Enfermedades tan graves como el cretinismo, el cáncer de garganta, el bocio y otras tan fastidiosas como la obesidad mórbida que no remite con dieta pueden deberse a una falta de yodo.
De hecho, ya hay diversos estudios que alertan de esta deficiencia entre la población occidental. Abundante en el pescado, en las últimas décadas, debido a la agricultura intensiva, han decaído las cantidades que se encuentran en los vegetales.
El problema de la sal refinada
La sal refinada también ha sido una de las grandes causantes de este déficit. Al refinarla queda más fina (cae mejor por los agujeritos del salero) pero ha perdido todo el Yodo y los oligoelementos. Básicamente aporta Sodio.
La sal yodada es un invento para evitar el déficit de Yodo pero lo mejor es consumir la sal marina sin refinar ya que además del yodo aporta la totalidad de los 84 oligoelementos que necesitamos.
La única desventaja es que no queda tan fina ya que tiende a absorber un poco de humedad. Podemos tener un poco en el salero y el resto guardarlo en un frasco cerrado.
Aunque en distintas etapas de la vida (embarazo, lactancia o enfermedades del tiroides) tu médico puede recetarte un suplemento de yodo, es mejor tomar este micronutriente a través de la alimentación. Ten en cuenta que los distintos miembros de la familia necesitan:
Bebés hasta 1 año: 45 mcg.
Niños hasta los 3 años: 55 mcg.
Niños hasta la adolescencia: entre 70 y 90 mcg.
Adolescentes varones: 130 mcg.
Adolescentes chicas: 115 mcg.
Varones adultos: 140 mcg.
Mujeres adultas: 110 mcg.
Ancianos hombres: 125 mcg.
Mujeres ancianas: 95 mcg.
Embarazadas: 140 mcg.
Lactantes: 160 mcg.
El consumo, durante largo tiempo y de forma indiscriminada, de suplementos de yodo puede tener consecuencias negativas para la salud. Anota los siguientes alimentos ricos en yodo:
1.- Las algas marinas son una bomba tal de este micronutriente que están contraindicadas si padeces alguna anomalía, la que sea, del tiroides. Las variedades Arame o Kombu llegan a tener hasta 300.000 mcg por cada 100 gramos de porción comestible. Esto es, lo que una mujer necesita durante 7 años.
2.- Más acorde con una dieta balanceada está la soja, con 115 mcg por cada 100 gramos de producto, otra excusa más para introducir esta superlegumbre en tu dieta. Garbanzos, lentejas y judías apenas llegan a 2 mcg.
3.- Aunque el arenque fresco “solo” tiene 20 mcg, el ahumado alcanza hasta 100.
4.- Lo mismo ocurre con el bacalao salado con 60 mcg frente a 3 del fresco. El yodo, como puedes deducir, se encuentra en la sal.
5.- Los mariscos, como las cigalas, camarones, gambas y langostinos llegan hasta los 90 mcg.
6.- Los animales marinos de concha como los cangrejos, nécoras, centollos, langostas o bogavantes rondan los 40 mcg.
7.- La leche en todas sus variedades está alrededor de los 90 mcg. Ten en cuenta que la medida exacta variará según la forma de vida y la alimentación del animal de la que procede.
8.- De entre las verduras sobresale el ajo, con la misma cantidad que la leche, aunque este vegetal se consume en menor cantidad.
9.- Piñas,con 30 mcg, moras, con 20 mcg, y fresas, con 8 mcg, son las frutas más yodadas.
10.-No nos olvidemos del huevo con 20 mcg, por cada 100 gramos de producto.
Las poblaciones aisladas con terrenos poco mineralizados y con difícil acceso al mar suelen acusar carencias crónicas de este mineral.
Este déficit llega a manifestarse, incluso, con bajo cociente intelectual, falta de desarrollo del esqueleto, dolencias en la piel y escasa resistencia a las enfermedades.