el exceso de humedad.
7- Edulcorantes: aumentan el sabor de los alimentos de manera artificial y perjudicial para la salud.
Como verás, detrás de las etiquetas y las "soluciones mágicas" a la hora de cocinar, puedes estar poniendo en riesgo tu salud. Conocer e informarse es el primer paso para saber cómo nutrimos nuestro cuerpo y avanzar hacia un modo de vida diferente.