Los niños diagnosticados con Déficit de atención, con Hiperactividad o
con ambos (TDAH) se ha disparado por mil. ¿Es algún virus?. ¿Una nueva
epidemia?.
¿Quién no conoce al hijo de un amigo, un vecinito o un
compañero de clase que tenga este problema?. Es el típico ejemplo del
niño que no se concentra, que molesta y que no aprueba ninguna materia.
¿La solución?. Muy sencilla, se le da una medicación (de la familia de
las anfetaminas) y todos tan contentos. El profesor dice que el niño ya
no molesta y los padres contentos (algunos) porque mejora sus resultados
académicos y ya no les llaman desde el colegio para quejarse por su
hijo.
¿Qué ocurre con el niño?. Eso ya es harina de otro costal. Los
efectos secundarios pueden ser serios: tendencia a perder el apetito y
al insomnio. Cuando se deja la medicación el niño vuelve a las
"andadas": está intranquilo y baja su rendimiento académico. A menudo,
él mismo vuelve a pedir que le den la medicación ya que se ve mal y se
siente culpable. El sentimiento de dependencia es total.
Evidentemente
no todos sufren efectos secundarios tan importantes y habrá casos,
sobre todo cuando hay hiperactividad muy acusada, que quizá no haya
alternativa pero siempre debería de ser la última opción.
La evidencia es que hay países como EEUU donde hay casi un 10% de
niños y niñas afectados, en Chile un 5%... y en Francia un 0´5%. ¿Cómo
es eso posible?. Evidentemente depende del enfoque del problema. EN EEUU
y, cada vez más, en la mayoría de países la tendencia es a medicar tras
pasar un test que "confirma" el diagnóstico. En Francia y otros países
la medicación es la última opción. Como piensa la medicina natural lo
que importa no es la enfermedad o el síntoma sino la persona y sus
circunstancias.
Muchos de estos niños pasan todo su tiempo libre delante del
ordenador, del móvil o de la Consola con los videojuegos. Evidentemente
su sistema nervioso está hiperexcitado y le costará centrarse en nada.
Otros no hacen ningún tipo de ejercicio físico y otros simplemente no
tienen ningún hábito de estudio.
Reducir las horas de televisión y juegos electrónicos, salir a la
calle o al parque a jugar, compartir más tiempo con la familia, tener
unas horas marcadas de estudio, aprender técnicas de estudio, revisar la
dieta (eliminar el exceso de azúcar, refrescos tipo Cola, los alimentos
refinados y los aditivos químicos) y tomar suplementos de ácidos grasos
suele ser suficiente en la mayoría de casos.
Las grandes compañías farmacéuticas están encantadas con que nos
limitemos a darles a estos chicos solo la medicación. Como no vamos a la
causa tendremos pacientes de por vida. El negocio, como siempre, es el
paciente crónico. Como siempre, el que pierde es el paciente. Menos mal
que muchos médicos y padres no se conforman con esta solución y tratan
de buscar alternativas.