jueves, 23 de abril de 2009

GRASA EN EL CUELLO PUEDE PREDECIR RIESGO CARDIACO


Investigadores del Estudio cardiaco de Framingham informan que un cuello demasiado grueso podría ser un indicador de problemas cardiacos futuros.

Por mucho tiempo, los médicos han medido la grasa abdominal, formalmente conocida como tejido adiposo visceral, para ayudar a evaluar el riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, la grasa del cuello se relaciona intensamente con los factores conocidos de problemas cardiacos, como los niveles de colesterol y la diabetes, según un informe que se basó en los datos de los tres mil 200 hijos de los participantes originales del estudio.

"La circunferencia del cuello se relacionó con factores de riesgo cardiometabólicos, incluso después de tomar en cuenta el tejido adiposo visceral", escribieron los investigadores en el informe, que debía ser presentado el miércoles en la conferencia anual de epidemiología y prevención de la enfermedad cardiovascular de la American Heart Association (AHA) en Palm Harbor, Florida.

La forma de evaluar la obesidad consiste en medir la circunferencia de la cintura y determinar el índice de masa corporal. Pero el grosor del cuello podría contribuir al análisis de riesgo que hace el médico al medir la cintura, aseguraron los investigadores.

"El tejido adiposo subcutáneo de la parte superior del cuerpo y el visceral contribuyen de manera independiente al riesgo cardiometabólico", informaron.

El Dr. Gregg C. Fonarow, profesor de medicina de la Universidad de California en Los Ángeles, señaló que los investigadores habían "hecho un excelente trabajo examinando más allá de las medidas de riesgo convencionales.

El mensaje es claro, tener demasiada grasa no es bueno para el corazón, no importa en qué lugar del cuerpo se encuentre.

"Es otra idea más sobre cuánto tejido adiposo hay", dijo. "Cuando se mide la circunferencia de la cintura, se examina la grasa visceral del abdomen. Aquí se examina la grasa visceral en otra área del organismo".

El cuerpo obeso presenta dos formas, según Garratt, la forma de pera, en la que la mayor parte del peso excesivo se encuentra alrededor de las caderas, y la forma de manzana, en la que la mayor parte del peso está en la parte superior del cuerpo.

"La gente que tiene la mayor parte del peso en la parte superior del cuerpo tiene más enfermedad cardiovascular", aseguró Garratt. "Parece que ciertos tipos de anormalidades metabólicas contribuyen al riesgo aterotrombótico".

Pero sin importar la ubicación del exceso de grasa, lo mejor es eliminarla, dijo.

"Cualquiera que tenga un índice de masa corporal por encima de 25 incrementa el riesgo de eventos coronarios, independientemente de dónde se concentre el peso", advirtió Garratt.