Uno de sus factores predisponentes es la hipercolesterolemia o los niveles elevados de colesterol en sangre, por eso, un estudio publicado en la revista The British Journal of Nutrition, llevado a cabo por estadounidenses, investigó el efecto de las ciruelas pasas sobre ratones modificados genéticamente para ser más propensos a padecer lesiones de ateroesclerosis y que, al mismo tiempo, llevaban una dieta elevada en colesterol.
Para comprobar los efectos de las ciruelas pasas, se las adicionó a la dieta de los roedores en forma de polvo y se pudo observar que éstas favorecen la reducción del área de las paredes arteriales que presentan lesiones ateroescleróticas.
Las ciruelas son frutas ricas en pectina, por lo que tienen un potente efecto reductor de los niveles de colesterol en sangre, pero además, tienen acción antioxidante y pueden prevenir la oxidación lipídica y con ésta, la evolución de las placas de ateroma.
Así, se comprobó que la ingesta de frutas en general y sobre todo, de ciruelas pasas, puede contribuir a evitar las lesiones de la ateroesclerosis e impedir el desarrollo de enfermedades cardíacas o de ictus cerebral.
Dado que las patologías que pueden evitarse mediante la ingesta de frutas son las que más nos acechan hoy en día, es de especial importancia que consideremos estos hallazgos, que día a día nos demuestran lo indispensable que es cosnumir frutas para vivir con salud.