Un reciente estudio suma evidencia acerca de la relación entre la comida rica en grasas saturadas, azúcares simples y colesterol, que caracteriza a la comida rápida, y los efectos negativos sobre el funcionamiento cerebral.
Así, la investigación realizada en Suecia vincula a la ingesta de comida rápida con la enfermedad de Alzheimer, tras evaluar a roedores que después de ser alimentados por 9 meses con alimentos ricos en grasas, azúcares y colesterol, experimentaron una reducción de los niveles de Arc., proteína clave en los procesos de formación de memoria que también se encuentra disminuida en los cerebros de pacientes con Alzheimer.
Según las observaciones finales, una dieta alta en grasas y colesterol altera, a nivel cerebral, la expresión de genes implicados en procesos neurodegenerativos. Lo cual podría suceder de igual manera en los humanos, como en los roedores.
El mecanismo que vincula a la comida rápida con la enfermedad de Alzheimer podría estar asociado al colesterol de la dieta que se transforma en el hígado en 27 hidroxicolesterol, el cual atraviesa la barrera hematoencedálica y llega al cerebro, pudiendo ser este metabolisto el responsable de los bajos niveles de la proteína Arc.
Además, los estudios epidemiológicos deuestran que un alto nivel de colesterol en sangre es un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer.
Por todo lo antes dicho y porque nuestro cuerpo es un perfecto sistema, no sólo debemos cuidar nuestra dieta para proteger la salud del corazón, de la boca, de los pulmones o nuestro aparato digestivo, sino que llevar una dieta equilibrada y reducir la ingesta de comida rápida reduciría los daños cerebrales, la pérdida de memoria y los riesgos de sufrir Alzheimer.