martes, 17 de febrero de 2009

12. REDUCIR EL CONSUMO DE ALIMENTOS DE ORIGEN ALIMENTOS


Las proteínas son una fuente importante en nuestro organismo: construyen, reparan y mantienen células y tejidos; normalmente, las proteínas que ingerimos provienen de los animales.

En la actualidad, la carne animal es un producto de muy mala calidad, ha sufrido muchas alteraciones en el procesado antes de su consumo y puede afectarnos de manera negativa en nuestra salud.

Hay que añadir otro punto importante: en la cría ganadera y avícola existen numerosos tratamientos con hormonas.

Sin lugar a dudas, las proteínas vegetales son las más favorables para el organismo, pues no entrañan ningún peligro y están presentes en:

Hortalizas y verduras
(1.6%)
Frutas
(1.6%)
Frutos secos
(nueces: 16%)
Cereales y legumbres
(24%)

*El pan, las pastas y las harinas suponen un importante suministro de proteínas.

La carne aporta mucho colesterol, ácidos saturados y úrico (provoca artritis, gota, dolores de espalda), por lo que es conveniente restringir su uso. Lo ideal sería 2 o 3 comidas semanales, sólo en el almuerzo, y la cantidad diaria no debe excederse de 150 a 200 grs.

La cuestión está en el aire, pues es una decisión muy personal la ingesta o rechazo de la carne.

En cuanto al pescado se prefiere antes que la carne; se aconseja comer el “pescado azul”, como el atún, mero, salmón, boquerones, besugo, trucha, caballa...

La cantidad recomendada es de 1 o 2 veces por semana. Su preparación debe ser bajo cocimiento o al vapor, rehogado o a la plancha; nada de ahumados.

Están ampliamente documentadas las ventajas de sustituir las proteínas de origen animal por las de vegetal, aunque se aconseja consumirlas con cereales integrales u otros alimentos que contengan proteínas para obtener todos los aminoácidos esenciales.