Un dieta baja en hierro favorece el que los niveles de hierro en la sangre disminuyan pudiendo provocar la anemia ferropénica. Estas bajas concentraciones de hierro en sangre, pueden ser causa de múltiples efectos, como la fatiga sin causa aparente, la disminución del rendimiento físico y mental o incluso cambios de comportamiento.
En ocasiones podemos sentir fatiga y cansancio sin saber muy bien cuál es su causa. Ya hace unos años, en 2003 se publicó el resultado de un estudio desarrollado por la Universidad de Lausanne, en Suiza en el que se comprobó que los niveles bajos de hierro en sangre, aunque no se llegue a los niveles de anemia, provocaban, sobre todo en mujeres, debido a la menstruación, la llamada fatiga inexplicable. En el estudio de cuatro semanas de duración, y con 144 mujeres participantes, a las que se les suministró un aporte de hierro la fatiga diminuyó.
Siempre es necesario que la dieta sea adecuada a las necesidades de cada uno, y que además de variada y equilibrada aporte al organismo todos los nutrientes que necesita. En este contexto, hay que tener cuidado, por ejemplo, con que el aporte de algunos minerales.. Es importante que la dieta contenga alimentos ricos en hierro, pero no se debe consumir hierro en dosis altas a no ser que el médico lo prescriba.
ALIMENTOS RICOS EN HIERRO > mg / hierro por 100 gr de alimento ingerido · Lentejas, 8,6 mg |
Incluir legumbres como las lentejas, frutos secos como los orejones, carnes rojas o jamón serrano....... tienen múltiples beneficios nutricionales y una buena opción para lograr que no se produzca la "cuesta anímica", por carencia de hierro.
No todo el hierro aportado al organismo a través de los alimentos consigue ser absorbido. El hierro que presenta las carnes, las legumbres y los frutos secos son más fácilmente asimilable por nuestro sistema digestivo, es decir, se va a aprovechar mejor.
Según distintos organismos las recomendaciones de ingesta diaria de hierro son entre 12 y 18 mg para niños en edad escolar, jóvenes y adultos, de 30 mg para embarazadas y de 25 mg para madres en período de lactancia.
El hierro es imprescindible para que la sangre transporte el oxigeno a todo el organismo, incluido el cerebro. Si el aporte de oxígeno al cerebro no es el adecuado, por una baja concentración de hierro en la sangre, puede influir en alteraciones de la actividad cognitiva y del sistema nervioso central, según sugieren los investigadores del Departamento de Hematología del Hospital Universitario de Rijeka, Croacia en una publicación en junio de este año. Unos niveles bajos de hierro pueden tener unos efectos insospechados muchas veces en el rendimiento escolar.
Por otra parte, según la investigación desarrollada por el Departamento de Ciencias de la Nutrición, de la Universidad del estado de Pensylvania, tanto si se llega a presentar anemia ferropénica cómo si no se llega a cantidades tan bajas, lo que si se ha comprobado es que niveles pobres de hierro en la sangre pueden afectar al aspecto conductual y cognitivo de las personas. Según pusieron de manifiesto los resultados de dicha investigación que se publicaron en marzo de este año, tras el estudio que duró 16 semanas, se comprobó que de las 149 mujeres que participaron en el estudio, las que tuvieron un aporte de hierro en su dieta realizaron mejor los test y pruebas de habilidad propuestas que las que no habían tenido este aporte de hierro.