miércoles, 11 de junio de 2014

VITAMINA B1 Y DIABETES

 La vitamina B1, también conocida como tiamina, es un nutriente esencial que se encuentra en muchos alimentos. Tiene una función crucial en el organismo, en los procesos metabólicos de degradación de los carbohidratos y las grasas para la producción de energía. La tiamina ayuda a mantener el buen funcionamiento de las células cerebrales, especialmente durante su crecimiento y desarrollo. En el presente “Post”, revisaremos las principales funciones biológicas de la vitamina B1 y sus posibles implicaciones para las personas con diabetes. 

Para satisfacer los requerimientos diarios de esta vitamina, los adultos deben consumir cerca de 1,2 mg / día, mientras que las mujeres que amamantan deben subir la dosis a 1,4 mg diarios. Es interesante señalar que, a pesar de que esta vitamina esta contenida en muchos alimentos, su deficiencia se ha reportado en diferentes regiones del mundo. En parte, esto ha sido atribuido a al método de cocción, ya que la tiamina es susceptible a las temperaturas de cocción de los alimentos. Por esta razón, es aconsejable consumir vegetales crudos o con poca cocción. Las mejores fuentes de B1 son los espárragos, las semillas de girasol, los guisantes, semillas de linaza, retoños de Bruselas y el repollo. Al principio, una deficiencia de tiamina no muestra síntomas aparentes. Al progresar la deficiencia se pueden presentar variados problemas neurológicos que, eventualmente, pueden causar daños permanentes e incluso la muerte. Esto ilustra el importante papel que juega la vitamina B1 en la preservación de la salud de las células cerebrales. Por otra parte, estudios recientes sugieren que la ingestión de cantidades relativamente altas de tiamina pueden ser beneficiosas para las personas con diabetes que tienen, naturalmente, cantidades bajas de esta vitamina. 

En estos individuos, se logró también detener la progresión de enfermedades renales, en sus primeras etapas.