En la actualidad, la carne animal es un producto de muy mala calidad, ha sufrido muchas alteraciones en el procesado antes de su consumo y puede afectarnos de manera negativa en nuestra salud.
Hay que añadir otro punto importante: en la cría ganadera y avícola existen numerosos tratamientos con hormonas.
Sin lugar a dudas, las proteínas vegetales son las más favorables para el organismo, pues no entrañan ningún peligro y están presentes en:
Hortalizas y verduras (1.6%) | Frutas (1.6%) |
Frutos secos (nueces: 16%) | Cereales y legumbres (24%) |
*El pan, las pastas y las harinas suponen un importante suministro de proteínas.
La carne aporta mucho colesterol, ácidos saturados y úrico (provoca artritis, gota, dolores de espalda), por lo que es conveniente restringir su uso. Lo ideal sería 2 o 3 comidas semanales, sólo en el almuerzo, y la cantidad diaria no debe excederse de 150 a 200 grs.
La cuestión está en el aire, pues es una decisión muy personal la ingesta o rechazo de la carne.
En cuanto al pescado se prefiere antes que la carne; se aconseja comer el “pescado azul”, como el atún, mero, salmón, boquerones, besugo, trucha, caballa...
La cantidad recomendada es de 1 o 2 veces por semana. Su preparación debe ser bajo cocimiento o al vapor, rehogado o a la plancha; nada de ahumados.
Están ampliamente documentadas las ventajas de sustituir las proteínas de origen animal por las de vegetal, aunque se aconseja consumirlas con cereales integrales u otros alimentos que contengan proteínas para obtener todos los aminoácidos esenciales.