"La investigación sobre la eficacia de la circuncisión masculina en la prevención del VIH en hombres heterosexuales es concluyente" y no son necesarios nuevos estudios para establecer que las tasas de infección "se reducen en los hombres heterosexuales, al menos durante los dos primeros años después de la circuncisión".
Así lo aseguró el codirector del South African Cochrane Center, Nandi Siegfried, quien consideró que los encargados de políticas sobre salud "pueden considerar aplicar la circuncisión como una medida adicional dentro los programas de prevención del HIV".
La circuncisión "puede proteger contra el HIV" al eliminar del prepucio unas células llamadas de Langerhans, por las que el virus se siente "específicamente atraído".
Los nuevos ensayos considerados se realizaron en Sudáfrica, Uganda y Kenia entre 2002 y 2006, con la participación de 11.054 hombres.
Aquellas pruebas pusieron de manifiesto que la circuncisión en hombre heterosexuales reducía "de manera significativa", hasta en un 54%, el riesgo de contraer el virus causante del sida durante un periodo de dos años y en comparación con los que no se habían sometido a esa operación.
Los investigadores consideraron que son necesarios nuevos estudios para establecer si la circuncisión masculina ofrece también algún beneficio a sus parejas.
Siegfried indicó además que, a la hora de desarrollar políticas en este sentido, es necesario tener en cuenta la cultura y el ambiente en la que se realiza la circuncisión.
"En muchos países, la circuncisión masculina es practicada como parte de un rito de iniciación por parte de curanderos tradicionales, que no están familiarizados con los procedimientos asépticos de la cirugía. Así, los efectos adversos de las circuncisiones tradicionales pueden ser elevados", agregó.