Las emociones a la mesa
Nuestras emociones tienen un efecto poderoso sobre nuestra elección de alimentos y sobre los hábitos de alimentación. Por ejemplo, se ha encontrado que el vínculo entre emoción y alimentación es más fuerte en las personas obesas que en las no obesas y en personas que hacen dieta en relación a las personas que no hacen dietas.
Lo que comemos no solo afecta a cómo nos sentimos, sino que cómo nos sentimos también afecta a nuestra manera de comer.
Cada órgano genera unas u otras emociones. Dependiendo de si tomamos un alimento u otro vamos a sentir unas emociones muy distintas. Esto sucede porque cada alimento «ataca» a órganos distintos. Si ingerimos alimentos que nos bloquean el hígado, como por ejemplo el alcohol, serán más factibles las emociones de ira, cólera, agresividad o la impaciencia.
La razón por la que las personas con problemas emocionales suelen ir en busca de comida para sentirse mejor es porque muchos alimentos incluyen triptófano, un aminoácido que provoca la liberación de serotonina. Piensa que los niveles bajos de serotonina se asocian a la depresión y a la obsesión.
La falta de serotonina causa distintos efectos negativos sobre el organismo, como angustia, tristeza o irritabilidad. Cuando el cuerpo no produce triptófano, lo conseguimos a través de la dieta. Por tanto, los alimentos ricos en este aminoácido actúan como antidepresivos naturales.
Por tanto podemos a través de los alimentos que ingerimos regular nuestros estados emocionales. Veamos cómo .
La dieta de las emociones: la tristeza
No puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre tu cabeza pero sí puedes evitar que anide en tu cabellera. Provebio chino.
La tristeza es una emoción básica y totalmente natural en el ser humano; es por tanto tener claro que es normal sentirla y hay que aprender a vivirla. La tristeza tiene un buen antídoto, el consuelo. Lo que buscamos cuando estamos tristes es ese bálsamo emocional que nos ayude a calmar la pena. El consuelo puede obtenerse de distintas maneras: estando en contacto con otras personas, haciendo deporte, pintando, leyendo y también a través de la alimentación.
Normalmente solemos atribuirle al consuelo alimentos ricos en grasas ó azúcares; al consumir estos alimentos se produce una subida de azúcar en sangre muy rápida, lo que provoca hiperglucemia y segregación de abundante insulina para poder gestionarla y de nuevo baja de azúcar; con lo cual entramos en una espiral peligrosa. Por tanto los azúcares y grasas todo y que nos aportan un “subidón energético” no son la mejor opción.
Existen opciones alimentarias que pueden resultar útiles para ayudar a salir de la tristeza y llevarte a un estado de bienestar.
Si hablamos de Bienestar hablamos de serotonina ( neurotransmisor que se sintetiza a partir del triptófano, un aminócido esencial que nuestro organismo no puede fabricar); así los alimentos ricos en triptófano actúan como “antidepresivos naturales” y producen aumento de la seratonina.