miércoles, 6 de mayo de 2009

ARANDANOS Y FRESAS PARA PREVENIR LAS ARRUGAS


El ácido elágico, un antioxidante que se encuentra en bayas, como los arándanos o las fresas, sirve para prevenir el daño de la piel causado por los rayos UV, que son los que llevan a la aparición de arrugas.

Una aplicación tópica de ácido elágico previene la destrucción del colágeno y la respuesta inflamatoria, que es la principal causa de las arrugas, tanto en células humanas de la piel como en las de ratones sin pelo (especialmente sensibles) durante una exposición continua a rayos UVB del sol.

El estudio fue realizado por investigadores de la Hallym University de Corea del Sur y presentado por Ji Young Bae en una reunión sobre Biología Experimental de la Sociedad Americana de Nutrición en la ciudad estadounidense de Nueva Orleans.

El ácido elágico es un antioxidante que se encuentra en numerosas verduras y frutas, especialmente en las frambuesas, fresas, arándanos y granadas, que estudios previos ya habían sugerido sus efectos fotoprotectores.

El estudio de la citada universidad descubrió que en las células de la piel humana el ácido elágico trabaja para proteger del daño causado por los rayos UV.

Ese ácido bloquea la producción de MMP (enzimas metalaproteinasa de matriz), que rompen el colágeno en las células dañadas de la piel, y reduce la expresión de una molécula implicada en la inflamación la ICAM.

Los científicos recurrieron a los ratones jóvenes (de cuatro semanas) machos y sin pelo, que es una variedad usada con frecuencia en estudios dermatológicos debido a la similitud fisiológica de su piel con la humana.

Una docena de esos roedores fueron expuestos durante ocho semanas a una radiación ultravioleta creciente -como la del luz del sol- tres veces a la semana y empezando por un nivel suficiente como para causar rojez o quemaduras en la piel humana.

Durante el ensayo, la mitad de los ratones recibieron diariamente aplicaciones de ácido elágico en la piel y el resto no.

Los ratones expuestos a las radiaciones UV que no recibieron ácido elágico desarrollaron arrugas y engrosamiento de la piel, frente a los roedores que sí fueron tratados, los cuales mostraron una formación reducida de arrugas.

Además, como sugerían los estudios con células humanas, el ácido elágico reduce la respuesta inflamatoria y la secreción de MMP, debido a su capacidad para proteger de la degradación del colágeno.

ASMA SURGE DE UNA ALERGIA MAL TRATADA


Entre los meses de marzo y abril, se intensifican las alergias y con ellas, las enfermedades consecuentes tales como el asma. El asma es considerada como una enfermedad secundaria que nace de una alergia mal tratada. Más de 100 millones de personas en el mundo padecen de asma, lo cual la convierte en una de las enfermedades con más visitas al doctor.

El asma es un proceso inflamatorio aguado o/y crónico del árbol bronquial secundario, causada por uno o varios alérgenos; además, de algunos agentes que se encuentran en el medio ambiente. Los alérgenos pueden ser: polen, polvo, partículas procedentes del pelo de animales domésticos o las esporas de algunos hongos. El asma consiste en la obstrucción parcial de los bronquios y bronquiolos, debido a una contracción de los músculos de sus paredes, dificultando que el aire llegue a los pulmones y se pueda respirar de manera normal.

Esta enfermedad es considerada un padecimiento hereditario, generalmente originado por predisposición familiar e hiperreacción bronquial. Cabe mencionar, que muchas de las personas que padecen de asma, no tienen antecedentes familiares que indiquen que el asma fue trasmitida por los genes de los padres. El asma la puede padecer cualquier persona: hombres y mujeres, niños y adultos. El síntoma más característico es el ahogo, acompañado por una sensación de tensión dolorosa en el pecho y dificultad respiratoria; cuya intensidad es variable. Dicha acción comúnmente recibe el nombre de "ataque de asma".

