La salud s el estado natural, o mejor, el estado "más probable" en base a la tendencia de la propia naturaleza del ser humano, como la de cualquier manifestación, al equilibrio, dentro de un sistema amplio de interacción...
Esto equivale a un estado de equilibrio en su propia naturaleza y representa una consecuencia propia de la esencia de la vida: la tendencia a disminución de entropía, por tanto de desorden, en el sistema.
Naturaleza que ha de ser intuida en su base desde una perspectiva unitaria, no dual.
Equilibrio considerado no como un estado de permanencia, sino de continua mutación en base a la interacción. Una característica esencial de esta naturaleza viva es el cambio
La salud - "bienestar" implica un estado relacionado con
- el grado de integridad de la propia naturaleza, los seres "inteligentes" derivan hacia la extraña habilidad de romper su estado natural con prácticas comunes como los hábitos alimenticios o los pensamientos.
- los recursos que propician su desarrollo en equilibrio con el entorno (mecanismos de defensa y adaptación)
- la vivencia mental de los sentidos y la creación de los "egos" distorsionantes
- la sensibilidad de cada cual en la autopercepción y a la percepción del entorno, si bien esta circunstancia puede variar con el mismo funcionamiento de los sistemas y puede además estar alterada por diferentes causas como la propia experiencia, sociales, químicas (ejem.: drogas...), ambientales, etc.
Una frase simple para resumir el estado de salud: "recuperar la propia naturaleza: ser uno mismo en equilibrio" desde todo punto de vista (biológico, psíquico, relacional...).
La salud representa un estado en el que destaca la ausencia de señales de alarma: una especie de silencio de las funciones orgánicas que posibilita la vida y su desarrollo en un estado de bienestar.
Al fin se trata de mantener la vida en equilibrio con su medio. La forma más elemental de vida organizada es la célula. Es posible un modo elemental de vida consistente en una sola célula, como ocurre con las bacterias. De hecho hasta después del día 13 de nuestra vida embrionaria no hay diferenciación celular. Sin embargo las formas de vida van haciéndose cada vez más complejas; el siguiente paso habría de ser la diferenciación y la especialización de funciones en las células. La diferenciación se lleva a cabo por medio de mensajes químicos, de forma que se establecen verdaderas "conversaciones" entre las células, pero con "palabras" particulares que son moléculas químicas. Estos factores, mediadores que promueven la diferenciación, pueden ser intrínsecos (la propia célula posee la información) o extrínsecos (mensajes procedentes de células cercanas). Las células se especializan en sus funciones, se organizan y se asocian para cumplir funciones específicas: son los tejidos. Así los tejidos de las glándulas se especializan en fabricar y secretar sustancias, el tejido muscular se especializa en contraerse, el tejido óseo se hace compacto y duro para servir de estructura..., etc. Los tejidos vienen a organizarse en estructuras funcionales complejas: son los órganos, las vísceras..., una continua evolución en las formas de vida que culmina en los vertebrados y en al especie humana en su grado mayor de complejidad organizativa con sus capacidades mentales.
Y aún esa complejidad, no olvidemos...: el inicio de la vida organizada, la célula y sus funciones como soporte biológico y la búsqueda del equilibrio del conjunto del sistema que no es sino la consecuencia del equilibrio de sus componentes.
Pero todo parecería demasiado elemental sin la existencia de una característica, entre otras, que la defina, toda esta complejidad de funciones perdería su sentido y su continuidad sin un objetivo... Toda forma de vida, desde la más elemental a la más compleja, tiene un marcado objetivo básico que la identifica como tal; ese objetivo es el desarrollo en su medio, desarrollo que supone organización, supervivencia, equilibrio, adaptación... La vida está siempre enlazada al medio en que se desarrolla.
La característica de la vida, conduce desde su desarrollo hacia la madurez concluyendo en la caducidad. El envejecimiento es un proceso natural, en parte consecuencia de los procesos metabólicos-energéticos celulares, llevados a cabo en organelas celulares como son las redes mitocondriales y el retículo endoplasmático, con la producción de radicales libres y metabolitos residuales que causan agotamiento de las funciones y de la vitalid
La enfermedad implica la existencia de un desequilibrio del sistema orgánico. La enfermedad es siempre una manifestación de la desviación del estado natural.
Muchas veces los síntomas que observamos son una manifestación de la actuación de los mecanismos de reequilibrio puestos en marcha o, al menos, parte de ella, una prueba de la tentativa natural de curación por parte de nuestro organismo de mantener o restablecer el estado de salud, aunque indique frecuentemente, en mayor o menor intensidad, la alteración o el fracaso de los mecanismos naturales de reequilibrio que, por si mismos y en un estado utópico de buena funcionalidad, deberían de ser silenciosos.
Desde esta perspectiva no siempre va a ser bueno y deseable luchar "en contra" de la enfermedad en cuanto que esta actitud implicaría una lucha (agresión) contra la propia naturaleza de la persona..., sino más bien luchar a favor de las fuerzas naturales de defensa de los organismos para lograr el reequilibrio, ayudar por tanto en la misma dirección que supone el intento de curación del organismo.
