lunes, 28 de diciembre de 2009

CALENDARIO ANUAL DE BUENOS PROPOSITOS SALUDABLES


Con cada nuevo año que comienza, llevada por la euforia de las celebraciones y la sensación de que por unos días ¿todo es posible¿, la mayoría de la gente se plantea una serie de buenos propósitos, que suelen transformase en meras intenciones, destinadas a repetirse al año siguiente con parecidos resultados.


El meritorio objetivo de hacer algo para mejorar la salud y levantar el estado físico y anímico, se va desvaneciendo a medida que pasan los días y avanza enero, igual que inevitablemente se desvanecen las burbujas de los brindis y los ecos de los descorches de botellas, y las risas y la pirotecnia festivas.
En realidad, ¿todo es posible¿, como se afirma en las Navidades, pero no basta con decirlo: ¡hay que poner manos a la obra!

Según los expertos, proponerse demasiados cambios de vida al mismo tiempo, tiene un efecto disuasorio, por el esfuerzo y disciplina que implican. Es mejor avanzar poco a poco, lo cual además permite que cada pequeño éxito sirva de abono o refuerzo para afrontar el siguiente reto.

Para facilitar que los buenos propósitos se conviertan en buenas realidades, puede ser útil seguir un calendario, una hoja de ruta, que marque un objetivo para cada mes, lo cual da suficiente tiempo para cumplirlo y, de ese modo, poder pasar a la siguiente meta mensual:


Enero: Coloque bien su cuerpo. Las malas posturas, un movimiento imprudente o la tensión acumulada causan dolorosas contracturas musculares que resienten su espalda. ¡Procure andar bien!

Febrero: Regule sus biorritmos. Es conveniente comer, dormir o evacuar, más o menos a la misma hora, lo cual favorece el funcionamiento del cuerpo.

Marzo: ¡Deje de automedicarse! Los fármacos son de gran ayuda y muchas veces imprescindibles, pero debe prescribirlos el médico, porque en dosis o casos inadecuados, ponen en riesgo la salud.

Abril: Viva al aire libre. Respire el aire no contaminado no sólo favorece los pulmones, sino que distrae de las preocupaciones. Trate de que sea un mes en el que salga al campo con cierta asiduidad y ¡respire!


Mayo: Consuma menos comida artificial. El exceso en la dieta de productos refinados y manipulados mediante calor o química puede ser nocivo. Aumenta la cantidad de alimentos naturales, frescos y crudos.

Junio: Piense en positivo. Algunas investigaciones sugieren que afrontar la vida con optimismo influye favorablemente en las defensas orgánicas, la curación de las dolencias y la longevidad. Que junio se convierta, con la luz que aporta, en un mes positivo.

Julio: Tome el sol con moderación. Ayuda a que el organismo sintetice la vitamina D, mejora afecciones como la psoriasis y estimula el ánimo, ¡pero en exceso favorece el cáncer cutáneo!

Agosto: Camine media hora cada día. Un paseo diario a paso rápido pero sin agitarse, es una de las mejores inversiones que pueden realizarse para prevenir problemas del corazón y las arterias.

Septiembre: ¡Cuide su voz! Dormir poco, hablar más de cuatro horas seguidas, carraspear y toser en exceso, son situaciones que hay que evitar para no sufrir problemas de la fonación.

Octubre: Atienda las señales de alarma. Acuda al médico ante síntomas anormales o de larga duración, como la fiebre, un dolor intenso o persistente o una falta de apetito inusual.

Noviembre: Hágase revisiones periódicas. Es fundamental revisarse los ojos, pies, dientes, presión arterial o corazón, y acudir a los exámenes ginecológicos y urológicos recomendados.

Diciembre: Protéjase de la gripe. Tomar productos con bacterias sanas, como las presentes en los yogures y leches fermentadas, puede ayudar a que no se enferme. Asi mismo, consuma equinacea y vitamina C o Zinc para subir su sistema inmunologico.

LA SOYA REDUCE RIESGO DE CANCER DE ENDOMETRIO Y OVARIOS


Las mujeres que consumen más alimentos de soya que la población general tendrían menos riesgo de desarrollar tumores en los ovarios y el recubrimiento interno del útero (endometrio), según una revisión de varios estudios.


Los cánceres del endometrio y los ovarios dependen de hormonas como el estrógeno, que imitan algunos compuestos de la soya.


Mientras que algunos de esos compuestos están asociados con un aumento de la frecuencia del cáncer mamario, estudios previos habían sugerido lo opuesto para los casos de tumores de endometrio y ovario.


El nuevo informe, publicado en BJOG: An International Journal of Obst
etrics and Gynaecology, señala que las probabilidades de desarrollar esos tumores serían un 40 por ciento más bajas en las mujeres que consumen los niveles más altos de alimentos en base a soya.


El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos estima que se les diagnosticará cáncer de ovario a más de 21.000 mujeres y que más de 14.000 morirán por esa enfermedad en el 2009. A unas 42.000 se les diagnosticará cáncer endometrial y, según el instituto, morirán unas 8.000.


Los siete estudios revisados (otros se rechazaron por su baja calidad) incluyeron en total a más de 169.000 mujeres; 3.516 tenían uno de los dos cánceres.


La mayoría de los estudios evaluaron el consumo de soya o de componentes de la soya en alimentos como las legumbres, cuajada de soya o proteína de soya.

EL OMEGA 3 BENEFICIA TU VISTA


En un grupo de 1.837 personas con signos precoces de degeneración macular asociada con la edad (DMAE), los que más cantidad de ácidos grasos omega 3 consumían eran un 30 por ciento menos propensos a desarrollar la forma avanzada de la enfermedad en 12 años que los que menos omega 3 ingerían.


El equipo del doctor John Paul SanGiovanni, del Instituto Nacional de la Visión, parte de los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda, Maryland, publicó los resultados en American Journal of Clinical Nutrition.


La DMAE es un deterioro de la retina y la causa principal de ceguera en los adultos mayores en Estados Unidos.


Unos 1,75 millones de estadounidenses y 3,35 millones de europeos padecen DMAE lo suficientemente grave como para alterarles la visión.


Si bien existen algunos fármacos, el equipo opina que tienen una efectividad limitada, son costosos y tienen varias complicaciones.


Dado que la inflamación suele provocar el avance de la DMAE y que los ácidos grasos omega 3 son antiinflamatorios, estos nutrientes podrían retrasar el avance de la enfermedad.


Para investigarlo, el equipo analizó los datos de un ensayo clínico de los Institutos Nacionales de Salud para conocer enfoques nutricionales útiles para prevenir y tratar la DMAE. Ningún participante tení
a DMAE avanzada por lo menos en un ojo, pero sí algún estadio más temprano de la enfermedad.


En 12 años, un 20 por ciento de los participantes desarrolló DMAE "seca", en la que desaparece el tejido central de la retina. Otro 32 por ciento desarrolló DMAE "húmeda" o neovascular, en la que crecen vasos sanguíneos anormales en la mácula.


Las personas que más cantidad consumían de los dos tipos de ácidos grasos omega 3 (ácido docosahexaenoico o DHA y ácido eicosapentaenoico o EPA) eran un 30 por ciento menos propensas a desarrollar DMAE seca o húmeda que las que menos ingerían.


El primer grupo obtenía un 11 por ciento de sus calorías de los omega 3, comparado con el 1 por ciento en el segundo grupo.


"Si otros estudios y ensayos clínicos los confirman, los resultados ayudarían a desarrollar intervenciones económicas y de simple ejecución para prevenir el avance de la DMAE", concluyó el equipo.