El ataque de asma comienza cuando la persona siente que no respira de manera normal, reaccionando con un ataque de tos. Inmediatamente, la persona comienza a sentir sudoración, incremento en el ritmo cardíaco y una fuerte ansiedad. Cuando aumenta el ahogo, la respiración se hace cada vez más leve y rápida, y se perciben con claridad los silbidos característicos de la respiración asmática. El cambio de color en cara y labios, es evidente.

Los ataques de asma pueden durar desde unos minutos hasta varias horas; el tiempo es muy variable. Generalmente es de inicio súbito, de intensidad variable y empeora gradualmente. Los primeros ataques de asma se producen durante la infancia o la adolescencia; sin embargo, en ocasiones más raras, también pueden aparecer en edad adulta.

Las mayores complicaciones que puede originar el padecimiento del asma son las que afectan directamente a los niños. Esto debido a que los ataques de asma frecuentes pueden causar deformaciones del pecho, enfisema pulmonar o una insuficiencia respiratoria aguda o crónica; además, sin olvidar el deterioro que el niño sufre durante su desarrollo psicofísico.

El doctor Miguel D'Urzo, miembro de la Federación Mexicana de Otorrinolaringología, Cirugía Cabeza y Cuello, A.C., comenta sobre los riesgos de esta enfermedad: "El asma es una enfermedad que cada día va en aumento, principalmente en los niños. Lo alarmante es que dicha enfermedad puede tener complicaciones graves, me atrevo a decir, que fatales. Lo anterior puede suscitares, sí no se diagnostica adecuadamente el problema y no se instala un tratamiento preventivo. La enfermedad cambia la vida de las personas que lo padecen, por tanto, es necesario un cuidado diario; aunque el paciente se sienta bien, la enfermedad existe y es necesario estar bajo vigilancia medica todo el tiempo".

Con respecto al método curativo para erradicar el asma, desafortunadamente hasta el día de hoy, no existe. El asma no es un problema infeccioso, por lo tanto, no se cura sé controla; lo cual se logra satisfactoriamente casi en 100% de los casos. Para lo anterior, el tratamiento se basa en una combinación de tres tipos de tratamientos: el preventivo, de crisis y con medicamentos (pastillas, líquidos o inhaladores). Por ejemplo: los profilácticos esteroides se inhalan tres o cuatro veces por día, los cuales actúan sólo sobre los pulmones, de forma directa; los broncodilatadores (pastillas) son adecuados para aquellos enfermos que tan sólo padecen ataques leves y ocasionales, y se deben administrar cuando el ataque o la crisis asmática ya se ha iniciado; por último, durante una crisis grave, se suele inyectar aminofilina y cortisona (sustancia líquida) cuya acción es rápida y paran de inmediato la crisis.

