Con cada nuevo año que comienza, llevada por la euforia de las celebraciones y la sensación de que por unos días ¿todo es posible¿, la mayoría de la gente se plantea una serie de buenos propósitos, que suelen transformase en meras intenciones, destinadas a repetirse al año siguiente con parecidos resultados.
El meritorio objetivo de hacer algo para mejorar la salud y levantar el estado físico y anímico, se va desvaneciendo a medida que pasan los días y avanza enero, igual que inevitablemente se desvanecen las burbujas de los brindis y los ecos de los descorches de botellas, y las risas y la pirotecnia festivas.
En realidad, ¿todo es posible¿, como se afirma en las Navidades, pero no basta con decirlo: ¡hay que poner manos a la obra!
Según los expertos, proponerse demasiados cambios de vida al mismo tiempo, tiene un efecto disuasorio, por el esfuerzo y disciplina que implican. Es mejor avanzar poco a poco, lo cual además permite que cada pequeño éxito sirva de abono o refuerzo para afrontar el siguiente reto.
Para facilitar que los buenos propósitos se conviertan en buenas realidades, puede ser útil seguir un calendario, una hoja de ruta, que marque un objetivo para cada mes, lo cual da suficiente tiempo para cumplirlo y, de ese modo, poder pasar a la siguiente meta mensual:
Enero: Coloque bien su cuerpo. Las malas posturas, un movimiento imprudente o la tensión acumulada causan dolorosas contracturas musculares que resienten su espalda. ¡Procure andar bien!
Febrero: Regule sus biorritmos. Es conveniente comer, dormir o evacuar, más o menos a la misma hora, lo cual favorece el funcionamiento del cuerpo.
Marzo: ¡Deje de automedicarse! Los fármacos son de gran ayuda y muchas veces imprescindibles, pero debe prescribirlos el médico, porque en dosis o casos inadecuados, ponen en riesgo la salud.
Abril: Viva al aire libre. Respire el aire no contaminado no sólo favorece los pulmones, sino que distrae de las preocupaciones. Trate de que sea un mes en el que salga al campo con cierta asiduidad y ¡respire!
El meritorio objetivo de hacer algo para mejorar la salud y levantar el estado físico y anímico, se va desvaneciendo a medida que pasan los días y avanza enero, igual que inevitablemente se desvanecen las burbujas de los brindis y los ecos de los descorches de botellas, y las risas y la pirotecnia festivas.
En realidad, ¿todo es posible¿, como se afirma en las Navidades, pero no basta con decirlo: ¡hay que poner manos a la obra!
Según los expertos, proponerse demasiados cambios de vida al mismo tiempo, tiene un efecto disuasorio, por el esfuerzo y disciplina que implican. Es mejor avanzar poco a poco, lo cual además permite que cada pequeño éxito sirva de abono o refuerzo para afrontar el siguiente reto.
Para facilitar que los buenos propósitos se conviertan en buenas realidades, puede ser útil seguir un calendario, una hoja de ruta, que marque un objetivo para cada mes, lo cual da suficiente tiempo para cumplirlo y, de ese modo, poder pasar a la siguiente meta mensual:
Enero: Coloque bien su cuerpo. Las malas posturas, un movimiento imprudente o la tensión acumulada causan dolorosas contracturas musculares que resienten su espalda. ¡Procure andar bien!
Febrero: Regule sus biorritmos. Es conveniente comer, dormir o evacuar, más o menos a la misma hora, lo cual favorece el funcionamiento del cuerpo.
Marzo: ¡Deje de automedicarse! Los fármacos son de gran ayuda y muchas veces imprescindibles, pero debe prescribirlos el médico, porque en dosis o casos inadecuados, ponen en riesgo la salud.
Abril: Viva al aire libre. Respire el aire no contaminado no sólo favorece los pulmones, sino que distrae de las preocupaciones. Trate de que sea un mes en el que salga al campo con cierta asiduidad y ¡respire!
Mayo: Consuma menos comida artificial. El exceso en la dieta de productos refinados y manipulados mediante calor o química puede ser nocivo. Aumenta la cantidad de alimentos naturales, frescos y crudos.
Junio: Piense en positivo. Algunas investigaciones sugieren que afrontar la vida con optimismo influye favorablemente en las defensas orgánicas, la curación de las dolencias y la longevidad. Que junio se convierta, con la luz que aporta, en un mes positivo.
Julio: Tome el sol con moderación. Ayuda a que el organismo sintetice la vitamina D, mejora afecciones como la psoriasis y estimula el ánimo, ¡pero en exceso favorece el cáncer cutáneo!
Agosto: Camine media hora cada día. Un paseo diario a paso rápido pero sin agitarse, es una de las mejores inversiones que pueden realizarse para prevenir problemas del corazón y las arterias.
Septiembre: ¡Cuide su voz! Dormir poco, hablar más de cuatro horas seguidas, carraspear y toser en exceso, son situaciones que hay que evitar para no sufrir problemas de la fonación.
Octubre: Atienda las señales de alarma. Acuda al médico ante síntomas anormales o de larga duración, como la fiebre, un dolor intenso o persistente o una falta de apetito inusual.
Noviembre: Hágase revisiones periódicas. Es fundamental revisarse los ojos, pies, dientes, presión arterial o corazón, y acudir a los exámenes ginecológicos y urológicos recomendados.
Diciembre: Protéjase de la gripe. Tomar productos con bacterias sanas, como las presentes en los yogures y leches fermentadas, puede ayudar a que no se enferme. Asi mismo, consuma equinacea y vitamina C o Zinc para subir su sistema inmunologico.