1 taza de avellanas tostadas y con cascara.
115 gramos de chocolate amargo derretido.
2 cucharadas de cacao en polvo.
1/2 taza de azúcar pulverizada.
1/2 cucharadita de extracto de vainilla.
Unas gotas de aceite vegetal (opcional)
Lo primero que debemos hacer es quitarle las cascaras a las avellanas y tostarlas. Para tostar las avellanas, las ponemos en una bandeja para el horno y las metemos a 200 grados C por unos 8 minutos o hasta que produzcan un olor muy fuerte en nuestra cocina. Las dejamos enfriar y las rodamos sobre la mesada para que la piel se les despegue. No tienen que quedar totalmente peladas, no hay problema con eso.
El segundo gran paso se hace con un procesador de alimentos. Es preferible que sea con este aparato para que quede la consistencia que queremos, porque a mano sería muy difícil. Si tenemos el procesador entonces lo primero que ponemos son las avellanas, triturando todo hasta que tenga una consistencia como de mantequilla de maní. Parece raro que quede así, pero por todo el aceite natural que tienen estos frutos secos, se puede lograr. Es importante que tome esta consistencia.
Luego, agregamos el chocolate derretido, el cacao, el azúcar y la vainilla. Mezclamos aún con el procesador de alimentos. Si no llegamos aún a la consistencia adecuada, parecida a la nutella original, entonces seguimos mezclando con las gotas de aceite. Que sean pocas para que no quede grasoso.
Si se puede untar perfectamente, está listo. Lo guardamos en un envase de cristal y se puede refrigerar si así se quiere.