La salud y la enfermedad son dos conceptos pertenecientes a los polos del mismo continuo que expresa una forma de estar del ser humano. Desde sus inicios el hombre sufre las alteraciones que se producen en el estado deseable para las personas de “bien-estar” y que constituyen el extremo de ese continuo que ocuparía el concepto de enfermedad “el-no-estar-bien”
La naturaleza nos ha dotado, a cada uno de nosotros, de una serie de recursos de reequilibrio, que vigilan las variaciones y alteraciones serie que puedan darse e intentan adaptarse al entorno, manteniendo la propia identidad y así posibilitando nuestro desarrollo en una serie de procesos a cuyo resultado llamamos homeostasia. La salud es un estado natural y la propia naturaleza aporta a los seres vivos de medios para conseguir ese estado. Muchos de esos mecanismos empezamos ahora a conocerlos y otros están aún desconocidos por la ciencia occidental. Son mecanismos naturales porque son propios de cada organismo, no adquiridos, aunque si evolucionan a través de nuestra historia individual y de la especie, en una continua adaptación. Entre esos sistemas los hay, por sus características predominantes, físicos o mentales, aunque todos ellos están lógicamente relacionados como en un coordinado sistema de de reequilibrio, un complejo sistema regulador. Entre esos mecanismos de defensa y adaptación encontramos los sistemas de acción inmunológicos, nerviosos, hormonales, psicológicos, etc.
En la cultura occidental ha habido diferentes visiones en cuanto al afrontamiento de la enfermedad.
La Medicina Natural se basa en el conocimiento, respeto, armonización, regulación y estímulo de los medios naturales que en cada individuo se disponen para mantener el estado de salud o recomponer la salud perdida. Mantener, provocar o regular las reacciones curativas naturales, aquellas que hay dispuestas en la naturaleza de cada sujeto, es por tanto la orientación básica de la Medicina Natural. Hablamos siempre, por tanto, de individualidades. Aquélla vieja norma de que "no hay enfermedades, sino enfermos..." se hace necesaria en la medicina natural. La medicina natural es una medicina de la persona más que una medicina de las enfermedades.
La medicina natural, en esencia, pretende dar respuesta a la enfermedad desde los sistemas de defensa y adaptación propios de la especie y de la persona.
Conocer el lenguaje de los propios sistemas adaptativos, en continuo estado de la búsqueda de equilibrio de la propia naturaleza en el entorno, es el inicio de la acción médica natural, así como el análisis de esos mecanismos en la búsqueda de reacciones desviadas de esos sistemas y las causas que les afectan. La medicina natural está por tanto próxima al conocimiento de los mecanismos íntimos del funcionamiento de la vida, ya sea de sistemas, tejidos o células, porque del desarrollo de esos sistemas han ido surgiendo los diferentes mecanismos adaptativos, incluida nuestra "preciada" mente_inteligente. No tiene nada que ver con las prácticas de magia o procedimientos esotéricos. En realidad parte del conocimiento profundo de las reacciones individuales, de su fisiopatología y, desde luego, de la naturaleza mas intima de los seres.
No deberíamos de identificar necesariamente medicina natural con el uso de recursos terapéuticos naturales (obtenidos de la naturaleza), como tampoco deberíamos confundir "medicinas" con "terapias". Las medicinas tradicionales utilizan recursos naturales para el tratamiento de las enfermedades, pero la medicina natural, en sentido estricto, es compatible sólo con perspectivas que asuman el enfoque de la salud como conocimiento y respeto de los recursos naturales individuales de curación y las actuaciones en la dirección curativa de los organismos, con independencia de los recursos terapéuticos utilizados.
Uno de los grandes lastres de la ciencia actual y una de las causas de freno en el avance del conocimiento, es el sometimiento a un modelo científico encorsetado y dirigido al estudio de aspectos delimitados concretos que se consideran independientes de otras variables, acotando campos de estudio limitados que a menudo considera como verdades absolutas sus resultados y perdiéndose la visión de sistemas globales de interacción. La medicina natural por el contrario contempla sistemas en su conjunto y al sujeto en su totalidad y en cambio continuo, en una visión holista de unidad cuerpo_mente en interacción con el entorno, considerando siempre la respuesta del sistema en su totalidad.
La medicina natural es una forma de plantearse la promoción de la salud que no entra en conflicto con otras perspectivas y planteamientos. A veces se podría simultanear otros enfoques de intervención. Diferentes casos requieren diferentes soluciones. La atención a la salud exige el considerar a la enfermedad desde diferentes perspectivas y de una manera global, no conformándose con una visión parcial y monocular. Por tanto se hace necesario la adquisición de recursos terapéuticos diferentes y la utilización apropiada en cada momento de esos recursos en su mejor indicación, pero, se hace, en buena lógica, prioritario el respeto a la naturaleza individual de las personas en el más alto grado posible.
Posiblemente el arte médico no consista solamente, como pensaba Voltaire (puede que con humor), en entretener al paciente mientras la naturaleza le cura, pero tampoco es inteligente el pensamiento opuesto, al considerar que podemos ignorar a esa naturaleza que pretende curar, para dirigirnos sólo a luchar contra causas o síntomas. No es razonable el no tener en cuenta, y de manera prioritaria, recursos de los que estamos dotados de manera natural para restablecer nuestro estado de salud y adaptarnos de manera natural a nuestro entorno remontando desequilibrios ocasionales.