¿Alguna vez te ha pasado que quieres quedar bien, decir algo que suene inteligente o verte como una persona muy segura de sí misma y, por alguna extraña razón, todo te sale al revés? ¿Conoces la sensación de encontrar el cerebro totalmente en blanco justo cuando ants de un éxamen o hablar en público? ¿Se te olvidan las fechas, los nombres de calles, películas o personas? ¿Al leer un libro, tienes que regresarte tres reglones para comprender la idea?
¿Me creerías si te digo que todo esto, y asuntos más serios como el trastorno por déficit de atención, insomnio, adicciones, estrés o ansiedad; pueden tener remedio? Pues sí, es posible si se ordenan y potencializan las ondas cerebrales con una técnica llamada Neurofeedback.
Así como el ejercicio tonifica el cuerpo, Neurofeedback reta al cerebro para que funcione mejor. Como ya he hecho éste tratamiento, con la esperanza de superar lo distraida que soy, comparto contigo querido lector, lectora, mi experiencia con esta técnica.
Cuando me conectan, a través de electrodos y cables, a una computadora, puedo ver y medir cómo trabajan mis ondas cerebrales: Alfa, Delta, Theta y Beta. La primera vez que vi en la pantalla una serie de ondas horizontales, a color, la terapeuta me invitó a apretar la quijada para comprobar que en verdad eran mías. La computadora me reta a ganarle, sin meter las manos, sin mouse, ni joystick, en jueguitos que pensaría de "niños", como jugar basquetbol. A través de mi concentración mental, ¡como de magia!, provoco que un muñequito (yo) meta canasta al competidor. Si, en un momento, mi mente se distrae por un segundo, el contrario ¡anota en mi canasta hasta que vuelvo a concentrarme! Así, por periodos de cinco minutos, la computadora y yo nos debatimos. Si el marcador señala a mi favor, la terapeuta aumenta el nivel de dificultad hasta lograr que mi mente, el basquetbolista, anote. De este modo, se crean nuevas carreteras neuronales para que mi cerebro aprenda a alcanzar ciertos estados mentales como atención, concentración o relajación.
Las diferentes ondas
Por conveniencia, los científicos categorizan las ondas de acuerdo con su frecuencia. Beta, de 13 Hz hacia arriba, se da cuando estas en un estado de alerta o de concentración. Si alguna vez despiertas con la sensación de no haber descansado, a pesar de haber dormido, quiere decir que la onda Beta estuvo trabajando durante la noche. Theta, de 4 a 8 Hz se da cuando soñamos despiertos o fantaseamos. Por ejemplo, cuando tratas de concentrarte en estudiar y no lo logras, es porque la onda Theta se encuentra elevada. Si te sientes inquieto o nervioso y no puedes relajarte, la onda que hay que elevar es Alfa –un punto neutro o "inactivo" del cerebro de 8 a 13 Hz ––y esto puede conseguirse mediante respiraciones diafragmáticas profundas. Delta, de 0 a 4 Hz se da cuando dormimos profundo.
Sin importar en cuál estado de conciencia nos encontremos, todas las ondas están presentes. Es como si nuestro cerebro fuera una orquesta que toca una música maravillosa con, por lo menos, cuatro instrumentos: cuerdas, metales, percusiones, instrumentos de viento cada uno contribuyen, de manera importante, en la ejecución de todas las melodías. Pero un grupo predomina en una pieza musical y otro en otra. Lo ideal es llegar a dirigir la orquesta a voluntad.