RADICALES LIBRES


Los radicales libres son átomos o grupos de átomos que tienen un electrón(e-) desapareado en capacidad de aparearse, por lo que son muy reactivos. Estos radicales recorren nuestro organismo intentando robar un electrón de las moléculas estables, con el fin de alcanzar su estabilidad electroquímica. Una vez que el radical libre ha conseguido robar el electrón que necesita para aparear su electrón libre, la molécula estable que se lo cede se convierte a su vez en un radical libre, por quedar con un electrón desapareado, iniciándose así una verdadera reacción en cadena que destruye nuestras células. La vida biológica media del radical libre es de microsegundos; pero tiene la capacidad de reaccionar con todo lo que esté a su alrededor provocando un gran daño a las moléculas y a las membranas celulares. Los radicales libres no son intrínsecamente malos.
De hecho, nuestro propio cuerpo los fabrica en cantidades moderadas para luchar contra bacterias y virus. Los radicales libres producidos por el cuerpo para llevar a cab
o determinadas funciones son neutralizados fácilmente por nuestro propio sistema. Con este fin, nuestro cuerpo produce unas enzimas (como la catalasa o la dismutasa) que son las encargadas de neutralizarlos. Estas enzimas tienen la capacidad de desarmar los radicales libres sin desestabilizar su propio estado. Las reacciones químicas de los radicales libres se dan constantemente en las células de nuestro cuerpo y son necesarias para la salud. Pero, el proceso debe ser controlado con una adecuada protección antioxidante. Un antioxidante es una sustancia capaz de neutralizar la acción oxidante de los radicales libres, liberando electrones en nuestra sangre que son captados por los radicales libres convirtiéndose en moléculas inestables.
Nuestro organismo está luchando contra los radicales libres cada momento del día. El problema para nuestra salud se produce cuando nuestro organismo tiene que soportar un exceso de radiales libres durante años, producidos mayormente por contaminantes externos que penetran en nuestro organismo productos de la contaminación atmosférica, el humo del cigarrillo que contiene hidrocarburos aromáticos polinucleares, así como aldehídos que producen distintos tipos de radicales libres en nuestro organismo. El consumo de aceites vegetales hidrogenados tales como la margarina y el consumo de ácidos grasos trans como los de las grasas de la carne y de la leche también contribuyen al aumento de los radicales libres.
La protección que debemos tener para evitar el aumento de los radicales libres en nuestro organismo que aceleran la rapidez de envejecimiento y degeneración de las células de nuestro cuerpo es el consumo de antioxidantes naturales tales como el beta caroteno(pro-vitamina A) presentes en la zanahoria, mango, tomates, melón, melocotón, espinacas. Vitamina E(tocoferol) es un antioxidante que mantiene la integridad de la membrana celular, protege la destrucción de la vitamina A, previene y disuelve los coágulos sanguíneos y retarda el envejecimiento celular. Se encuentra en muchas frutas y vegetales tales como:
El aguacate(30 ), boniato(50 ), espárragos(25 ), espinacas(20 ), tomates(12 ), bróculi(11 ), moras (10 ) y zanahorias(5 .)
La vitamina C(ácido ascórbico) es otro de los antioxidantes naturales que destruyen el exceso de radicales libres. Necesaria para producir colágeno, importante en el crecimiento y reparación de las células de los tejidos, encías, vasos, huesos y dientes, y para la metabolización de las grasas, por lo que se le atribuye el poder de reducir el colesterol.
Investigaciones han demostrado que una alimentación rica en vitamina C ofrece una protección añadida contra todo tipo de cánceres. Además de la prevención del resfriado común y el fortalecimiento de las defensas del organismo. Las fuentes alimentarias de la vitamina C son: Grosellas, pimiento verde, kiwi, limón (todos los que están antes del limón tienen mayor contenido de vitamina C que éste y los que están después menor), fresas y coliflor, coles de bruselas, naranjas, tomates, nabo y melón.
El selenio actúa junto con la vitamina E como antioxidante, ayudando a nuestro metabolismo a luchar contra la acción de los radicales libres. Ayuda a protegernos contra el cáncer, además de mantener en buen estado las funciones hepáticas, cardíacas y reproductoras. Es el más tóxico de los minerales incluidos en nuestra dieta. La ingestión en dosis altas se manifiesta con pérdida de cabello, alteración de uñas y dientes, nauseas, vómito y aliento a leche agria. Fuentes alimentarias del selenio: Carne, pescado, cereales integrales y productos lácteos. Las verduras dependerán de la tierra en la que se ha cultivado. Los flavonoides son compuestos polifenólicos encontrados en las plantas como frutas y vegetales, que son excelentes antioxidantes. Comúnmente se encuentran también en el té (principalmente té verde) y en el vino. En las frutas que fueron cosechadas hasta su maduración se encuentran gran cantidad de flavonoides, carotenoides, licopenes, zantinas, índoles y luteínas, todos con una potente acción antioxidante. En resumen si queremos evitar el envejecimiento y las enfermedades causadas por el exceso no controlado de radicales libres en nuestro cuerpo, tenemos que llevar una vida sana, sin consumir cigarrillo(tabaco) y tener una dieta libre de grasas saturadas y ácidos grasos trans que puedan aumentar el colesterol malo y éste formar colesterol oxidado que contribuye a la arteriosclerosis. La salud de nuestro cuerpo depende de la salud de nuestras células. Mantengamos nuestras células sanas evitemos los radicales libres.